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02.06.2021

Sobre la exposición "Rosa es una Rosa es una rosa" de Sofía Novella en La Erre, Guatemala

Ciudad de Guatemala
22 abril, 2021 – 28 mayo, 2021

El arte que no rompe su burbuja es hegemonía

“El único modo de salvarse del abismo es mirarlo y medirlo y sondarlo y bajar a él”.
—Cesare Pavese

Del 22 de abril al 28 de mayo estuvo en exposición la muestra Rosa es una Rosa es una rosa de Sofía Novella en la galería La Erre, ubicada en la zona 4 de la Ciudad de Guatemala. Recorrerla era adentrarse en una ensoñada atmósfera de abundante nostalgia y paz familiar. Todo muy rosado, todo muy dulce, todo muy tierno, bien hecho, digerible y nítidamente acabado. Una lograda exposición honestamente fresa y pop. 

Pero las cosas exageradamente dulces generan sospecha. Sobre todo en un lugar como este en tiempos como estos. Ahí donde aparece la presunta definición del bien y el mal interesa encontrar la sutura, la duda, lo que esconden las bambalinas de la dicotomía. Sería parcial, por ejemplo, apreciar la belleza de las catedrales europeas sin reparar en la brutalidad de los despojos y esclavitud que las financiaron. Uno y otro fenómenos son corresponsables y su existencia es inseparable.

Disolver esta interdependencia sería fetichizar, es decir, abstraer hasta ignorar que todo texto tiene un contexto. Pero ninguna historia, aunque presuma ser mito originario, sucede desprovista de un conglomerado de relaciones sociales. A partir de este entendimiento cabe sugerir que esta exposición se leía mejor pensando en lo que callaba —eso otro apenas dicho y refundido en la esquina— que en los valores que efectivamente reafirmaba.

Una gelatina marca Kika como leitmotiv, un refrigerador con pasteles de gelatina y flores, pinturas de retratos retocados, un tocador antiguo, una muñeca de cuerda en versión tablet, collages con recortes de flores entre otros objetos que evocaban una sana atmósfera de clase alta. Inocencia que terminaba atrás de un retrato familiar al fondo de la galería en una esquina. En ella, entre recortes de periódicos se asomaba la existencia de un otro amenazador e irracionalmente violento: los secuestradores.

Era ahí que entendíamos de qué iba el asunto: la artista es nieta de Olga Alvarado Rubio de Novella secuestrada en 1996 por un núcleo guerrillero urbano. Un evento que puso en riesgo los acuerdos de paz y terminó con el asesinato y exilio de los secuestradores y la salida de ORPA de la mesa de negociaciones. Entonces todo cobraba un sentido conmovedor. Entendíamos que la familia, en un gesto audaz y hermoso, enviaba mensajes a su abuela escondidos entre los clasificados de prensa. La nostalgia de esa elísea atmósfera resultaba ser —sorpresiva o naturalmente dependiendo del ojo que vea— otro producto del dolor de la guerra. 

Es como manifestación cultural de la memoria histórica guatemalteca que interesa apuntalar una crítica, y es contra la lectura del conflicto como un enfrentamiento entre el bien triunfante y el mal vencido. El bien rosado-dulce, el mal oscuro y nada más. Una lectura hecha desde el lugar de enunciación de los aún vencedores ahora que se reafirma su posición a través de la restauración total que estamos viviendo.

Algunos dirán que en las guerras no hay vencedores y que al fin todos resultan perdiendo. Aunque eso sea cierto no podemos obviar que en los mismos años de este secuestro y de la firma de la paz se legisló el marco a partir del cual se recrudeció el conflicto de nuestros días: la lucha por el territorio contra la expansión del capital extractivista. Ciclo inaugurado con la masacre de Chixoy y vigente en el encarcelamiento de Bernardo Caal, por mencionar ejemplos. Prisión política, difamación, estados de sitio, asesinatos impunes de líderes, división comunitaria, paramilitarismo y represión estatal al servicio del interés corporativo no son cosa del pasado sino del presente para aquellos ojos dispuestos a ver.

¿Es el dolor del pobre despojado más importante que el del oligarca? No. Pero un dolor no está desvinculado del otro a menos que por ingenuidad o decisión nos escondamos de su interdependencia. A menos que optemos por no sentir y no ver la integridad del horror: la historia de la guerra y su continuación presente. Solo a partir de esto podría el arte (¡la vida!) reconocer al otro refundido en la esquina del fondo como lo están hoy la luchas de las resistencias comunitarias. El arte que no revienta su burbuja es hegemonía y de eso se trató esta bella exposición.

¿Es responsabilidad de la artista hacer contra hegemonía? No necesariamente. El arte no debe tener más mandato que la honestidad de su creación. Por otro lado, es responsabilidad de quien observa y reflexiona comunicar su crítica con esa misma honestidad exigida. Ignorance is bliss? ¿Cómo ver esta muestra pensando en Abelardo Curup, líder criminalizado y muerto en cárcel a sus 84 años por organizarse y defender la tierra productora de rosas de San Juan Sacatepéquez, comunidad dividida y despojada por Cementos Progreso, la empresa insigne de la familia Novella? No lo sabremos. Hay mundos que quizás nunca vayan a encontrarse.

—Texto por Andrés Quezada

 

Mientras preparas tu desayuno, piensa en los demás,
(No olvides alimentar las palomas)
Mientras peleas tus guerras, piensa en los demás,
(No olvides a quienes piden la paz)
Mientras pagas la factura de agua, piensa en los demás,
(No olvides a quienes maman de las nubes)
Mientras estás de vuelta a casa, tu casa, piensa en los demás,
(No olvides al pueblo de los campamentos)
Mientras duermes y cuentas los astros, piensa en los demás,
(Hay quienes no encuentran un espacio donde dormir)
Mientras te liberas con las metáforas, piensa en los demás,
(Los que perdieron el derecho a hablar)
Mientras piensas en los demás que están lejos, piensa en ti,
(Di: ¡Ojalá fuera una vela en la oscuridad!)

—Mahmud Darwish, poeta palestino, 1941- 2008.
Traducción: Lic. Mohamed El Mouradi.


Imagen: Funeral de Abelardo Curup.
Foto por Voces de Iximulew

“Mi padre siempre decía ‘yo estoy preso aquí en la cárcel de Pavoncito, ustedes deben seguir siempre presentes en la lucha’. No hay que tener miedo porque Cementos Progreso trabajan por mucho dinero pero nosotros acá en San Juan Sacatepéquez estamos presentes, no nos echamos atrás. Aunque mi papá murió ahorita, nosotros estamos presentes. Nosotros seguimos en la lucha hasta la muerte.” 

—Declaraciones del hijo de Abelardo Curup entrevistado por Red Tz’ikin el día del funeral de su padre quien falleció el 8 de abril del 2018.

Notas

  1. En clara referencia al poema Sacred Emily de la poeta Gertrude Stein en el que aparece el verso «A rose is a rose is a rose is a rose”. Según Wikipedia “su significado se ha interpretado con frecuencia como «las cosas son lo que son»”.

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