Edición 13: La pared dividida

Marina Reyes Franco

Tiempo de lectura: 13 minutos

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12.11.2018

Puerta de Tierra, paraíso tropical

La curadora Marina Reyes Franco, como parte de su investigación alrededor de la economía del visitante en el Caribe, contextualiza el desarrollo arquitectónico y urbanístico de Puerto Rico como parte de una política turística indiferente a la comunidad que se le resiste.

Una mañana en enero de 2015 recibí una avalancha de mensajes de texto de una colega. “Están tumbando las palmas en Puerta de Tierra”, alertaba. Hacía algunas semanas que varias vecinas habíamos visto amagues de construcción en la costa norte de este barrio sanjuanero, desconociendo el plan. Hacía pocos meses que había regresado a Puerto Rico, y la vista de las palmas, playa y Océano Atlántico de camino a mi casa me recordaba los paseos de fin de semana con mi papá en los años noventa.

Con mis memorias no se jode.

Esa mañana las vecinas y yo pusimos el cuerpo para paralizar el proyecto de construcción de un carril de bicicletas, nuevas aceras, asientos, jardineras, estructuras que escultóricamente “encuadran” el paisaje, un restaurante, un mural en cerámica, una escultura, y el cambio total de la ruta de autobuses. En el contexto de un país en total quiebra económica, como Puerto Rico, construir semejante obra —de más de 40 millones de dólares en deuda pública— implicó la creación de una corporación pública que emitió bonos para financiarla.  El plan del gobierno central fue transformar la costa norte de Puerta de Tierra para mejorar la imagen turística del barrio y contribuir a la revitalización del vecindario, sin consultarlo con los habitantes. A partir de las protestas, marchas, demandas y múltiples reuniones vecinales que se dieron ese año, surgió un interés por la economía del visitante, las estéticas que impone, y el arte que se alía y responde a ese condicionamiento social.
Me atrevo a especular que los dos proyectos arquitectónicos más emblemáticos en la historia reciente del barrio son la construcción del hotel Caribe Hilton, en 1949, y el Paseo Puerta de Tierra, comenzado en el 2014. La aspiración turística, entre el advenimiento de la industrialización y su posterior crisis luego de la eliminación de incentivos contributivos a compañías norteamericanas en 2006, tiene proyectos arquitectónicos que le corresponden y cuerpos que se les resisten. Varias intervenciones realizadas en años recientes por artistas y colectivos comunitarios comentan, critican y actúan sobre el paisaje urbano.

Localizado entre las zonas intensamente turísticas del Condado y el Viejo San Juan —ciudad amurallada del siglo XVI—, Puerta de Tierra es un barrio que se desarrolló en la marginalidad: su condición extramuros es resultado del incumplimiento de las expectativas higienizantes de la capital. El barrio, como lo indica su nombre, fue la conexión a tierra desde la isleta capitalina, un área de tránsito y defensa militar. No es hasta mediados del siglo XIX que el desarrollo urbano de Puerta de Tierra comenzó a formalizarse, y en 1897 se derrumban partes de la muralla que le separaba. Menos de un año después, en julio de 1898, EE.UU. invadió Puerto Rico, y tomó posesión de sus islas como parte del botín ganado a España en la Guerra Hispanoamericana. Luego de la primera elección de un gobernador puertorriqueño en 1948 y la adopción de la constitución del Estado Libre Asociado en 1952, comenzó una rápida transformación de la sociedad que repercutió en la imagen proyectada de una nueva colonia —como destino moderno y tropical— y en los intentos de desarrollo económico a través del turismo.
El turismo moderno en Puerto Rico se dio a principios del siglo XX, con aventureros que viajaban a la isla en barco desde Nueva York, buscando una cultura hispana exotizada por la hegemonía norteamericana. En los años treinta, Blanton Winship, el entonces gobernador designado por el presidente de EE.UU., estableció la primera Oficina de Turismo, fundamental dentro del contexto de la Gran Depresión. Sus campañas, eminentemente coloniales, presentaban a un Puerto Rico dispuesto a complacer al visitante. Esta imagen fue criticada por la creciente intelectualidad y miembros del Partido Nacionalista, quienes abogaban por la independencia del país. La victoria electoral del recién fundado Partido Popular Democrático, liderado por Luis Muñoz Marín, permitió establecer un plan de desarrollo turístico local y regulado.

