28.06.2021
Reunidas por su creencia en el transmutar como desobediencia, la artista Castiel Vitorino Brasileiro y la performer interdisciplinaria y pastora Ventura Profana conversan sobre la fe que permite reconocer rutas de fuga.
Ventura, no sé cuál de los momentos bíblicos te interesa más en este momento de tu vida. El Nuevo Testamento nos dice: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). En Brasil, a principios de este siglo, la cantante Jamily llevó a cabo el proyecto de evangelización nacional a través de su canción Conquistando o Impossível [Conquistando lo imposible], nombre del álbum que la incluye. Este álbum y esta canción, tuvieron un enorme éxito en Brasil, afirmando la oportunidad de vencer cualquier imposibilidad a través de la fe en Dios. Después de 16 años, tú y PODESERDESLIGADO lanzaron el álbum Traquejos Pentecostais para Matar o Senhor [Trayectos pentecostales para matar al Señor], donde firmas como autora de las canciones. A través de la alabanza EU NÃO VUO MORRER [NO VOY A MORIR] afirmas que “las viejas tendrán sueños/ las jóvenes tendrán visiones.”
¿cómo frenar el ímpetu saqueador, destructor y asesino del enemigo? ¿Cuáles son esos caminos enteramente capaces de desprenderse de este disimulado tiempo maldito que compartimos?
Con los ojos de la fe puedo reconocer rutas de fuga que aparecen casi siempre camufladas frente a mí. Se nos presentan innumerables señales: a qué ritmo caminar, cómo calzarse para completar la travesía, si agacharse, arrastrarse, saltar o nadar. Sueño con el tiempo en que la faz del abismo se cubrirá de nuevo de oscuridad, pero nuestro espíritu se moverá, no sobre la faz del agua, sino en su intimidad. Que nuestra sed física, espiritual, emocional y afectiva pueda ser saciada, día tras día, hasta que se termine el gobierno de los hombres malos.
La estrategia de inteligencia adoptada por Saulo fue ciertamente la de la infiltración, «convirtiéndose» en el propio blanco (lobo con piel de cordero), al administrar e implementar desde adentro hacia fuera —siendo responsable de la composición de cerca del 20% de los textos bíblicos, casi la mitad del Nuevo Testamento—, el plan necropolítico litúrgico de dominación y soberanía defendido y cruzado por el orden católico apostólico romano. Apoderándose del control sobre la imagen, el legado y el nombre icónico de Jesús y elaborando sobre su memoria una teología servil, basada en la redención y el sacrificio, y reforzada por la misión asesina de salvar = blanquear: “Entonces, sí, venid y razonemos, dice Yahvé; aunque vuestros pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como el carmesí, se volverán blancos como la lana. Si estás dispuesto y eres obediente, comerás lo mejor de la tierra. Pero si os negáis y sois malvados y rebeldes, todos seréis devorados por la espada, porque la boca del SEÑOR lo ha dicho” (Isaías 1:19). Es Saulo quien aprisiona a Jesús a la figura del Señor, como «cordero de Dios» = chivo expiatorio, levantando un escudo de santificación que protege y disimula la barbarie fomentada por la blanquitud, condecorándola con las cualidades del cordero y del león, vertiendo sobre ella el libre y exclusivo acceso a la contradicción; eximiendo a los separados-elegidos-herederos de toda responsabilidad y transfiriendo a los hombros de otres el castigo. Erradicando la contradicción como posibilidad a les demás, caracterizándola como demoníaca, cuando no se activa a su servicio. De este modo, se convence ale esclavizade de que el mismo Señor que le condena a la peor de las desgracias, lo hace por amor. Y como respuesta a este amor, hay que ofrecer al Señor eterna gratitud, devoción sincera y servidumbre fiel.
Ante esto, considero que el gran interés del enemigo se concentra en erradicar toda posibilidad de encuentro desobediente. En este caso, desobedecer es armar y proporcionar pensamientos e imaginaciones que emergen, acogen, producen y se alimentan de la contradicción. En un lugar del tiempo (que yo afirmo que sigue siendo el de Jesús), las congregaciones que desobedecen son perseguidas a filo de espada. Sin embargo, la mandinga que nunca muere, hace inútil la habilidad enemiga de la resurrección engañosa. Estos movimientos de esquiva y desvío, en una esfera sobrenatural se ganan el apodo de milagro, pero es capoeira. A través del malandragem [malandraje] se hace factible ampliar las brechas que nos permiten respirar. Al reunirnos, traemos a la memoria formas de vivir lo imposible, restaurando en nuestro medio lo que es incomprensible para el colonizador. El recuerdo llega a nosotres con el sonido de un viento ardiente y veloz que llena toda la casa, y al caer sobre cada une de nosotres, se divide en lenguas de fuego. A pesar de cruzar un océano de muerte, todas estaban llenas del espíritu de la vida y hablaban en otras lenguas.
El colonizador, aturdido y perplejo, se pregunta: «¿Qué significa esto?» y nos señala como locas o borrachas (Hechos 2:13).
El Pentecostés (Hechos 2) es un acontecimiento de desorientación y desobediencia. El encuentro nos permite olvidar la lengua israelita mientras recordamos las lenguas maternas de nuestras Madres. La encrucijada no es interceptable. Es el renacimiento espiritual de la encrucijada que permite el cumplimiento de la profecía que nos dice que las ancianas soñarán y las jóvenes tendrán visiones, y nuestras hijas profetizarán, reconociendo sucesos y señales por todas partes. Es en este lugar donde el sol se convierte en oscuridad.
