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14.07.2019
Galería de Arte Mexicano, Ciudad de México
8 de mayo de 2019 – 18 de julio de 2019
Un elemento constante en la producción de Iván Krassoievitch es el cuestionamiento del lenguaje escrito ya sea a través de estrategias de disolución o encriptación. En años recientes, su atención se ha centrado en la poesía, incluyendo sus variantes visuales. Volando bajo se sitúa dentro de esta línea de trabajos.
El proyecto que se presenta en la Sala GAM exhibe obras de su serie Poemas sintéticos, iniciada en el 2017. Estas piezas se conciben como una alternativa posible para escribir poemas sin recurrir al lenguaje escrito. En las obras, el artista emplea un conjunto delimitado de elementos recurrentes, en su mayoría producidos industrialmente, que pareciera funcionar como un vocabulario objetual. Krassoievitch provee de un subtítulo para cada pieza que se puede prestar para el desciframiento del conjunto de objetos cotidianos, de acuerdo a su arreglo y sus variaciones en tamaño o colores… si acaso. No esta demás señalar que en estos trabajos no es una prioridad articular una clara o correcta legibilidad, más bien lo que se busca es llegar a una ambigüedad capaz de evocar desde posibles juegos semánticos hasta referencias plásticas a la obra de varios artistas del siglo XX. Existe una especie de continuación entre estas piezas y la serie de esculturas Las ideas, producidas con papel maché así como mediante el ensamble de varios de los objetos utilizados en Poemas sintéticos. El acabado de la escultura también apela a cierta ambigüedad, haciendo difícil descifrar su materialidad a primera vista.
Cruzar la calle a ciegas es otro conjunto de piezas que se muestra en Volando bajo. En estas piezas, Krassoievitch recurre a la plasticidad de la mancha, relacionada con el legado pictórico moderno del automatismo y la gestualidad. Su atención a la mancha ha estado presente en proyectos anteriores, algunos de ellos vinculados con el lenguaje escrito, como las manchas blancas que cubren las entradas de un diario redactado a lo largo de un mes (Mar de fondo {Diario}, 2015) o la mancha formada por todas las letras mecanografiadas de las canciones de un disco en una sola hoja, una encima de la otra (Adolescentes, 2011-13). En Cruzar la calle a ciegas, Krassoievitch ha transcrito poemas de distintos autores —William Carlos Williams, Gertrude Stein, Eduardo Lizalde— que posteriormente son vueltos ilegibles mediante la aplicación de pintura negra. La disolución del lenguaje es ejecutada plásticamente, creando manchas oscuras y altamente sugerentes.
En Volando bajo, Krassoievitch ha intentado conectar su trabajo con la producción de Gunther Gerzso. Más que una referencia obvia y literal, el vínculo es a través de la articulación de imágenes ambiguas. Las pinturas de Gerzso, por ejemplo, cuentan con una frontalidad que las sitúa como muros, algunos con grietas o perforaciones, de aspecto arcaico o ruinoso. Del mismo modo, las pinturas pueden ser vistas como paisajes aéreos que descubren distintas topografías. Más aún, en su intención de abarcar plásticamente la totalidad del espacio de exhibición, Krassoievitch articula una situación espacial compleja, en la que los muros son intervenidos con alfombras de distintos colores y puestos en relación con su trabajo. Este tipo de ensamble espacial busca apuntar a la práctica de Gerzso dentro del diseño escenográfico de teatro y cine —una faceta de su trabajo que resuena en su escultura Personaje (1984-1990).
—Texto y curaduría por Daniel Garza-Usabiaga
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http://www.galeriadeartemexicano.com
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