Durante los años cuarenta comenzó a transformarse el modelo colonial en Puerto Rico. En 1943 se estableció el Comité para el Diseño de Obras Públicas que, de la mano de los esfuerzos de la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico (PRIDCO) y la modernización del país, revolucionó la arquitectura pública y aseguró la inclusión del movimiento moderno en la práctica arquitectónica. El rol asignado al turismo como “una industria sin fábricas, sin líneas de ensamblaje, sin maquinaria” [1], requería la expansión de facilidades, y mercadear nuestra gente, clima y playas. Como primer gobernador electo en 1948, Muñoz Marín negoció la aprobación de la Ley 600, que permitió el establecimiento del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, concediendo al país un nuevo estatus de autonomía limitada. Teodoro Moscoso, al mando de la PRIDCO, implementó Operación Manos a la Obra, una agenda de desarrollo económico industrial a través de inversionistas norteamericanos y colaboraciones de inversión gubernamental.
Entre los problemas a atender se encontraba la imagen de los hoteles existentes —colonial en el caso de varios en el Viejo San Juan, neohispánica en el Condado Vanderbilt, y art déco en el Hotel Normandie en Puerta de Tierra. Para promocionar a Puerto Rico como la isla del encanto y atraer el 16% del turismo en el Caribe, el gobierno se propuso construir el primer hotel en 25 años. Moscoso, ofreció la oportunidad de construir un hotel moderno y alquilarlo a bajo precio con opción a compra a siete compañías hoteleras norteamericanas, sólo el Hilton Hotel Corporation se interesó en la oferta. En 1946, se abrió una convocatoria para el diseño del nuevo Caribe Hilton, con la única especificación de que tuviera 300 habitaciones con aire acondicionado y facilidades auxiliares. El hotel estaría localizado en lo que fueron terrenos de la Marina de EE.UU, en una pequeña península adyacente al Fuerte San Gerónimo, el Hotel Normandie y la Playa El Escambrón. Las firmas locales hicieron propuestas modernas, mientras que las firmas con sede en la Florida propusieron edificios Neohispánicos. Finalmente, ganó el diseño de Toro, Ferrer y Torregrosa: un edificio moderno internacional de 300 habitaciones con vista al mar.

El hotel inauguró en diciembre de 1949, un año después de que Muñoz Marín ascendiera a la gobernación como el primer gobernador electo por el pueblo puertorriqueño. Representar moderninad y eficiencia en las construcciones fue síntoma de aquel cambio político. Así fue como “la arquitectura en Puerto Rico adoptó, de manera abrumadora, los principios del estilo internacional, y rechazó explícitamente el papel de la historia en el proceso del diseño arquitectónico”. [2] El Caribe Hilton es el precursor local de las contribuciones modernas que luego trabajarían otros arquitectos. El hotel representó la visión optimista de un futuro para los puertorriqueños: una economía diversificada y la isla convertida en destino turístico de calibre mundial. Críticos del proyecto señalaban no sólo el alto costo del mismo —más de siete millones de dólares—, sino que la isla se vería inundada de turistas ricos que sólo buscaban “lujo, sol y casinos”.
Puerto Rico dejó de ser el “puente entre las Américas” para convertirse en “la vitrina” de los EE.UU.. La Guerra Fría contribuyó al desarrollo del turismo de masas en el país y redefinió la interacción económica y cultural con los extranjeros, pues se presentaba como un “territorio poscolonial tutelado en el capitalismo democrático por los EE.UU. y generosamente concedido autonomía”. [3] Por su relación de Estado Libre Asociado con los Estados Unidos, Puerto Rico se había alejado de la inestabilidad tercermundista, abrazando una modernización a través de varios esquemas de industrialización por invitación y desarrollo turístico que lo convirtieron en un paraíso. “La venta de la imagen pulida de la Isla, como se refleja en el reluciente hotel nuevo, forjó una nueva mitología de los trópicos que, paradójicamente, provocó un cambio en la forma en que la sociedad se veía a sí misma”. [4]

