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23.08.2017

Un abismo de luz

Gamma Galería, Guadalajara, Jalisco, México
17 de junio de 2017 – 12 de agosto de 2017

Tan fugaz como eterno, el gesto capturado yace edificado por volúmenes arbitrarios cuyo flujo interminable cuestiona los principios de la temporalidad en la estética tradicional. La fidelidad de un instante sólo puede llegar a ser apreciada en su etapa más nítida, aquella que contiene la emoción a través del trazo que actúa como un destello en la síntesis de la materia. Sin pretensión alguna que lo limite, el acto de dibujar es el más noble por su indiscutible veracidad pero a la vez el más complejo por su relativa instantaneidad. Así como el paso del tiempo, imparcial e implacable, la genuinidad expresada a través del trazo es capaz de evidenciar hasta la más profunda de las intenciones del artista.

Perteneciente a una escuela tradicional donde las técnicas clásicas y la insaciable búsqueda por concebir una nueva figuración rigen los valores estéticos del artista, el maestro Heriberto Anaya (1939, Tapalpa, Jalisco) es un fiel practicante del dibujo que ha permanecido tras las sombras de su expresión personal nutriendo un cuerpo de obra cuyo único propósito es aquel de trascender toda temporalidad. Originario del pueblo mágico de Tapalpa al sur de Jalisco donde la tradición juanacatleca del grabado predomina hasta la actualidad, el maestro Anaya creció inspirado por las sutiles bellezas de lo rural y sus enigmas ancestrales. Influenciado por la contundente temática de la Escuela Nacional Mexicana y las composiciones modernas de las vanguardias europeas del Siglo XX, el maestro Anaya desarrolló un estilo único que hace del volumen algo eternamente transitorio que habita entre dualidades y perspectivas, entre luz y sombra, entre presente y pasado. Renunciando a la pintura en su juventud, el maestro Anaya dedicó el resto de su carrera artística a encontrar en el dibujo un modo de expresión donde se pudiera sintetizar una composición entera en un gesto individual.

Tras una ausencia de más de 40 años, la obra del maestro Anaya irrumpe de las sombras del pasado para presentarse en Un abismo de luz, exposición individual que reúne un cuerpo de obra nunca antes visto que abarca varias décadas de una insaciable producción artística enfocada en el dibujo tradicional. Basado en lo que fue el último proyecto de su carrera profesional en la década de los setenta, el cuerpo de obra expuesto toma como punto de partida un mural cuya realización nunca pudo ser concretada debido a que los temas que Anaya buscaba retratar eran demasiado instigadores para la Secretaría de Cultura que lo había comisionado. La tenacidad que alguna vez fue malinterpretada y censurada por el sistema es rescatada junto con la intención inicial del artista, Un abismo de luz es un monumento vivo a la figura y a su máxima expresión sin delimitación alguna. Los vestigios de algo que pudo haber sido por fin son capaces de ver la luz y así transitar libremente entre tiempo y espacio, reviviendo una identidad oculta que cobra vida a través de una dualidad cuya polarización es unificada por la figura. Esculpiendo volúmenes infinitos con lo gestual, la línea del maestro Anaya sigue el trayecto que divide a la vida de la muerte, habita entre la sexualidad del ser y su deseo reprimido por expresarse, se alimenta de las sombras para irradiar una luz ante lo sublime, nos cautiva con lo esencial en su estado más natural mientras nos recuerda de la fragilidad por la que se rige, encontrando así un balance genuino que dispersa toda noción del peso del tiempo.

http://gammagaleria.com/

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