Edición 19: Solidaridad planetaria - Modernidad
Arlette Quynh-Anh Tran, Jo Ying Peng
Tiempo de lectura: 14 minutos
15.02.2021
Revisando los impactos del desarrollismo moderno ubicado en Asia, la curadora Jo Ying Peng, editora invitada para la segunda parte de este número, reflexiona sobre las prácticas socialmente comprometidas del artista Kao Jun Honn e invita a la curadora Arlette Quynh-Anh Tran a hablar sobre cómo el proyecto de Art Labor, «Jrai Drew», se realizó en las Tierras Altas Centrales de Vietnam.
En 2014 en Taipei, mis colegas del TCAC (Centro de Arte Contemporáneo de Taipei) y yo establecimos frente al parlamento la Oficina conjunta de organizaciones de arte en apoyo del Movimiento Estudiantil Sunflower. Dicha protesta era en contra de un acuerdo comercial con China que dañaría la economía de Taiwán y la dejaría vulnerable a la presión política de Beijing. La acción que inició el movimiento tuvo lugar durante la noche cuando les estudiantes irrumpieron en el parlamento y lo ocuparon. En poco tiempo, reunimos una tienda y un generador de energía para estar en espera en las calles, luego contactamos a algunes escritores para contribuir con textos a la campaña. Kao fue une de elles. En breve recibí su texto titulado Boai Market mismo que cuenta la historia laboral de su madre. El artista se nutrió del mercado de Boai, donde su madre se ganaba la vida vendiendo ropa interior femenina. Desde la década de los noventas, cuando llegó la era del neoliberalismo a nuestra isla, los productos nacionales han sido invendibles, sustituidos por ropa interior barata importada de China. Debido a ello, la madre de Kao perdió el negocio, el mercado colapsó, luego desarrolló la enfermedad de Parkinson y se vio obligada al desempleo.
“¿Recordaste que mencioné que el artista Kao Jun Honn estaba investigando la Tribu Topa? La ubicación de la reliquia está muy cerca del pueblo donde nació». Antes de redactar esta carta, vi la nueva publicación de Kao, Llyung Topa, que es parte de su proyecto activista en curso mismo que comenzó después de Boai. En el, está a punto de revelar la historia poco conocida detrás de Topa, una aldea aborigen que fue devastada por completo debido a un violento proyecto de recuperación durante el período ocupado por los japoneses hace cien años. Es casi una página en blanco en la historia de la resistencia. Nunca he oído hablar de eso, ni tampoco mi padre, que es mitad aborigen. La menguante presencia de la identidad hace poco para reconocernos a nosotros mismos, pero dice mucho sobre la contradicción de quiénes somos. Pude entender el vínculo suelto que apenas une a mi padre con su raíz, no solo porque ha estado viviendo de manera urbanizada la mayor parte de su vida, sino más por lo que él siente que es. Si bien aún no hemos descubierto nuestros rastros, Kao ha estado descubriendo los rastros del pasado trazándolos con sus pies mientras entra en montañas, bosques y ruinas.
¿Es esta una forma de desaprender, de emprender un camino, de reparar?
Saludos,
J
En un país como Vietnam, donde las guerras cubrieron casi toda la historia de los miles de años de existencia de este país, la construcción de una nación ha sido una obsesión debido a su estado vulnerable a la invasión y destrucción. Así que cuando la situación estaba un poco tranquila, incluso fingida, por ejemplo, a principios de la década de 1960 durante la reciente separación de Vietnam del Norte y del Sur, el gobierno de cada lado instó y alentó a su gente a trabajar al máximo. El gobierno se invirtió, buscó ideologías de derecha y modelos de desarrollo modernos, en medio de la peligrosa ola de la Guerra Fría. Más tarde, todavía recuerdo los finales de los noventa; en nuestras clases de Geografía, tuvimos que memorizar la ubicación y densidad de los ricos recursos naturales en Vietnam; de ahí que despierte el orgullo del “Bosque Dorado – Mar Plateado”[2] de nuestros antepasados para encontrar una manera de modernizar la patria. Durante esas clases, recuerdo que se nos dio una conferencia sobre la deforestación ilegal de las comunidades de minorías étnicas quienes quemaron bosques para cultivarlos. Fue su culpa que los bosques, también conocidos como nuestros tesoros nacionales, hayan desaparecido. Todavía me recuerdo, una niña de 10 años, muy enojada con dicha forma anti-científica de cultivo como destrucción. A principios de la década de 2000, los medios de comunicación comenzaron a informar sobre el proceso del estado que sofocó rápidamente los disturbios de las minorías étnicas en las Tierras Altas Centrales, donde vive la gente Jrai, simplemente por su «conspiración reaccionaria». Quizás, sin mi encuentro posterior con la familia y los amigos de Truong Cong Tung en las Tierras Altas Centrales, nunca habría entendido el costo de la propaganda anterior para la asimilación con el fin de acelerar la modernización a través de la llamada pedagogía científica.[3] Esa pseudociencia representaba la imagen de un vietnamita «diferente», el otro, las comunidades de minorías étnicas, como las personas no científicas que dañan la naturaleza. Combinado con el espíritu nacionalista, se creó el mensaje de que los Kinh, el principal grupo étnico del país con un nuevo mercado penetrante de orientación socialista libre, salvarían tanto a la naturaleza como a estas personas atrasadas con soluciones más científicas así como con sus tradiciones culturales en el discurso nacional del «patrimonio reinventado».
