04.09.2017
Veronica Stigger escribe sobre la obra de la artista brasileña Maria Martins desde una perspectiva histórica para contextualizar la cualidad identitaria detrás de su producción artística.
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Ella vino a Brasil de una tierra lejana y quedó tan extasiada por el país que hizo de la Amazonia su dominio
Raúl Antelo recuerda que en 1926, Mário Pedrosa llegó a escribir, con Antonio Bento y Livio Xavier, un manifiesto (que no fue publicado) en el que introducía las ideas de Breton en el debate modernista brasileño (Maria con Marcel Duchamp en los trópicos, Buenos Aires: Siglo Veintiuno, 2006: 156).
Mário Pedrosa, Maria, a escultora, crítica compilada por Aracy A. Amaral, De los murales de Portinari a los espacios de Brasilia, São Paulo: Perspectiva: 1981, pp. 87-89. Maria Martins, en el catálogo de esta exposición de 1956, posiblemente ya previendo las críticas negativas, escribió: «Poco importa esa o aquella forma de expresión desde la que el artista transmita el mensaje, el cual es suyo y en su idioma propio, y no use una especie de “modismo”, muchas veces responsable de la gran pobreza de artistas de valor real. Para mejor explicarme, diría que para mí, cuando en una pintura o escultura resalta a primera vista la escuela o el movimiento al que se pretende filiar su autor, sin que tal escultura o tal pintura despierte mayor interés de admiración o incluso de repulsión. Esta obra no pasa del “modismo” y muere, aunque conozca un éxito momentáneo. » (Texto reproducido en Maria Martins, São Paulo: Fundación Luisa y Oscar Americano, 1997: 37).
Mário Pedrosa, en el texto del catálogo de la segunda exposición del Grupo Frente, compilado por Fernando Cocchiarale y Anna Bella Geiger, Abstraccionismo geométrico e informal: la vanguardia brasileña en los años cincuenta, Río de Janeiro: Funarte, 2004, p. 233
Idem, p. 234.
Charoux, Cordeiro, De Barros, Fejer, Haar, Sacilotto, Wladyslaw, Ruptura, reproducido por Fernando Cocchiarale y Anna Bella Geiger, Abstraccionismo geométrico e informal cit., p. 219.
Augusto de Campos, Haroldo de Campos y Décio Pignatari, Teoria da poesia concreta: textos críticos e manifestos 1950-1960, São Paulo: Brasiliense, 1987, p. 7.
Haroldo de Campos, Contexto de uma vanguarda, compilado por Augusto de Campos, Haroldo de Campos y Décio Pignatari, Teoria da poesia concreta cit., p. 153.
Idem, p. 154.
Charoux, Cordeiro, De Barros, Fejer, Haar, Sacilotto, Wladyslaw, Ruptura cit., p. 219.
de Campos, Haroldo. Poesia e paraíso perdido, compilado por Augusto de Campos, Haroldo de Campos e Décio Pignatari, Teoria da poesia concreta cit., p. 33. Texto publicado originalmente en Diário de São Paulo, el 5 de junio de 1955.
Poema originalmente en portugués, traducido y reproducido en Maria Martins cit., p. 18. Las chapas de cobre están reproducidas en las pp. 20-23.
Una aproximación que pretende desarrollar más detalladamente en otra ocasión.
Flora Süssekind, al investigar los primeros intentos de fundar una historiografía literaria nacional en el siglo XIX, observa: “De modo casi programático se afirmaba entonces una línea directa con la naturaleza, un primado incontestable de la observación de las peculiaridades locales, con la finalidad de producirse obras “brasileñas” y “originales”, pero al mismo tiempo era preciso “no ver” el paisaje. Porque su razón y su diseño ya estaban predeterminados.” (O Brasil não é longe daqui: o narrador, a viagem, São Paulo: Companhia das Letras, 1990, p. 33).
Bhabha, Homi K. Interrogando la identidad: Frantz Fanon y la prerrogativa postcolonial, El lugar de la cultura, traducción de Myriam Ávila, Eliana Lourenço de Lima Reyes, Gláucia Renata Gonçalves, Belo Horizonte: UFMG, 2005, p. 76. Esta es la tercera de las tres condiciones para la comprensión del proceso de identificación. La primera de ellas prevé la identificación en oposición al otro: “existir es ser llamado a la existencia en relación a una alteridad, su mirada o locus”. La segunda, determina que “el propio lugar de la identificación, retenido en la tensión de la demanda y del deseo, es un espacio de escisión.” (pp. 75 y 76, respectivamente).
Idem, p. 85.
Trata-se de Deuses malditos 1. Nietzsche, Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1965.
Nietzsche, Friedrich, El nacimiento de la tragedia o Helenismo y pesimismo, traducción de J. Guinsburg, San Pablo: Compañía de las Letras, 1996, p. 135. Para Cassirer, lo que ocurre en la “creencia primitiva” es “un profundo y ardiente deseo de los individuos en el sentido de identificarse con la vida de la comunidad y con la vida de la naturaleza.» Deseo que está satisfecho no por los mitos, sino por los ritos con los que los mitos se hallan en relación. (O mito do estado, traducción de Álvaro Cabral, São Paulo: Códex, 2003, p. 58).
Ver el texto de Murilo Mendes para el catálogo de la exposición de Maria Martins en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, en 1956, compilado en Maria Martins cit., pp. 33-35. La mención al hecho de que Maria Martins no conocío la Amazonia está en la p. 33.
André Breton, Maria, compilado en Maria Martins cit, pp. 13-14; y en André Breton, Le surréalisme et la peinture, París: Gallimard, pp. 407-412. El texto servia, originalmente, como presentación de las obras de Maria Martins en la exposición en Julien Lery Gallery, en 1947, Nueva York.
Texto de Ozenfant para el catálogo de la exposición de Maria Martins en el Museo de Arte Moderno de São Paulo, en 1950, compilado en Maria Martins cit., p. 27.
Texto de Benjamin Péret para el catálogo de la exposición de Maria Martins en el Museo de Arte Moderno do Río de Janeiro, en1956, compilado en Maria Martins cit., p. 31.
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