Emprender un viaje para imaginar mundos posibles implica aproximarnos al
territorio en forma de ensayo, difuminando y convocando las fronteras
entre lo terrestre y lo cósmico, lo natural y lo fabricado. Supone dejar
por un momento la Tierra, vislumbrar el abismo interminable de los fines
del mundo que nos acechan, reformular imaginarios y volver para
reconfigurar algo, cualquier cosa.
En las proximidades de las salinas del desierto de Sonora, en El
Pinacate y Gran Desierto de Altar, ahí donde la tierra se transforma en
horizontes cristalinos y la arena nos recuerda que esto alguna vez fue
mar, se dio cita Simulacros interplanetarios: una residencia de
investigación, cuyo propósito fue pensar en abrir grietas entre las
prácticas artísticas y científicas invocando cruces con disciplinas como
la geología planetaria, la astronomía y la astronáutica, así como los
saberes ancestrales locales pertenecientes al pueblo Tohono O’odham.
Esta muestra es el resultado de una residencia artística en la que cinco
artistas latinoamericanxs, inmersxs durante un mes en la geografía
vibrante y los paisajes exoplanetarios del desierto de Sonora
—conformados por dunas estrelladas, salares y cráteres volcánicos—, en
colaboración con otrxs artistas invitadxs, exploran temas fundamentales
como imaginar la vida más allá de la Tierra, especular futuros posibles,
cuestionar las narrativas de colonización interplanetaria y reflexionar,
a través de cada una de las piezas, sobre nuestra relación con el
entorno y sus infinitas posibilidades.
Algunas piezas hacen referencia a visiones de ecosistemas creados para
contener vidas extraterrestres, mientras que otras desentierran restos
de lo humano en paisajes que podrían provenir de Marte, Venus, Júpiter o
cualquier otro planeta. Estas provocaciones nos invitan a preguntarnos:
¿qué implica llevar esta humanidad a otros mundos? ¿Cómo evitamos
repetir los errores de nuestras dinámicas extractivistas aquí, en la
Tierra? Imaginar el cosmos es también imaginar cómo permanecer en este
planeta sin agotarlo.
El desierto ahora funciona como un espejo, mostrando el pasado lejano de
nuestro planeta y, simultáneamente, adelantando escenarios de futuros
imaginarios. La sal que mantiene los recuerdos del agua se transforma en
un elemento simbólico que vincula lo humano con lo cósmico, lo limitado
con lo infinito, lo singular con lo colectivo.
Simulacros interplanetarios nos invita a explorar territorios que
parecen tan distantes como conocidos, reevaluando las relaciones entre
lo micro y lo macro para concebir formas de vida que emergen cuando esta
humanidad deja de oponerse al universo y su complejidad.
Artistas participantes
Artistas residentes: Elisa Balmaceda, Luis Williams-Fallas, Nahuel
Sanchez Tolosa y Rastros de Diógenes Artistas invitadxs: Ale de la
Puente, Berenice Olmedo, Invasorix, Rocío Montoya, Romeo Gómez López,
Simón Vega y Victor Pérez Rul
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