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27.08.2016
Gamma Galería, Guadalajara, Jalisco, México
25 de junio de 2016 – 18 de septiembre de 2016
Dentro del arte, la forma es la unión de fuerzas que llevan a la experiencia de algo al cumplimiento. Mutable en todas las partes del proceso creativo, la forma pasa de idea a realización al adquirir fisicalidad a través de la fuerza que precede su concepción. No sólo la forma altera constantemente, sino también el concepto detrás de su estructura. Mientras Platón decía que la forma era un modelo perfecto existente en otra dimensión, fue el crítico de arte Clive Bell quien pensaba de la forma como algo expresivo más allá de los límites de la representación.
Sin importar cualquier categoría en que la forma pueda ser clasificada, es dentro de la percepción del artista que la forma adquiere la habilidad de hablar en su propio campo. Hay una anticipación del futuro en cada una de las fases del proceso creativo (tanto literal como metafóricamente). La percepción del artista ve más allá del trazo decisivo para que ese fragmento pueda formar parte de una estructura unificada o forma que sólo puede ser apreciada al completarse. Esta habilidad de ver más allá va de la mano con un innato proceso de experimentación con el cual el artista se enfrenta cada vez que concibe una idea o forma. El experimentar es cuestionar todo desde la realidad hasta los métodos que uno utiliza para representarla, abriéndose a áreas desconocidas y revelando nuevas cualidades en lo familiar.
Quizás hay más valor estético en lo imposible o lo que aún está por realizarse. Darle vida a algo que no necesariamente se adhiere a una cierta naturaleza o estructura es mucho más ambicioso que limitar la forma a los confines de la realidad.
Aún estando divorciadas de una realidad reconocible en menor o mayor escala, éstas formas llevan consigo mismas una cohesión de elementos que no sólo testifica a favor de sus tiempos, sino también anticipa un arreglo en el campo del conocimiento que aún está por establecerse. Hay un cierto encanto vanguardista en algo que no sólo instituye su propio lenguaje sino que también puede ser interpretado en infinitas maneras sin ser categorizado o relacionado con un periodo en específico. Así como el pasado alguna vez estuvo por delante de nosotros, la visión de un futuro impredecible ha tomado muchas formas a lo largo de los años. Pero existe un aspecto recurrente de tomar figuras y elementos fuera de sus estados preconcebidos y reensamblarlos en una manera sin precedentes que ha destacado consistentemente en propuestas artísticas, que no sólo están adelantados a su época, sino que también tienen un cierto entendimiento hacía las estéticas del futuro.
En este caso, el futuro está encriptado en forma tanto material como emocional, oculto entre metáforas y yuxtaposiciones que alimentan nuestra percepción y nos permiten anticipar una experiencia más allá de lo común. El sentido del tiempo es el rastro de la genialidad y no hay nada más eterno que la originalidad.
Cortesía de Gamma Galería, Guadalajara
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