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12.06.2018
Sala de Arte Público Siqueiros, Ciudad de México, México
April 21, 2018 – July 15, 2018
Los artistas Julia Rometti (Niza, Francia, 1975) y Víctor Costales (Minsk, Bielorrusia, 1974) exploran conceptos que se practican fuera o en oposición de los sistemas de poder dominantes, como el anarquismo boliviano en la selva amazónica o las cosmovisiones no occidentales. En su práctica, analizan estructuras de pensamiento político y místico, o su hibridación, a través de distintas creencias animistas, la simbología, costumbres, tradiciones artesanales y el lenguaje de distintas culturas.
La exposición Tapete lúcido es una única obra, compuesta por fragmentos, en la que los artistas discurren acerca de cómo se relacionan el arte y la política específicamente en el contexto de este espacio, hoy museo, pero que antes fuera la casa estudio de David Alfaro Siqueiros, punto de reunión para asambleas políticas y taller abierto para discutir ideas de arte público; aquí se albergan, además, el archivo y la biblioteca del muralista, mismos que Rometti Costales emplean como una mente llena de recuerdos, fuentes de donde emergen una “colección de memorias”. Asimismo, ven al edificio como un cuerpo marcado por transformaciones físicas que responden a los usos cambiantes del espacio.
En un ejercicio similar al que lleva a cabo el personaje del Océano en la novela de ciencia ficción Solaris—en el que intenta relacionarse con los humanos que lo estudian encarnando sus recuerdos—los artistas han fabricado un universo compuesto de referencias siqueirianas; por ejemplo, la memoria del atentado que lideró Siqueiros, en 1940, contra León Trotsky está representada en una abstracción del estanque originalmente ubicado en el patio de la casa del revolucionario ucraniano exiliado en México. Asimismo, vemos elementos recreados de fotografías de libros de la biblioteca de Siqueiros como la primera revisión geográfica que se publicó de Cuba después de la Revolución de 1959 y un detalle de La caza en el bosque (c. 1465-1470) del pintor Paolo Uccello.
Por otra parte, la casa —SAPS— se convierte en protagonista de esta muestra. Los pasamanos de cobre y las columnas crecen, intentando reclamar autoridad ante la ideología; los procesos invisibles que ocurren en el espacio también forman parte de la obra, en una acción de intercambio de miradas entre los guardias de seguridad quienes son los tanto los testigos como los filtros por los que pasa la actividad diaria del espacio. Para englobar los fragmentos que componen esta exposición, se editó una Guía literaria en colaboración con Francesco Pedraglio en la que se aparea cada una de las piezas de Tapete lúcido con un cuento corto del escritor italiano Giorgio Manganelli, en combinaciones que sirven como portales a interpretaciones múltiples.
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Desde el año 2014, la artista Gina Arizpe (Ciudad de México, 1972) trabaja en un proyecto multidisciplinario relacionado al cultivo de algodón en Ciudad Juárez, economía que ha sobrevivido los cambios en su valor, embargos, leyes mercantiles, la violencia, la industrialización y el surgimiento de maquilas, así como la migración de trabajadores que cruzan la frontera hacia el norte. El comercio de este producto comenzó a decaer en la década de los setenta del siglo XX, sin embargo, el algodón es todavía uno de los mayores productos agrícolas de la ciudad. La investigación de Arizpe comenzó en el campo, donde ha trabajado con agricultores recogiendo algodón y desarrollando un cuerpo de obra compuesto por video, fotografía y escultura que, además de documentar el paisaje rural, alude a las problemáticas de la ciudad fronteriza.
El Proyecto Fachada, titulado Cuestión de tiempo, surge de la investigación de Arizpe en Ciudad Juárez, específicamente, trata el factor del deterioro de su tejido social: los feminicidios que se registran allí desde principios de la década de 1990, durante la cual se comenzaron a encontrar cuerpos sin vida de mujeres asesinadas, primero en los campos algodoneros y, luego, en distintos lugares de la ciudad, evidenciando un problema sistemático de violencia hacia las mujeres.
En Cuestión de tiempo, Arizpe hace un comentario acerca de cómo algunos de los trabajos manuales de labor femenina han sido parte del instrumento para mantenerlas calladas, una forma de dominio que resulta en la falta de voces femeninas en el discurso público. La obra está compuesta por una acción en la que dos mujeres toman turnos, hilando una masa de algodón crudo que Arizpe recogió en Ciudad Juárez; a su vez, el hilo que se va generando durante los meses que dura la muestra, pasará a formar parte de una urdimbre, también tejida por las hiladoras, que irá cubriendo un espacio de la vitrina de la Sala de Arte Público Siqueiros; a medida que vaya aumentando el grosor de la urdimbre, será menos visible la labor manual que ocurre dentro del espacio, aludiendo al silenciamiento y violencia de género que aún subsisten en el país.
El machismo y la objetivación de la mujer son temas recurrentes en el trabajo de Arizpe, quien al comienzo de su práctica en los años noventa, formó parte del colectivo marcelaygina en Monterrey; junto a Marcela Quiroga, desarrolló una práctica mayormente de performance, en la que cuestionaron constantemente los estándares de belleza y comportamientos atados al concepto de la feminidad, así como los roles sociales y laborales de las mujeres. Luego, en su trabajo individual, la violencia al cuerpo en la frontera norte del país, se convirtió en eje central de su investigación.
Michele Fiedler
Curadora
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