08.12.2023

¿Qué sentido tiene lo que hacemos? Reflexiones sobre “Chotin’: prácticas curatoriales desde Centroamérica y Caribe” desde una ciudad en llamas

Ana Laguna; curadora, investigadora y escritora independiente reflexiona sobre Chotin’, el primer encuentro sobre prácticas curatoriales en américa latina y el caribe celebrado en Panamá el pasado mes de Octubre. Una importante iniciativa para replantear la práctica curatorial dentro de las instituciones y sus márgenes en la región.

En un pequeño museo de un pequeño país de Centroamérica, sucede por primera vez Chotin’1 Prácticas curatoriales desde Centroamérica y Caribe. El MAC Panamá, el MCA Chicago y el MoMA PS1 lideran este encuentro curatorial, bajo las curadurías de Carla Acevedo-Yates (MCA Chicago), Elena Ketelsen (MoMA PS1) y Juan Canela (MAC Panamá), y en esta edición con la coordinación de Jennifer Choy (MAC Panamá).

De estar habitando un mundo ideal, este habría sido un buen comienzo para el texto. Pero no puedo movilizar un ejercicio de escritura sobre este proyecto sin establecer el contexto y situación que se vivió en Panamá durante Chotin’ y que se sigue viviendo semanas después.

El 20 de octubre del 2023, la Asamblea Nacional de Panamá aprobó un contrato-ley minero que había sido declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia, esto acaloró las protestas que habían estado sucediendo desde hace unos días en contra de la minería. Con una velocidad nunca antes vista, ese mismo día el presidente firmó y se publicó en la Gaceta Oficial, completando el proceso para que sea permanente. Esto se volvió la gota que derramó el vaso. Hoy, mientras escribo esta reflexión, podemos decir que han salido varixs de lxs diputadxs que votaron a favor, disculpándose con el pueblo y admitiendo que, de hecho, no leyeron aquel contrato extractivista que apoyaron y que pone en riesgo la biodiversidad, el agua, la soberanía del país, y que desplazará a familias de sus hogares.

Las protestas se intensificaron, las multitudes se multiplicaron en todo el país y la represión por parte de la policía estaba en su máxima potencia. Hay que destacar que la magnitud de estas protestas sólo se había visto en las Cruzadas Civilistas en contra de la dictadura en el fin de la década de los 80, cuando el mismo partido que gobierna en estos momentos estaba en el poder.

Entonces, es así como comienza Chotin’

Explica el MAC Panamá:

Chotin’ se plantea como una serie de encuentros para compartir experiencias, reflexionar, y generar alianzas en torno a las prácticas curatoriales situadas en Centroamérica y Caribe, expandiéndose a lo latinoamericano, e incluyendo también prácticas desarrolladas desde EE.UU. con foco en la región. El objetivo principal es generar un lugar de encuentro e intercambio con agentes clave de otros museos y proyectos, articulando un espacio de reflexión, discusión y debate en torno a las particularidades de la práctica de la curaduría en nuestras geografías.

Consistió de un programa cerrado que luego se complementó con actividades abiertas al público, este encuentro fue el primero de su clase en Panamá. Las temáticas para las diferentes conversaciones fueron escogidas a partir de las problemáticas que surgen por trabajar con las características de contextos latinoamericanos: presupuestos escasos, trabajar con los públicos y de manera comunitaria, nuevas museologías, la constante falta de equipo, los factores ambientales, sociales y políticos.

La madrugada del lunes 23 de octubre, todxs nos despertamos para poder llegar al museo antes de que cerraran las calles —y, en el caso de lxs invitadxs, antes de que cerraran el puente que tendrían que cruzar para poder llegar a la ciudad, o se quedarían atrapadxs del otro lado. Con el pasar de los días se fue logrando entender los tiempos con los que podríamos trabajar y cómo nos podríamos mover entre lugar y lugar para procurar cumplir con el programa, lo que estaba siendo un gran desafío. Esto dejó claro la habilidad de adaptación necesaria para trabajar en estos territorios.

Esta fue una manera muy relevante de comenzar la sesión del día que llevaba por nombre “¿Cómo hacemos lo que hacemos?”. En esta sesión se abordarían cuestiones relacionadas a las circunstancias particulares al desarrollar prácticas curatoriales en contextos con limitaciones diversas.

Esta primera sesión contó con intervenciones de Gladys Turner, curadora panameña, que nos mostró un estudio realizado a través de encuestas para artistas latinoamericanxs, de la cual se concluyó que muchxs artistas perciben a lxs curadorxs como inaccesibles.

Esta intervención realizada por Turner dio inicio a una discusión sobre lo que se espera de unx curadorx. Y, además, sobre cómo se puede reestructurar el sistema para que lxs artistas puedan tener una vida digna.

Sucede que en el mundo artístico se encuentran dos extremos, claramente divididos, pero uno no funciona sin el otro. En el arte, en la mayoría de los casos, las personas que mantienen el poder son las personas de las altas clases sociales, situación que se hace constante en los distintos equipos institucionales. Curadorxs cambian, artistas pasan, guías van y vienen, pero las juntas directivas se mantienen igual. Sin embargo, estas personas con poder en el mundo del arte no tendrían ese mundo sin lxs artistas, curadorxs, guías, o cualquier otrx empleadx de su institución.

Este primer día, después de otras dos intervenciones por Adán Vallecillo y Marina Reyes Franco, se mantiene la cuestión del contexto: lo que es ético hoy, cómo se maneja el tiempo y la reconstrucción de la memoria, y cómo las instituciones pequeñas, las ONGs y los proyectos de autogestión se mantienen abiertos.

