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24.02.2022

Fuerza y ternura en «Not Gonna Get Us», de Abi Tonche, NO NADA Galería

Del 12 de febrero al 12 de marzo, en la galería No Nada, Oaxaca Centro

A ti guerreræ, a tu recuerdo. Venganza
A ti guerreræ, sobreviente. Resiste

Piensa, camina y danza escuchando la etérea melodía de nuestras ancestræs
Piensa, camina y danza acompañadas por la sabiduría eterna de otræs cuerpæs
Piensa, camina y danza abrazando a la soledad y al viento que ríe
Piensa, camina y danza buscando sonrisas y recovecos en la memoria
Piensa, camina y danza cantándole al fuego que florece de la tierra
Piensa, camina y danza sobre mares ensangrentados con sabor a tristeza

Hace un tiempo pienso que las prácticas autodefensivas son prácticas políticas personales y colectivas de resistencia cotidiana para la recuperación del cuerpo que ha sido apropiado, controlado, dominado y colonizado históricamente por el régimen político heteropatriarcal. Pensar la autodefensa y hacer autodefensa es transmutar el cuerpo y darle potencia, volver a tener el cuerpo y tener posibilidades para combatir y disputar con todas las armas la libertad.

La autodefensa pensada y accionada como una filosofía de la resistencia y una ética del cuidado provoca la búsqueda constante de sobrevivencia y liberación, hay que sobrevivir como sea y donde sea, hay que defender nuestra vida. La transmisión de los saberes corporales respecto de las prácticas autodefensivas son saberes que desde hace mucho tiempo han estado presentes en diferentes lugares del mundo, entre comunidades y minorías colonizadas y esclavizadas, fueron necesariamente creados y transmitidos para revertir el control, la sumisión y el dominio.

La complicidad para retransmitir estos saberes y las singularidades de cada cuerpo pueden provocar una mística estrategia de combate con diversas posibilidades de acción, con extrañas e inesperadas respuestas donde se niega todo; no hay reglas , no hay paz, no hay certezas, no hay perdón. Pero lo que si hay es un previo entrenamiento de la anticipación y la simulación, del engaño y la burla, una sucia belleza de movimientos corporales, un baile intenso y polirítmico de la violencia defensiva.

En la obra estética de Abi Tonche siento intensamente fuerza y ternura. La fuerza no solo visual y conceptual, sino también simbólica de los diversos objetos intervenidos y preparados para la defensa, la ternura de saber la singular historia inherente a cada instrumental autodefensivo, donde evoca la importante presencia materna, las experiencias y recuerdos de las prácticas defensivas hasta las cicatrices de la violencia cotidiana. Cada objeto imaginado para la liberación; las dagas, chacos, guantes, los dientes y las uñas, etc., incorpora una mirada hermosamente violenta al resaltar detalles que provocan la alegría de la venganza.

Texto de Aida Galindo

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