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31.01.2018

NAFTAlgias

Espacio Deslave, Tijuana, México
22 de diciembre de 2017 – 31 de enero de 2018

NAFTAlgias. Un texto abierto abierto ante la sensibilidad de libre mercado es la primera exhibición del colectivo Arte y Trabajo BWEPS. La muestra —más allá ser meramente una exhibición de objetos en el espacio— se conforma por diversos elementos que facilitan un conjunto actividades, presentaciones, performances y reuniones de estudio que apuntan a activar el espacio a través del tiempo. Entre ellas se encuentran un maratón de la serie Black Mirror en Netflix; presentaciones con diversos tópicos como el TLCAN, el sentir neoliberal de la producción artística contemporánea y estrategias de movilización contra la violencia; el taller-performance de Mezcálnica Popular realizado los domingos al mediodía por el artista Irak Morales; y por último, un grupo de estudios que se reúne todos los sábados a leer ensayos sobre estética y frontera con la finalidad de armar un texto colaborativo por los participantes.

*Arte y Trabajo BWEPS es un grupo de estudios multidisciplinario de Biquini Wax EPS para analizar el arte contemporáneo bajo el modo de producción capitalista conformado por Alejandro Gómez Arias, Bernardo Núñez Magdaleno, Gustavo Cruz, Roselin Espinosa, Neil Mauricio Andrade, Daniel Aguilar Ruvalcaba e Israel Urmeer.

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Un texto abierto ante la sensibilidad de libre mercado A&T BWEPS en colaboración con Deslave.

Hace pocas horas dilucidamos que sería sensato ensayar, en grupo, una estancia de Arte y Trabajo con Deslave, un texto abierto ante la sensibilidad de libre mercado o bien: un estudio o serie de preguntas satélite, ¿qué es el arte y qué es el trabajo?

Arte. 1. Es un producto del trabajo humano, y como tal tiene un valor de uso y valor de cambio; desde este punto de vista se le puede ubicar dentro del desarrollo económico en la sociedad. 2. Es un modo social de comunicación, es decir, es un vehículo de ideas y sentimientos: este es precisamente el valor de uso del arte (al cual con frecuencia puede agregársele otros valores de uso externos al carácter intrínseco de la obra artística). En ese sentido el arte es un medio de transmisión de reflejos y reacciones del hombre ante la realidad que lo rodea. 3. Es una expresión ideológica, es decir, comporta inevitablemente un contenido clasista…(…)

(…) Los tres aspectos señalados son, para el investigador social, tres líneas de estudio diferentes, pero conectadas. El primer aspecto conlleva el análisis del arte como mercancía peculiar (o producto que ha devenido mercancía), del papel de los artistas en el seno de la estructura económica, de las formas de división del trabajo que implica, de la influencia de las técnicas de producción y reproducción en la creación artística, etc. El segundo aspecto nos lleva al estudio las estructuras de lenguaje artístico: las reglas y normas en el uso de la materia prima manejada por el artista para construir su obra (colores, formas, texturas, sonidos, ritmos, palabras, imágenes, etc.), la simbología implícita y explícita en los caminos por los cuales se establece la comunicación artista-público. El tercer aspecto nos conduce a investigar (y a distinguir) la expresión de la conciencia de clase, y por tanto de una época, en la obra de arte.

Y…

Trabajo. Es la actividad por la cual el hombre modifica la materia para poder utilizarla para sus fines o, como dice también Marx, para apropiarse de la naturaleza. En esta concepción no hay lugar para las confusiones entre trabajo del hombre y actividad de algunas especies animales —abejas, castores, etc.— dirigidas a transformar de alguna manera materiales naturales para satisfacer las propias exigencias de la vida; para Marx, estas actividades están caracterizadas por la invariabilidad de la necesidad y de los modos de abastecerse, fijada por un mecanismo biológico particular para cada especie.

El hombre en cambio modifica la naturaleza en función de necesidades que han cambiado ampliamente en el curso de la historia, siguiendo criterios basados en el conocimiento de las leyes, y de las propiedades de la materia, utilizando las más diversas formas; es decir el hombre se vale, en su obra sobre la naturaleza, de instrumentos que son ya el producto de la transformación de alguna cosa encontrada en la naturaleza. La rama o la piedra recogidos por el hombre primitivo en el mundo circundante son ciertamente elementos naturales, pero sólo la observación y la experiencia podían transformarlos en instrumentos, o sea en objetos incapaces de por sí en satisfacer necesidades humanas, pero utilizados para obtener cuanto podía satisfacerlas. Caracterizar la diferencia esencial entre trabajo, fenómeno exclusivamente humano, y actividades animales con una superficial semejanza era necesario para evitar dentro del marxismo las interpretaciones naturalistas, es decir la reducción de los problemas a términos biológicos y el consiguiente planteamiento fatalista y pasivo. (Ernesto Mascitelli, Diccionario de términos marxistas).

