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30.07.2019
San Diego Art Institute, San Diego, California, USA
29 de junio de 2019 – 3 de noviembre de 2019
Reflexiones Sobre la Óptica Crítica Blacktino
El año 2019 marca un hito en la historia LGBTQ. Los museos e instituciones culturales de todo el país conmemoran el quincuagésimo aniversario de Stonewall, ese tumultuoso disturbio en el que la población queer se defendió de las intrépidas redadas policiales en el Stonewall Inn de Greenwich Village, Nueva York en 1969. Como en todas las mitologías culturales, otros momentos intermitentes se mantienen ensombrecidos en los recuentos históricos. Son poco reconocidos los levantamientos y las manifestaciones en California como Cooper’s Do-Nut en 1959, Compton’s Cafeteria en 1966 y Black Cat Tavern en 1967, donde personas queer de color y de género no-conforme se alzaron contra el acoso policial.
Hoy en día, a medida que los museos se ocupan de la visibilidad LGBTQ en numerosas exhibiciones, no se debe pasar por alto el poder tempestuoso de las solidaridades interétnicas y las afinidades interraciales. La población queer de color ha tenido una función crítica en el arte y el activismo social. Sus prácticas creativas —juntas y separadas— activan Forging Territories: Queer Afro and Latinx Contemporary Art (Forjando territorios: Arte Contemporáneo Queer Afro y Latinx) del Instituto de Arte de San Diego (SDAI), exhibición que confronta desde una nueva perspectiva estas convergencias culturales.
Forging Territories, con curaduría de Rubén Esparza, organiza una conversación sobre las intersecciones históricas y contemporáneas de las experiencias queer latina y negra. Con base en lo que E. Patrick Johnson y Ramón Rivera-Servera han llamado “blacktino”, una “óptica para entender las interacciones con la experiencia negra y latina, sus estéticas y el erotismo en el performance,” esta exhibición de SDAI muestra a diecinueve artistas vinculados en un vocabulario de la supervivencia, una capacidad de avanzar a través de matrices comunes de objetivación étnica, acoso policial, detención por estatus migratorio y la interacción de atracción sexual, deseo y amistad [1]. Es dentro de estas íntimas y, en ocasiones, problemáticas encrucijadas que los artistas que componen esta exhibición “convergen en los márgenes de la cultura blanca homonormativa” y, por lo tanto, dilucidan otro territorio [2]. Es un territorio de autorrevelación e imaginería relacional en busca de definición a través de retratos honestos y convicciones firmes.
El retrato se enfoca en un área de interés central para los artistas queer de color de esta exhibición, incluidas la imaginería sagrada de los iconos lésbicos chicanos de Alma López y las fotos instantáneas de Amina Cruz sobre la vida de gente queer de color. Ninguna de las muestras lo ejemplifica mejor que la de Laura Aguilar. Su fotografía difumina los límites del earthwork, el feminismo y la imaginería del paisaje. Con su desnudez, realinea entornos arquitectónicos naturales logrando una continuidad entre la línea, la forma y la curva. Su representación del deseo lésbico de las latinas amplía los términos de lo que es natural y lo que pertenece. El resultado es una ecología queer de color, una manera de negociar la sexualidad, el género y la autodefinición a través de cuestiones relacionadas con la materia vegetal.
El trabajo de Aguilar complementa las imágenes ambientales de Texas Isaiah, Paul Mpagi Sepuya, dana washington y Maurice Harris, quienes de manera similar improvisan las coordenadas dicotómicas de la masculinidad/feminidad, lo natural/antinatural, lo orgánico/inorgánico, deshaciendo y rehaciendo formas de lo queer negro. Estos artistas confrontan la cámara y su mirada racializada al desarraigar el desnudo negro del extenso archivo visual de Robert Mapplethorpe, donde los especímenes florales exageran las imágenes fálicas de sus modelos. La forma en que Harris coloca el ramo y el cuerpo, la reinvención del Jardín del Edén de washington y los retratos profundamente introspectivos de sujetos queer de color de Isaiah buscan otra definición de auto-revelación en la flora y la fauna. No se trata de cuerpos negros ordinarios y, como puede verse en el trabajo de Sepuya, estos rompen distancias a medida que las relaciones interraciales se mezclan con el marco de la imagen y la tecnología misma de la cámara. Sepuya desafía la manera en que los espectadores se relacionan con los cuerpos queer masculinos negros, desestabilizando, así, las zonas de contacto erotizadas cargadas de una ansiedad racializada que se encuentra de forma latente en la historia del arte y la cultura visual de los Estados Unidos.
