La premisa del cortometraje plantea un escenario futurista no tan distante en el cual la humanidad ha logrado alcanzar Marte, establecerse en él, sobrevivir y, además, construir una civilización. Sin embargo, persiste una dependencia crucial de los recursos terrestres: alimentos y tecnología que arriban al planeta rojo cada dos años. Esta falta de independencia de nuestro planeta de origen se evidencia en la lejanía de la fertilidad de nuestro suelo marciano y en la escasez de alimentos fuera de los domos agrícolas. Ante este contexto, surge la pregunta inevitable: ¿Qué sucedería si de repente cesara el flujo de recursos provenientes de la Tierra? ¿Qué ocurriría si el planeta azul nos abandonara de un momento a otro, dejándonos en un silencio desolador? Ante estas incertidumbres, surge un dilema existencial: ¿Optaríamos por regresar al cobijo de nuestro antiguo hogar o nos aferraríamos a Marte para no perder lo que tanto nos ha costado construir? Y más aún, ¿seríamos capaces de adaptarnos a este planeta?