Hablemos, pues, de las condiciones de producción de arte contemporáneo en México. ¿Qué es el trabajo en el arte contemporáneo? ¿Cuáles son las especificidades de las relaciones de producción en el arte contemporáneo al interior del país? ¿Es necesaria la historia y la teoría para entender nuestrx convulso presente? Ante la Ley de Seguridad Interior, la renegociación del TLCAN y las elecciones del 2018, ¿a poco no vale averiguar cómo podemos organizarnos, cómo enfrentar las limitaciones ideológicas de la sensibilidad de libre mercado, cómo salir de la espiral de insatisfacción —hastío— provocada por las discusiones maniqueas de la política cultural y sus formas de organización tradicionales? ¿Qué es una imagen y cuáles son sus potencias en la época de los medios digitales y lo que quizá se maneje como post-internet? ¿Se pueden trazar redes de colaboración culturales de base a lo largo del país? ¿Lograremos hacernos cargo de nuestros propios programas culturales sin la autorización de las instituciones públicas o privadas o los caudillos culturales? De entrada, habríamos de reconocer que para criticar a la tradición del poder cultural, sin repetir ésas mismas formas que pretendemos criticar, tendríamos otra tarea que exige cautela: no olvidar el hermetismo y exclusión propias del centro, claro, pero, tampoco generar otros centro —igual o más caciquiles— desde la periferia, en la periferia, por la periferia… ¿Cómo se llama esa muralla erigida para proteger el bordo? ¿Sirve de algo —más allá del estrellato individualizado o el here is la border— amurallar el muro?

Esta serie de reuniones se conciben como párrafos sueltos de un texto abierto y dilatado por el sobrecalentamiento de lxs cuerpxs, las calles, las letras, las imágenes, los globos, las monedas, las páginas. Se trata del esbozo de una ergonomía común, autónoma del espaciotiempo de trabajo.

Proponemos un texto fisura que se escribe mientras se abre. Y en ese umbral que permite la grieta, estudiamxs y reflexionamxs en grupo, como cultivo de bacterias en torno a una herida, una serie de lecturas oxígeno para entender nuestra(s) estructura(s) del sentir, sea con La praxis estética que pensó Alberto Hijar, el Capitalismo gore enunciado por Sayak Valencia, el Anti-Humboldt que encontró Hugo García Manríquez y décadas antes, el discurso-ensayo-teoría de Walter Benjamin: El autor como productor. También Sociología de la imagen de Silvia Rivera Cusicanqui, Arte y sociedad: latinoamérica de Juan Acha, La tiranía del sentido común de Irmgard Emmelhainz, Escritos sobre la guerra y la economía política o bien, ese Subcomandante Marcos que nos ofrece Sergio Rodríguez Lazcano. ¿Acaso ha habido un tiempo más relevante para Nuestra América de José Martí?

Entre los ejercicios laborales de lectura holgada por eso se propone beber café —cosechado en caracol de Morelia y tostado en Oventic— para estar bien despiertos mientras esquivamos los taxis libres y los ruteros, montados sobre bicicletas prestadas en la Liber, por Tijuana y por sus puentes, para desentumecer la cabeza y pedalear la imaginación.

Y bueno, también habríamos de echarnos un pox Calientasangres embotellado desde la imprenta del Trapos’ o bien, si ya se lo chuparon todo, un mezcalito Pierdenalgas que también calienta la sangre —aunque sea pura ponzoña de Zacatecas— porque sí hace falta. Casi tanta como ver la cuarta temporada de Black Mirror en Netflix, pues ya es oficio estimular lo paranoico, quizá.

Compartiremos (y escucharemos), entonces, nuestras (y sus) NAFTAlgias, amigos, y si hay vida también se puede consultar un textillo o nomás abrirlo y dejarlo en el browser hasta que falten 20 minutos para la reunión IRL. Todo lo anterior, of course, como forma de activar procesos físicos sensibles y estirar el músculo intelectual para que nos lleven a (re)pensar el futuro de las prácticas culturales y la teoría crítica. Desde lo que aún venimos (y otros vienen) explicándonos como autonomía.

www.deslave.org

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