12.05.2022
Hasta el 15 de mayo en Acapulco 62, CDMX
ESPACIO ABIERTO
Aquí unas breves palabras que intentan fortalecer la idea de que los espacios discretos o modestos, ajenos a la grandilocuencia de la institución o el museo, son una alternativa para que la imaginación desligada de los grandes poderes sea capaz de diseminarse y oponerse a los discursos dogmáticos, políticos o mercantiles que secuestran la posibilidad de confiar en la creación inesperada y en el arte. La exposición Atl 217 que se lleva a cabo en el espacio Acapulco 62, es una muestra elocuente de lo que quiero decir: artistas diversos, dueños de propuestas diferentes, actores de intenciones pictóricas o gráficas incluso equidistantes, se congregan en este espacio para hacer valer la autonomía que todo arte legítimo reclama.
Ser marginal, practicar el exilio, renunciar al púlpito y a la guía del rebaño puede fortalecer a un intelectual, a un artista o a un filósofo, como lo afirmó el pensador palestino Edward W. Said, pero es imposible que éstos se aparten de la comunidad que los contiene, pese a que su papel sea excéntrico, estimulante o efímero. La imaginación aparentemente dispersa en pequeños grupos, asociaciones, suplementos culturales, reuniones, espacios de exhibición artística, foros modestos o cofradías es una alternativa real cuya existencia, como en el caso de Acapulco 62, es posible comprobar; pero la imaginación que dota a los grandes poderes o instituciones de una naturaleza
benefactora, casi divina o directora se acabó. La imaginación no llegará al poder, como rezaba la arenga estudiantil del siglo pasado, si acaso lo desintegrará a partir de su astucia, dispersión y acción modesta. La presente reunión de artistas plásticos en esta galería de la colonia Santa María la Ribera basta para ratificar que es posible acudir a un espacio estético vecinal, en el que pintores o artistas de la calidad y trabajo de Alfonso Mena, Boris Viskin, Sofía Echeverrí o Miguel Ventura logran convivir con otros talentosos creadores en un espacio donde la libertad se manifiesta a partir de la propuesta individual que remite al concepto de casa, vientre y posada; espacio habitable en el que todavía es posible crear signos que le den sentido a la sensibilidad y a la expresión íntima. La dispersión creativa o el encuentro entre artistas diversos, reunidos alrededor de un tema o pretexto, es un arma, un antídoto contra la demagogia imperante de lo que se conoce hoy como el mercado del arte. Bienvenida esta libre “asamblea” entre vecinos del arte.
Guillermo Fadanelli