07.09.2023
En exhibición hasta septiembre 2023
La práctica artística de Adrián Guerrero (Guadalajara, Jalisco, 1975) está basada en una continua búsqueda de entrecruzamientos matéricos, perceptuales y filosóficos. Una vez encontrados estos puntos de tensión e interconexión, su tarea reside en dos acciones opuestas pero complementarias a la vez. Por un lado, sintetiza, sustrae y minimiza las infinitas formas de expresión a través del lenguaje y la materia y, por otro, dota a éstos de una vasta carga reflexiva e intelectual en la que coinciden diversas disciplinas y áreas de conocimiento. Dicho de manera metafórica, vaciar y saturar simultáneamente.
La presente exposición puede entenderse como un poético corolario de lo mencionado anteriormente. En este espacio dialogan una serie de obras que, a través, de un meticuloso empleo del dibujo, la escultura, la cerámica y la imagen incitan al espectador a la vivencia estética y a la reflexión en torno al lenguaje, al tiempo y al espacio. En particular, Guerrero hace énfasis en los meandros ontológicos de lo que entendemos por TIEMPO. ¿Qué es eso que llamamos tiempo y que, a pesar de su naturaleza abstracta, nos condiciona en cada instante? Innumerables obras literarias, teóricas y artísticas han surgido en torno a ello a lo largo de la historia. Guerrero traduce y toma como hilo conductor de su propuesta las brillantes disquisiciones filosóficas del teólogo San Agustín de Hipona (354-430) cuya célebre reflexión resume inmejorablemente este dilema: “¿Qué es pues el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo a quien me lo pregunta, no lo sé”.
La esencia del trabajo de Adrián Guerrero entabla sugerentes diálogos formales y conceptuales con la obra del artista italiano Alighiero et Boetti (1940-1994) y su obsesivo impulso por materializar e interrogar al tiempo. Aquí sus palabras: “El tiempo es algo fundamental; el principio básico de todo. No hay mucho que pueda decirse sobre éste; es, simplemente, la base. Ya sea tratándose de años, sellos postales o cuadrículas, todo tiene que ver con el tiempo; es lo único que es realmente mágico… su inverosímil elasticidad. Todo tiene su propio tiempo”.
— Víctor Palacios / Curador
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