Entonces, ¿cómo hacemos lo qué hacemos? Pues, resistiendo. Haciendo colaboraciones con otros espacios para dividir los costos. Estando en alerta 24/7 porque no se sabe qué puede pasar de un segundo a otro en nuestros frágiles contextos. Cuidándonos. Con ternura radical y goce como menciona Patricio Majano. Con colaboraciones afectivas. Con generosidad, en las palabras de Reyes Franco. Con empatía. Reconociéndonos. Encontrándonos en lx otrx y trabajando comunitariamente. Por más que en algún momento tengamos que rendirnos a la realidad de realizar bodas, eventos empresariales y alquilar nuestros espacios para poder mantener las luces prendidas.

Elena Ketelsen, en el momento que se habla de las comunidades, deja muy clara la diferencia que tenemos que entender entre “trabajar con la comunidad” y “trabajar lo comunitario”.

Uno trabaja con lx “otrx” viéndole de lejos, mientras que el segundo trabaja en conjunto y desde un lugar de conversación y entendimiento.

Pero esto nos sigue llevando a la importancia de saber desde dónde hablamos. En su conferencia magistral, Gerardo Mosquera establece las bases del contexto latinoamericano y caribeño, y propone que la curaduría tiene que ser responsiva a una circunstancia. Hay que entenderse situadx en el contexto.

Los días siguientes, aunque se cancelaron los eventos públicos, continuaron las reuniones cerradas donde intervinieron Ketelsen, Maya Juracán, Adrienne Samos, Keyna Eleison, Carla Acevedo-Yates, Daniela Morales y Paula Piedra de TEOR/éTica, Sara Hermann, Emiliano Valdés, María Lucía Alemán, Ericka Flores, Manuela Moscoso, Diane Lima, Patricio Majano, Esperanza de León, Yina Jiménez Suriel, Pablo José Ramírez y Pablo León de la Barra.

A lo largo de todos estos días de conversación se mantuvieron conmigo algunos cuestionamientos. ¿Qué es lo ético? ¿Qué es lo ético cuando se pregunta de dónde viene el dinero? O, ¿qué hay de ético en continuar participando en un programa en lugar de estar en las calles? Por eso, durante este programa, estuvo la constante conversación de todo lo que estaba pasando, pues todxs fuimos testigxs de protestas y de las fuerzas antimotines listas para arremeter contra las personas que marchaban pacíficamente. En las noches, para lxs locales significaba ir a protestar —y aún es así—, cada unx sumándose a dónde es más necesario. Esperanza de León lo dejó muy claro, cuando comentó sobre su lucha en las protestas de Guatemala. Tenemos que entender y reconocer en dónde estamos ayudando más y cuándo es el momento de retirarse y buscar otras maneras de colaborar de acuerdo a nuestras habilidades.

No sería extraño sentir síndrome del impostor al escuchar a estas personas. ¿Será que soy lo suficientemente buena para estar ahí? ¿Con personas que han realizado bienales, creado espacios, realizado múltiples publicaciones? Y fue cuando Keyna Eleison habló de “la primera vez”. Ser las primeras, cambiar el discurso. En Panamá, un país con un solo museo de arte contemporáneo de 61 años, con un ministerio que sólo existe desde el 2019, ahora estamos viviendo muchas primeras veces, primeras curadurías, primeras personas racializadas como curadoras, primeras y más primeras. Y entonces surge el agotamiento —si soy la primera con este título o con esta oportunidad, tengo una gran responsabilidad para no ser la única y para hacerlo bien, siempre bien. Fue Sara Hermann quien en su intervención dijo que tenemos que aprender a fallar mejor, porque cometer errores es inevitable. Eleison, en el último día nombra el espacio como “la casa del error”.

 

¿Cómo logramos que lo que hagamos no sea fugaz, y que los equipos se mantengan y crezcan juntos? ¿Cómo pasar de ser lxs primerxs a no ser lxs únicxs?

Dice Hermann que en nuestra formación puede que haya sanación. ¿Quizás por el esfuerzo colectivo de sanar una memoria cultural, colectiva, y a nosotrxs mismxs?

 

En uno de los días, se habló de las burbujas en que se encuentran nuestros cuerpos y cómo estos representan una institucionalidad. “Quieren nuestras ideas, nuestros trabajos, nuestras investigaciones, pero no nos quieren a nosotrxs, a lo que representamos.”

¿Qué sentido tiene lo que hacemos? Intentar encontrarle sentido a esta profesión creo que será algo que nos pasaremos la vida haciendo, pues así como no hay una definición exacta de qué es la curaduría, hoy no hay una respuesta concreta para esta pregunta. Sin embargo, podemos encontrar alivio en entender nuestra responsabilidad y nuestro lugar de enunciación.

Escribo hoy esta reflexión en donde doy más preguntas que respuestas para buscar el alivio de ahora, de este presente, y asumiendo mi responsabilidad como curadora. Como curadora que se define como afro-descendiente, mujer, latina. Como curadora que por ahora trabaja desde instituciones. Como curadora que le queda mucho por aprender.


[1] Chotin’ proviene de la palabra panameña chotear, que, según el Diccionario del Español en Panamá, redactado por la Profa. Margarita Vásquez (especialista en Literatura Panameña), significa: saludarse dos personas juntando las manos abiertas. Ejemplo: “Chotea las cinco”.

Comentarios

No hay comentarios disponibles.

filtrar por

Categoría

Zona geográfica

fecha