La pieza Lluvia con nieve de Sofía Gallisá Muriente reflexiona sobre este periodo histórico a comienzo de los años cincuenta, a partir de imágenes sobre Puerto Rico que eran distribuidas en los EE.UU.. Esta doble video proyección —acompañada de una publicación que recoge noticias de la época— muestra imágenes apropiadas de un reportaje de 1955 sobre la llegada a Puerto Rico de dos toneladas de nieve y una familia de New Hampshire, y del recibimiento que le dieron miles de jóvenes en el Parque Sixto Escobar de Puerta de Tierra. Esta celebración navideña marca la cuarta y última vez que la entonces alcaldesa de San Juan, Felisa Rincón de Gautier, con el auspicio de Eastern Airlines, traía nieve a la isla. La artista disminuye la velocidad de las imágenes, las acompaña de un mambo de Mon Rivera y las separa en dos momentos de acción. De esta manera, podemos fijarnos en los detalles de la construcción de la imagen, la contraposición de ideales políticos en este espectáculo forzado de reconciliación nacional entre las tradiciones puertorriqueñas y la “magia” de la nieve traída de la metrópolis. El fanguero que se forma —en la publicación hasta nos enteramos que se canceló la celebración porque supuestamente habían piedras dentro de las bolas de nieve— es también metafórico y representativo de la alianza en que la isla acababa de entrar con los EE.UU.. En la lógica del Estado Libre Asociado, era posible estar en el trópico y tener nieve; ser puertorriqueño y “americano”; traer nieve en el mismo avión en que se iban miles de puertorriqueños emigrantes a Nueva York —You can have your cake and eat it too.
La historia del Paseo Puerta de Tierra es más anecdótica, cercana y aún en curso. En 2014, cuando se comenzó a construir, Puerto Rico estaba a menos de un año de declarar que su deuda pública —en exceso de 73 billones de dólares— es “impagable”. Sin embargo, predomina la idea de que construir implica desarrollo: hacer obra es progresar, generar empleos y, sobre todo, crear una imagen concreta. El turismo será nuestra salvación. Varias administraciones del gobierno central han querido “revitalizar” o integrar Puerta de Tierra al resto del circuito turístico, sin éxito. Entre la construcción del Caribe Hilton y el presente, ha habido una crisis económica brutal, además del deterioro del barrio. Durante décadas, Puerta de Tierra fue sinónimo de drogas y peligro, mientras que edificios abandonados esperan por aquellos que quieran sacar provecho a sus ruinas; y cientos de familias han sido desplazadas. El deterioro físico del barrio no resta valor a su estratégica posición geográfica.

Poco a poco se ha visto la construcción de altos y lujosos edificios residenciales de cuestionable legalidad, cuyas vistas prometen adueñarse de lo que ven. Desde 2005, el complejo Paseo Caribe —Laguna Plaza, Caribe Plaza y Bahía Plaza— se ha expandido a la entrada de la Isleta de San Juan. Su área residencial y comercial se promueve como un vecindario en sí mismo. Ésta es quizá una de las más controversiales construcciones en la memoria reciente del país, particularmente por las acciones del activista ambientalista Alberto de Jesús, mejor conocido como “Tito Kayak”, quien se subió a una grúa de la construcción y permaneció allí una semana en protesta. El subsiguiente escape de la policía es tan legendario, que en 2010 se aprobó una ley —luego declarada inconstitucional— criminalizando la paralización de construcciones.
La manicurada naturaleza que acompaña estas tendencias arquitectónicas es también parte de la propagada en Paseo Puerta de Tierra. Según la ex directora de la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestrutura (AFI), Grace Santana, “los turistas ya van por ahí y los ves caminando por esa acera sur toda rota y lo que da es vergüenza. Hay áreas que no son nada seguras pues el Paseo de los Enamorados es un área de incidencia criminal. El Paseo cambiará esto”. [5] El llamado Paseo de los Enamorados era una popular área de cruising entre hombres homosexuales, que las autoridades criminalizaban al llamarla área de prostitución. El énfasis en la costa norte de Puerta de Tierra, donde vive la inmensa minoría de los residentes, hace muy obvio que el interés está en el visitante. “En Turismo están encantados porque tengamos estos rótulos que les expliquen la historia cultural a nuestros visitantes” [6], añade Santana. “En estas plazas estamos diseñando unos espacios abiertos para que puedas tener actividades recreativas y culturales. Para que tengas […] vida de ciudad. Y una vista preciosa”. [7] Irónicamente, el diseño del arquitecto Segundo Cardona —un eterno beneficiario de comisiones faraónicas del gobierno— construye elevando el terreno a tal punto que se pierde la vista al horizonte. Esta insistencia por un proyecto cosmético, que no busca mejorar el ambiente ni la vida de los habitantes, propició activismos en contra de la construcción, pero también intervenciones y un movimiento comunitario vinculado al arte, aún activo.

