Marginalia

Tiempo de lectura: 4 minutos

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01.07.2016

MARGINALIA #17

DERIVA
1 de junio de 2016 – 30 de junio de 2016

Marginalia consiste en la invitación mensual a un artista, curador o proyecto a escoger una serie de imágenes para el fondo de la página de Terremoto en relación con su práctica e intereses del momento. A final de cada mes se revela la identidad del invitadx y se pueden descubrir las imágenes en conjunto.

 

14 tésis sobre DERIVA

1. El camino más directo entre dos lugares es una línea recta. Pero el camino más interesante no es necesariamente el más directo.

2. “Nos contamos historias para sobrevivir […] Nuestra vida depende de nuestra capacidad de imponer líneas narrativas sobre una serie imágenes dispares —las “ideas” con las que hemos aprendido a fijar la parpadeante fantasmagoría que es nuestra verdadera experiencia.” (1) A veces, sin embargo, estas historias nos fallan. Se vuelven insuficientes: meros espectáculos, sedantes que embrutecen a la conciencia y destruyen la voluntad política.

3. Nuestra tarea, entonces: Destruir, interrumpir, fragmentar, violentar las narrativas lineales de los lugares comunes. Nuestra lógica organizacional, por lo tanto: la base de datos y la lógica computacional como camino hacia lo sorprendente. Nuestro objeto (no podría ser otro): México y su violencia.

4. Nuestro reto: Representar la realidad sin caer en el espectáculo.

5. Tratamos, dentro de lo posible, de atenernos a lo material. Nos interesa entender cómo la gente se gana la vida.

6. Una analogía: Los medios tradicionales son guías de turistas; DERIVA, una invitación a perderse.

7. Una descripción concreta: Viajamos a lo largo y ancho del país recogiendo fragmentos de lo cotidiano y de lo inexplicable, valiéndonos del cine, la fotografía, el periodismo, la crítica, y la ficción. Después, en vez de ensamblarlo todo en un cuento o en un artefacto que fabrique un ilusión de coherencia, clasificamos estos fragmentos usando criterios subjetivos, pero no por eso arbitrarios. Finalmente, echamos a andar el algoritmo, el cuál selecciona fragmentos y los presenta siguiendo un orden determinado no por los tres actos aristotélicos sino por una lógica asociativa y digresiva.

8. El resultado es que cada encuentro con nuestro trabajo —ya sea en una sala de cine o en nuestro sitio web— es único e irrepetible.

9. Nuestra esperanza: Que la yuxtaposición inesperada de fragmentos invite al derivante a vivir nuevas formas narrativas. A contar nuevas historias. A expandir y reimaginar la definición de violencia.

10. El propósito de este ejercicio, es tanto estético como político. Una narrativa espectacular no explica, sino enerva. Una narrativa previsible no avanza, sino que se muerde la cola. Una definición estable no define, sino defiende. La deriva despierta, acelera, y expande.

11. Un corolario de nuestra intención democrática: Partimos de la premisa de que nuestro algoritmo es impersonal, pero no por eso apolítico. Sépanlo sus creadores o no, todo algoritmo —desde el que selecciona el orden de las fotografías en nuestras redes sociales hasta el que controla el sistema navegacional de un misil nuclear— contiene intenciones éticas. Ningún algoritmo es neutral. Hay algoritmos racistas, plataformas excluyentes, algoritmos supersticiosos, protocolos anárquico. Nuestro proyecto aspira a hacer explícito este aspecto de la computación: Los números, como las palabras, nunca son objetivos.

12. Otro corolario: Nuestro proyecto es dialógico. Aspiramos a tratar a nuestra audiencia como algo más que una colección de espectadores pasivos. Antes de cada función, pedimos a todos los asistentes que respondan una serie de preguntas cualitativas, personales, y emocionales. Estas respuestas son entonces analizadas por el mecanismo algorítmico para determinar qué fragmentos mostrar y en qué orden. Cada DERIVA, entonces, surge del encuentro entre la subjetividad de la audiencia, la subjetividad de nuestra clasificación, y la subjetividad cristalizada del algoritmo.

13. Sin embargo, es importante enfatizar que estos cuestionarios no son votos a mano alzada o respuestas a aquella pregunta a la que las familias idiotas responden cuando se sientan a ver televisión: ¿Qué quieren ver? Al contrario: la máquina algorítmica incorpora las respuestas minoritarias o inusuales. Después de todo, una verdadera democracia no es aquella en la que la voz de la mayoría es la voz más fuerte, sino aquella que también amplifica las voces más débiles.

14. “El espectáculo no es una colección de imágenes, sino una relación social mediada a través de imágenes.” (2) Nuestra recompensa, si todo sale bien: Una nueva relación social entre los miembros de nuestra audiencia, entre nosotros como investigadores, entre ambos como seres humanos.

Texto: Nicolás Medina Mora
DERIVA: Analia Goethals, Nicolás Gutiérrez Wnehammar, Santiago Mohar Volkow, Pablo Somonte Ruano


(1) Didion, Joan. “The White Album.”
(2) Debord, Guy. “La Sociedad del Espectáculo.”

http://deriva.mx/

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