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07.08.2017

Sillas plegables y flores

Páramo, Guadalajara, Jalisco, México
22 de junio de 2017 – 26 de agosto de 2017

Más de dos sillas plegables: una multitud

Extender una silla plegable es tomar una pequeña extensión de territorio con la intensión de ubicar nuestra atención en aquello que se encuentre en el rango periférico de nuestra mirada. Si nos sentamos en dos sillas plegables, frente a frente y cerca uno de otro, digamos a un metro de distancia, el mueble se presenta como vía para la posibilidad de una conversación. Si integramos a una tercera persona con su respectiva silla plegable, la cortesía de alguno o el silencio incómodo sugerirán la charla. Y si nadie ha sacado su celular, la conversación inicia. Si una cuarta persona y una cuarta silla se unen, se comienza a visualizar la posibilidad de un círculo y los cuerpos se apartan un poco uno de otro para definirlo. Las sillas se abren y cierran mientras más personas y sillas se unen a la conversación. La construcción de comunidad acciona un despliegue mecánico: energía liberada a través del encuentro físico de personas. La silla plegable es entonces un elemento de la colectividad humana moderna. La formación de un grupo de sillas plegables reflejará intenciones y dinámicas del grupo de personas que se sientan en ellas. En formación circular se eliminan jerarquizaciones y se invita al intercambio. En esta exposición, la silla plegable es un símbolo de diálogo, una plataforma física de resistencia política que acciona las relaciones humanas a través del encuentro y el intercambio. Para organizarnos, hay que sentarnos y hablar.

Toma una tercera flor y será un ramillete

Las flores también unen personas y son un elemento central de muchos de nuestros rituales sociales. En México, las peonías son para dar la bienvenida, los crisantemos para homenajear a nuestros muertos, las rosas para los amados y los lirios para celebrar. Cuando se reúnen distintas flores, la diversidad de olores, colores y formas revela la fertilidad que se encuentra en la diferencia. Adicionalmente, las flores pueden ser interpretadas como metáforas de sistemas de producción capitalistas: con cada florecimiento y desdoblamiento, semillas son producidas. Esto permite la reproducción de las flores así como su cultivo y la explotación de los frutos que generan. Amapola, cafeto, marihuana, tabaco, peyote, maíz, caña de azúcar, cacao, coca, salvia, soya, algodón, cerezo y orquídeas: flores que desaparecen bajo la sombra de la agricultura pero cuyo polen fecunda la economía política y el entretejido sociocultural que la sostiene. Las flores en esta exposición sutilmente coronan con sus pétalos al biopoder y a su capacidad de gestionar la sustentabilidad de la vida. En la efímera, delicada y lucrativa existencia de una flor, la marchitez se presenta como augurio del fracaso de un sistema de producción y consumo insustentable.

Dibujar flores sentado en una silla plegable

En un contexto de ansiedad social donde las amenazas mediáticas imaginan futuros desalentadores, Javier Barrios ha decidido dibujar sillas y flores. Por mucho tiempo, Barrios ha encontrado en la técnica del dibujo un espacio para reflexionar sobre la construcción, reproducción y distribución de imágenes en una sociedad articulada por la semiótica. En Sillas plegables y flores, Barrios presenta una serie de dibujos y pinturas que dirigen la atención al aspecto gráfico de la organización social, recordándonos la importancia del imaginario simbólico en los movimientos revolucionarios como unidad colectiva. Su trazo transforma la idea de resistencia y auto-organización en un símbolo que al ser codificado en sillas plegables y flores, tiene la capacidad de actuar como un rumor. A diferencia del rumor que el Estado articula para controlar a las masas a través del miedo y la falsedad, el rumor en la obra de Barrios representa a la disidencia: un lenguaje secreto que se desdobla para incitar una actitud de organización y de diálogo crítico alrededor del contexto sociopolítico en el que nos encontramos. De esta forma, Barrios politiza la cotidianidad a través de dos elementos que aluden a las relaciones afectivas; al desplegar este simbolismo, el artista nos asegura que mientras reunamos sillas plegables con flores, habrá espacios seguros de resistencia para encontrar la fuerza colectiva que nos ayudará a dislocar estructuras de poder.

– Diego del Valle Ríos
Junio 2017

http://paramogaleria.com/

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