El 4 de julio de 2015 se celebró Un verano en Puerta de Tierra, organizada por Alexis Martínez y por mí, con la participación de artistas allegados y residentes del barrio, quienes contribuyeron a una exhibición al aire libre con esculturas, instalaciones, música, proyecciones, y charlas informales sobre la historia del barrio. Buscamos cuestionar las nociones imperantes de progreso, evolución y desarrollo, pensadas a partir de Puerta de Tierra, y los cambios que habíamos atestiguado.
Uno de los artistas convocados fue Yiyo Tirado. Una madrugada en julio de 2016, Tirado y un grupo de cómplices se acercaron al área donde se construía el controvertido paseo en una camioneta y descargaron varias esculturas de palmas en varilla, cocos de cemento y una hamaca construida con malla anaranjada de construcción. El emplazamiento de estas piezas se registra en la serie Paisaje hipervisible. Las esculturas fueron removidas por obreros esa misma mañana. El trabajo de Tirado recoge y hace eco del malestar ante las construcciones desmedidas para beneficio del capital, la privatización de las playas, y el abuso de poder que legitima la idea de que el progreso se siembra con cemento, a costa del ambiente y la comunidad. Su cuerpo de trabajo reciente se fija en el desarrollo del país en pos del turismo y una mirada a partir de la experiencia del visitante, que va transformando las condiciones de vida.

La Brigada PDT ha sido el proyecto comunitario y artístico que ha logrado coherencia de contenido y acción desde el mismo barrio. Uno de los artistas participantes en Un verano en Puerta de Tierra, Jesús Bubu Negrón, dio inicio al “campamento espontáneo”, un taller con niños y adolescentes para reparar una escultura. Posteriormente, los jóvenes crearon murales informativos y organizaron actividades donde señalaban públicamente los problemas provocados por la implantación de la primera fase del paseo. Más adelante, en agosto 2015, el grupo se organizó bajo el nombre de Brigada Puerta de Tierra, con la consigna “Aquí vive gente”. Hasta la fecha, La Brigada PDT ha llevado a cabo diferentes iniciativas, como son el mural homenaje póstumo a Raphy Leavitt; el mural y la actividad en reconocimiento a Sammy Marrero, cantante de la Orquesta La Selecta; la creación de la Plaza-Vivero; o el proyecto de iniciativa comunitaria El rescate del Edificio Infanzón presentado en el contexto de la 4ta Trienal Poli/gráfica de San Juan. Recientemente, la Brigada PDT, junto con Negrón y el artista Luis Agosto Leduc, fue seleccionada como el proyecto ganador del Visible Award 2017, otorgado a proyectos artísticos con compromiso social. El premio de 25,000 euros se destinará a adquirir la propiedad de la Plaza-Vivero. Con el apoyo de Americas for Conservation + the Arts, la brigada organizó un programa de experiencia laboral y servicio comunitario que pagaba tanto a talleristas como a participantes por su empleo de verano. Los jóvenes que participaron condujeron un programa de radio a través de la estación online Radio Red, construyeron una tarima en el taller de albañilería y diseño, y crearon el primer producto fruto de su propio vivero: alcoholado reforzado con yerbas. Entre los planes futuros está la creación de un museo del barrio, y un centro de innovación y gestión comunitaria en el Edificio Infanzón, orientado al desarrollo económico en el barrio.
La crisis económica en Puerto Rico y la urgencia por diversificar las entradas de dinero a las arcas del país hacen que el vuelco hacia el turismo sea inminente.

Casi toda actividad cultural pública es justificada como parte de alguna extraña estrategia de hacernos más agradables a la mirada del turista.

San Juan Waterfront, Bayshore Villas, y West Condado son algunos de los nombres extranjerizantes que se barajan en los proyectos de revitalización que se desarrollan en Puerta de Tierra. Proyectos como los que propone la Brigada PDT cuestionan estas versiones del desarrollo de la ciudad y desafiantemente dicen “aquí vive gente”.

Notas

  1. Puerto Rico Industrial Development Company. Informe Anual. Año Fiscal 1948–1949. San Juan, PR: PRIDCO, 1949.

  2. Enrique Vivoni-Farage, “Modern Puerto Rico and Henry Klumb” en Docomomo, no. 33 (septiembre, 2005), p. 27–37.

  3. Dennis Merrill, “Negotiating Cold War Paradise: U.S. Tourism, Economic Planning, and Cultural Modernity in Twentieth-Century Puerto Rico” en Diplomatic History 25, no. 2 (primavera 2001), p. 196.

  4. Jerry Torres Santiago, The Invention of the Gates of Paradise: Images, Architecture, and Context in the Development of Hotels in San Juan, ed. Enrique Vivoni Farage, Ever New San Juan, (Río Piedras: Archivo de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Puerto Rico, 2000), p. 150–151.

  5. Nelson Gabriel Berríos, «Para el 2016 El debut del Paseo Puerta de Tierra». Revista Construcción, 12 de febrero, 2015. Consultado el 13 de septiembre, 2018: [https://construccionelnuevodia.com/noticia/para-el-2016-el-debut-del-paseo-puertade-tierra/].

  6. Ibid.

  7. Más información en: [https://www.brigadapdt.org].

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