Proyector presenta a lalulula.tv, un archivo de videos que trabaja desde 2010 con un enfoque curatorial que investiga el fenómeno de la presencia del arte contemporáneo en los principales medios de comunicación. Una colección de estereotipos y clichés que da forma al imaginario popular sobre el mundo del arte que para esta ocasión nos presenta la película "El mural" (2017) para reflexionar sobre los límites entre ficción e historia del arte.
2017, video HD, 1:51
Ve la película completa a través del canal de lalulula.tv
El cuento que retrata dicho documental está “basado en hechos reales”, o sea, en muchos chismes y rumores. Los hechos son los siguientes: Siqueiros en los años treintas aprovecha la oportunidad que le da el convertirse en un perseguido político y hace un tour sudamericano.
Bajo el nombre ficticio de Sr. Suárez, Siqueiros llega en 1928 a Uruguay. Durante la estadía en Montevideo, Siqueiros se enamoró de Blanca Luz Brum, una poeta muy joven y hermosa quien también tenía afinidades con la izquierda política. Regresan a Mexico y viven un par de años en dicho país. Luego él estuvo cinco meses preso, perdieron un hijo y fueron deportados a Los Ángeles en donde permanecerían el año 1932 y donde se casarían. Pero la relación entre ambos era trágica, un amor apasionado según dicen los documentos, de enorme violencia, golpes y alcohol, lo que hizo que ella planificara una separación, lenta pero segura.
Y si bien ya tenemos plena telenovela mexicana en marcha, aquí es cuando el cuento empieza a ponerse picante, y entra la narrativa dramática del film para echarle chile a la historia.
Trabajando casi a la manera medieval (un genio y sus discípulos), Siqueiros and friends llenaron el sótano de ondulaciones y gigantescos cuerpos desnudos que envolvían el espacio, y ensayaron técnicas nunca antes vistas utilizando materiales poco usuales. Pero mientras eso sucedía (¡#spoileralert!) entre bambalinas se desarrollaba un retorcido culebrón erótico que tenía por protagonistas a Botana, su no menos mítica y aparentemente demente esposa (la feminista, militante anarquista y convencida ocultista Salvadora Medina Onrubia), Siqueiros, Blanca Luz, un policía infiltrado disfrazado de gaucho (sinónimo de “Argentinian Cowboy”), una niñera lesbiana y hasta a Pablo Neruda. Todes con todoe, y contra todes, bajo el mismo techo.
La obra, al quedar libre de ataduras formales del Realismo Socialista, se transformó en un canto lírico a su mujer que se separaba de él. Dicen que la imagen hace referencia a una escena trágica en su vida: aquella vez que Siqueiros le pegó en público a Blanca Luz con tanta violencia que la hizo caer sobre la mesa en un restaurante, episodio que inspiraría su separación. Sin embargo, en su despecho de macho golpeador él se pintó vestido con pantalones cortos (como un niño), pero a ella desnuda y con cuernos en la cabeza.
Para Siqueiros, este era un retroceso en su militancia, y de hecho, luego intentó darle un tinte político diciendo que la mujer desnuda simbolizaba a la víctima proletaria. Sin embargo, este desvío ideológico era para él una debilidad la cual era mejor olvidar y que fuese olvidada.
Y así fue. Luego de concluir el mural en 1933, el artista es expulsado de Argentina. Blanca Luz se queda (y mantiene durante un tiempo una relación con Botana), y años más tarde, con la venta de la propiedad y el desprecio de los nuevos propietarios por la pieza, la misma queda sepultada durante décadas. Afortunadamente luego de muchas batallas y gestiones hoy en día ya está restaurada y puede visitarse y recorrerse en la ciudad de Buenos Aires.
2017, video HD, 1:51
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El cuento que retrata dicho documental está “basado en hechos reales”, o sea, en muchos chismes y rumores. Los hechos son los siguientes: Siqueiros en los años treintas aprovecha la oportunidad que le da el convertirse en un perseguido político y hace un tour sudamericano.
Bajo el nombre ficticio de Sr. Suárez, Siqueiros llega en 1928 a Uruguay. Durante la estadía en Montevideo, Siqueiros se enamoró de Blanca Luz Brum, una poeta muy joven y hermosa quien también tenía afinidades con la izquierda política. Regresan a Mexico y viven un par de años en dicho país. Luego él estuvo cinco meses preso, perdieron un hijo y fueron deportados a Los Ángeles en donde permanecerían el año 1932 y donde se casarían. Pero la relación entre ambos era trágica, un amor apasionado según dicen los documentos, de enorme violencia, golpes y alcohol, lo que hizo que ella planificara una separación, lenta pero segura.
Y si bien ya tenemos plena telenovela mexicana en marcha, aquí es cuando el cuento empieza a ponerse picante, y entra la narrativa dramática del film para echarle chile a la historia.
Trabajando casi a la manera medieval (un genio y sus discípulos), Siqueiros and friends llenaron el sótano de ondulaciones y gigantescos cuerpos desnudos que envolvían el espacio, y ensayaron técnicas nunca antes vistas utilizando materiales poco usuales. Pero mientras eso sucedía (¡#spoileralert!) entre bambalinas se desarrollaba un retorcido culebrón erótico que tenía por protagonistas a Botana, su no menos mítica y aparentemente demente esposa (la feminista, militante anarquista y convencida ocultista Salvadora Medina Onrubia), Siqueiros, Blanca Luz, un policía infiltrado disfrazado de gaucho (sinónimo de “Argentinian Cowboy”), una niñera lesbiana y hasta a Pablo Neruda. Todes con todoe, y contra todes, bajo el mismo techo.
La obra, al quedar libre de ataduras formales del Realismo Socialista, se transformó en un canto lírico a su mujer que se separaba de él. Dicen que la imagen hace referencia a una escena trágica en su vida: aquella vez que Siqueiros le pegó en público a Blanca Luz con tanta violencia que la hizo caer sobre la mesa en un restaurante, episodio que inspiraría su separación. Sin embargo, en su despecho de macho golpeador él se pintó vestido con pantalones cortos (como un niño), pero a ella desnuda y con cuernos en la cabeza.
Para Siqueiros, este era un retroceso en su militancia, y de hecho, luego intentó darle un tinte político diciendo que la mujer desnuda simbolizaba a la víctima proletaria. Sin embargo, este desvío ideológico era para él una debilidad la cual era mejor olvidar y que fuese olvidada.
Y así fue. Luego de concluir el mural en 1933, el artista es expulsado de Argentina. Blanca Luz se queda (y mantiene durante un tiempo una relación con Botana), y años más tarde, con la venta de la propiedad y el desprecio de los nuevos propietarios por la pieza, la misma queda sepultada durante décadas. Afortunadamente luego de muchas batallas y gestiones hoy en día ya está restaurada y puede visitarse y recorrerse en la ciudad de Buenos Aires.