14.11.2022
La identidad es inaprensible. La identidad es política. La identidad es situacional – especialmente si queremos estar a salvo.
Por ejemplo, Akani: cuando les pregunté «¿cómo se identifican?», dijeron que, por motivos laborales y políticos, se autodenominaban no binaries. Pero personalmente son agénero. Esta adaptación de lo que se utiliza para describir la identidad es un lugar común para las personas queer: tenemos que transformarnos y adaptarnos por el bien de nuestro público y no por el nuestro.
Incluso Michael hace esto; dependiendo de quién les pregunte cómo se identifican, elegirán entre bi o pan: «Me identifico como pan[sexual], pero le digo a todo el mundo que soy bi[sexual] porque no quiero explicar lo que es ser pan[sexual]». Si la persona que pregunta es parte de la comunidad LGBTQIA+, dirá pan; pero si no lo es, Michael preferirá decir bi porque es «más fácil de interpretar para elles». Además, están cansades de las bromas de que les pansexuales se sienten atraídes por los panes.
Regina responde a esta pregunta en aras de la facilidad del inglés: I’m nonbinary [soy no binarie], lo que demuestra que se renuncia a la precisión para comunicar algo con claridad. Zero ha abandonado el uso de términos y opta por utilizar metáforas: «Me siento como una pared pintada de color crema, una especie de suave resplandor». Creo que esta descripción realmente capta la vibración de Zero: suave, cariñosa, y se siente como un abrazo cálido y acogedor. Así es como se siente estar cerca de Zero.
Yo también me siento incómodo con la pregunta «¿cómo te identificas?”. No porque no tenga una respuesta, sino más bien porque, ¿Cómo empiezo a etiquetar mis multitudes en una respuesta ordenada, fácil de entender y digerible?
A grandes rasgos, soy no binario. Es bonito, corto, sencillo y ya tiene algún tipo de contexto para que la gente lo entienda. Pero he notado un cambio incómodo con el término. Cuando descubrí el término no binarie, fue un enorme «JODER» al hecho de que el género (al menos en la concepción occidental) se conceptualice como una sola de las dos posibilidades. Pero tal vez esto se haya suavizado al pasar de une binarie a une trinarie.
Pero también soy negro, y eso es fundamental para mi identidad.
La propuesta de Asuntos Internos es confusa, probablemente porque la persona que la ha redactado está confundida. Hay una confusión constante entre sexo y género.
En primer lugar, la propuesta establece definiciones de sexo y género extraídas de la Organización Mundial de la Salud: el sexo es «las diferentes características biológicas y fisiológicas de hombres y mujeres», y el género se define como «las características socialmente construidas de mujeres y hombres». Sin embargo, en el mismo párrafo, la propuesta afirma que la intersexualidad es un tercer género que se está considerando. En cierto modo, en el nombre se dice que intersexualidad es un término relacionado con el sexo, no con el género; les no binaries son la nueva «tercera» identidad de género.
Y quizás esto pueda parecer semántica, pero intersexual y no binario son muy distintos. Aunque ambos están bajo el paraguas de LGBTQIA+, son identidades distintas, una referida al sexo y la otra al género, respectivamente.
Siguiendo la tendencia mundial, una de las opciones propuestas es introducir la letra X como séptimo dígito para la tercera opción de género. Esto se ha hecho en Argentina, Australia, Bélgica, algunos lugares de Canadá, Islandia; y en algunos estados de Estados Unidos como Arkansas, Colorado, Hawai, Maryland, Massachusetts y New Hampshire. Si este cambio propuesto se lleva a cabo, Sudáfrica será el primer país de África en reconocer un tercer género utilizando este enfoque X.
Sin embargo, Saif se pregunta con razón:
¿cómo estamos cambiando la forma en que les sudafricanes ven el género?.
La propuesta concluye que los números aleatorios son el método preferido para el futuro, citando que esta forma mejora la privacidad y la seguridad, que es el método preferido por Michael, Regina y Akani. El gobierno debería pensar en formas de blindar el sistema en el futuro. Akani lo explicó bien: «Hay una limitación inherente al hecho de añadir un tercer género. Porque, ¿Qué pasa con la persona cuyo género es fluido? ¿Recibe dos identificaciones?». La aleatorización elimina el problema en su origen. El sistema actual, con la posterior introducción de una tercera opción de género, seguiría necesitando el apoyo de una increíble cantidad de recursos humanos y de tiempo dedicados a realizar estas modificaciones, lo cual es un despilfarro, argumenta Regina. Pero, tanto si el gobierno opta por números aleatorios como por una opción X, la Ley de Identificación seguiría exigiendo la categorización del género de les ciudadanes —una aleatorización no es la abolición de que el gobierno apunte los géneros de las personas; tu número de identificación no contendría esta información biométrica, pero tu documento de identidad sí.
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