Al contemplar la exquisitez de la apariencia de la gente queer de color, otros trabajos yuxtaponen principalmente lo duro y lo suave, el exterior y el interior, la penetrabilidad y la impenetrabilidad. Los dibujos de grafito de Héctor Silva reconstituyen la apariencia dura de los jóvenes (homeboys) y los mafiosos (thugs) del barrio con los códigos de la vestimenta de la prostitución. Silva, al igual que Carlos Almaraz antes que él, cuestiona la musculatura machista, poniendo a prueba las divisiones de la heterosexualidad obligada y la ambigüedad sexual, alentando así otro tipo de mirada a las tensiones sexuales y la autodeterminación de los jóvenes de barrio de Los Ángeles. Otros artistas como Vinnie García, Roy Martínez (alias Lambe Culo) y Nao Bustamante utilizan telas para adornar la variante de género y los mundos de la gente queer de color. Al igual que la propuesta de creación de mundos de José Muñoz en “la manera en que el performance —tanto teatrales como rituales cotidianos— tienen la capacidad de establecer puntos de vista alternativos hacia el mundo”, estos artistas fabrican instalaciones de sitio específico, adornos y prendas para-militares. En el caso de Bustamante, sus trajes de soldadera hechos de kevlar estilizan el cuerpo queer etnorracial con fibras a prueba de balas para un mejor mañana [3].
La futura promesa de algunas obras de arte, ya sea en la parábola romántica de Denae Howard Historia de amor negro (2015) o en la obra inter-coital de Joey Terrill, ¿Qué es Eso, que Hace a los “Homos” de Hoy, Tan Diferentes, Tan Atractivos? (2011) requiere una reflexión sobre nuestras circunstancias y vulnerabilidades actuales. Hoy en día, la mayor propensión a la victimización y muerte anti-transgénero recae sobre las mujeres de color trans. La fragilidad de la vida es algo que los queers de color conocen demasiado bien. Como lo refleja Pulso 49 (2017) de Rubén Esparza, el ser negro y el ser latino se entremezclan en las secuelas de la hermandad travesti: SIDA y el club nocturno Pulse. Escrito con la propia sangre del artista, Esparza inscribe los nombres de los cuarenta y nueve muertos el 12 de junio de 2016, cuando un asesino abrió fuego en la noche latina de Pulse, el club nocturno de Orlando. Con los veintitrés muertos de ascendencia puertorriqueña, el horror de ese momento hizo eco de la creciente exposición a la violencia y brutalidad que los queers negrxs, latinxs y afro-latinx han enfrentado transnacionalmente desde las islas hasta tierra firme. El listado de Pulse 49, en un formato que se eleva desde la región inferior de la página, refleja de manera escalofriante la lista de nombres reminiscente a la crisis del SIDA. Aunque no se percibe un fin a las muertes (actualmente las personas de color representan la tasa más alta de nuevas infecciones de VIH), Esparza regresa al vocabulario familiar del SIDA y da vida a estos nombres con el fluido plasmático que los discursos fóbicos del SIDA han convertido en letal. Esparza se apoya en este momento de la historia del SIDA y del arte performance queer interétnico para forjar un nuevo territorio. Así, comienza un lenguaje de pérdida que hace posible una óptica queer blacktino.
—Texto por Robb Hernández, Ph.D., Profesor Asociado, Universidad de California, Riverside
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Artistas
Laura Aguilar, Carlos Almaraz, Patrisse Cullors, Texas Isaiah, Devin Morris, Paul Mpagi Sepuya, dana washington, Nao Bustamante, Amina Cruz, Angel Divina, Rafa Esparza, Vinnie Garcia, Felix Gonzalez-Torres, Maurice Harris, Danae Howard, Alma Lopez, Roy Martinez, Devin N. Morris, Joey Terrill.
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[1] Johnson, E. Patrick and Ramón H. Rivera-Servera. “Introduction: Ethnoracial Intimacies in Blacktino Queer Performance.” In Blacktino Queer Performance, edited by E. Patrick Johnson and Ramón Rivera-Servera, 1-18. Durham, NC: Duke University Press, 2016.
[2] Ibid., 6.
[3] Muñoz, José Esteban. Disidentifications: Queers of Color and the Performance of Politics Minneapolis: University of Minnesota Press, 1999.
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