VP: Cuando tus manos me regaron, haciendo que la arcilla que me constituye volviera a ser moldeable, un almacén en Yakarta explotó, seis barcos en la costa se hundieron, treinta y nueve museos en Europa fueron apuñalados. Esa mañana olvidé cómo hablar. Soñé que nos casábamos huyendo, balanceándonos sobre el lago. La ceremonia en una catedral con un altar altísimo. Yo bajaba vestida, pero la sensación era de estar desnuda, de ser promiscua, de callar a toda la congregación bautista. Fue como el último sorbo de un agua de sandía y jengibre jodidamente fría y dulce. Bajé a encontrarte, para mí eres como una estrella que no vuelve a nacer, por eso sé que eres una maldita vieja. Cuando estaba en São Caetano, soñaba con el color naranja y con la calle de Naymare en Cachoeira, desde donde, ahora, te escribo. Soñé que era verano en mis muslos y que no era necesario haber dejado Bahía una vez más. Mis labios temblaban al rezar el sabor del amor que la vida de Margarida despierta en mí. Siento que por mi padre sería capaz de provocar un choque entre Saturno y Urano. Por él confundiría las órbitas planetarias de al menos ocho galaxias a las que aún no he llegado. Me gusta su traducción en mí. Me gusta aprender a besar su beso. Cuando hice rappel, punteando con el ano, sobre los objetos sagrados de madera de la parroquia donde me casé contigo, casi derribé la cruz pero la volví a colocar en su sitio maldiciéndola. El columpio estaba hecho con llantas de camión; mamá me vio desnuda, con todo el cuerpo cubierto de labial, con la verga dura y con zapatos Louboutins rosas. De color rojo, el pelo se alzaba en torres como castillos de arena. Estoy aprendiendo a construir fortalezas. Desperté para no olvidar que no me muero y el día que deje esta carcasa que he estado aprendiendo a amar, esta hermosa chica con la que te casaste y que te escribe, conoceré el Japón de antaño, riéndose de mí, apegada a la tierra.
¿Cuál es la fórmula tántrica del instante?
CVB: También creo que todos estos cambios vitales que estamos haciendo, requieren que hagamos sacrificios. Ofrecer algo de nosotras mismas para que el movimiento de nuestras vidas siga sucediendo. Nuestras conversaciones sobre la negociación son recurrentes, y sabemos que en estas negociaciones se pierden cosas para ganar otras. Pero hay algo que estamos aprendiendo juntas, que es precisamente la imposibilidad de perder algunas cosas. Los sacrificios no son negociaciones, porque no perdemos, sino que alimentamos, compartimos lo que nos alimenta y alimenta las vidas que nos hacen posible la vida. ¿Cómo estás alimentándote?
VP: En la antigua cocina con color de astucia, donde se ponen a hervir los caldos, en el borde del labio se experimenta. Sobre la mesa se multiplican las macaxeiras también llamadas yuca. Los frijoles que estoy cocinando han aprendido el camino al aroma de los que cocinaba mi abuela. Cosechamos chiles en las últimas décadas del otoño que existió, porque en el fondo de mi intuición escuché la risa que están dejando salir al aire ahora que se está quemando. Las aguas de umbu, mangaba y acerola en la copa destruyen cualquier mal humor que tenga. He pasado las dos últimas semanas cortando ajos, moliendo caña y maldiciendo. Comprendí en el encanto de los secretos cómo mantener juntos mis dedos de los pies hasta los últimos días, a diferencia de mi padre y también de su padre, a quien la diabetes les arrancó varios dedos. Dos años de Perlutal me trajeron problemas de circulación, así que interrumpí ese ciclo en mi vida, pero lo extraño mucho. A través de la comida nos matan, ellos suelen matarnos, me dijo Everlane. Se come con la boca, se come con la mirada, hasta la escucha necesitamos alimentar. Una alimenta el cuerpo, el espíritu. El desayuno es mi favorito, me gusta cuando hay tapioca con queso fresco, miel y coco rallado. He estado haciendo menos cocadas debido a mi nivel de azúcar, pero fue aprendiendo a hacerlas que reconocí lo precioso de la práctica culinaria.
VP: Fue nuestro valor para matar lo que nos trajo hasta aquí. Era necesario matar para establecer una relación íntima con la muerte, hacer sambar bamba por los senderos de la vida. Estoy tratando de nutrir esta amistad mortal, para que pueda tratar a mis amores con cariño, en el tiempo de la travesía. Todas las noches le susurro canciones para que las aprenda y las cante cuando nos lleve a vivir en otra estación. Es frente a la muerte que soy testigo de la gloria del avivamiento. Sin duda, la transmutación es esencial e inevitable. Las aguas de los manantiales dejan de ser manantiales cuando se convierten en aguas de lecho, pero nunca dejan de ser manantiales, fluyen, confluyen, serpentean y se vuelven otras cuando desembocan en la boca, algunas se convierten en oceánicas, otras se elevan a las nubes y siguen su viaje por el aire, aún quedan las que son montos, recorriendo el camino de regreso a la fuente. ¿Qué es de la serpiente que no está dispuesta, por miedo, a cambiar sus escamas?
Traducción del portugués al español hecho por Ambas (Jenny Granado y Fernanda Barreto)
N.T.: También conocidas como tarántulas en la cultura popular.
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