Volviendo a tus preguntas sobre Art Labor, me recuerdan el intercambio con Nelson Carlo de Los Santos Arias, mi profesor de cine en CalArts, un cineasta dominicano, sobre ideas similares entre América Latina y nuestra región. Me aventuro a citar esos pensamientos contigo: una vez, Thao Nguyen y Cong Tung, dos miembros de Art Labor, me enviaron un video del hermano Dieh sentado y cantando junto a la luz del fuego. Al mirar los rostros curiosos de la gente Kinh a su alrededor, Dieh se rió e interpretó su canción al vietnamita: “Te amo (pronombre femenino a masculino) / Te amo (pronombre masculino a femenino) / No se dejen el une al otre / Mueres / Yo muero / Une muere primero y el otre debe recordar”.
Según la comprensión de Glissant de la historia de los países no occidentales, rastrear la vida humana en la rotación del orden del universo, como rastrear el origen de las personas en el contexto latinoamericano, es imposible.
Nosotros, el colectivo Art Labor, tomamos prestada la idea de la muerte en la creencia cósmica de les Jrai para comprender lo que está sucediendo en la región de las Tierras Altas Centrales, donde la comunidad de Jrai vive alternando con les Kinh como nosotres. Han pasado 4 años desde que decidimos ir a las Tierras Altas Centrales, la ciudad natal de un miembro del equipo, para aprender, construir relaciones y llevar a cabo proyectos con la comunidad Jrai, les vecinos cercanes a su familia. Les artistas folclóricxs esculpieron las estatuas, organizamos celebraciones y exposiciones para elles en los pueblos para que familiares, y amigos puedan venir a ver y divertirse. Hicimos películas sobre las Tierras Altas Centrales, sobre la vida de les agricultores de Kinh y Jrai. Fueron con nosotres a exposiciones en el extranjero. El entendimiento entre las personas del grupo no radica únicamente en el idioma, porque de hecho, ese vacío lingüístico aún es difícil de llenar. El comienzo de nuestra relación es la separación, la demarcación entre la población urbana y rural, entre la gente Kinh y las minorías étnicas, entre el idioma vietnamita y el jrai. Después de cuatro años, se refleja en el compartir de las gallinas, los huevos, las esculturas, el libro y la confianza que nos tienen para viajar con nosotres. Curiosamente, la muerte en sí misma es el comienzo de todo. Hace cuatro años, vimos una hermosa tumba en el borde del bosque y luego rastreamos a la persona que la talló. Seguimos la brisa de evaporación de la gota de rocío.
Afectuosamente,
A
Esta línea ha sido extraída del título del ensayo de Jiahui Zeng Naoki SakaixGe Sun: Europe is responsible for the production of theory and Asia is responsible for the production of experience? El ensayo está escrito y publicado en chino y basado en las discusiones de la conferencia de Naoki Sakai y Ge Sun. El evento está organizado por Inside-Out Art Museum como el programa de la exposición Discordant Harmony (2018).
Es un decir vietnamita que honra el tesoro de los recursos naturales del país, desde las montañas hasta las regiones costeras. Durante su vida, Ho Chi Minh, primer ministro de Vietnam del Norte de 1945 a 1955 y presidente de 1945 a 1969, usó a menudo esta frase para apelar al orgullo nacional.
Los factores modernos como la electricidad, especialmente las centrales hidroeléctricas y las plantaciones industriales, se consideran ciencia aplicada en el desarrollo y la reforma socioeconómicos. Por lo tanto, en la educación general, especialmente en geografía, este tipo de información se difunde al mismo tiempo que describe el sesgo de la comunidad indígena.
Bruno Latour, We Have Never Been Modern, trad. Catherine Porter (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1993), p. 99.
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