05.09.2024
¿Qué significa pensar históricamente cuando la experiencia del pasado se constituye en el acto de leer, escribir y relacionarnos con documentos?
Dimensionar la historia supone convocar espectros, delirios, recuerdos, afectos, improntas y borraduras; implica invocar el tiempo poniendo en tensión los límites de su representación y haciendo visible la paradoja que conlleva habitar permanentemente el presente. Ante esto, ¿cómo nos situamos frente a los vacíos de la memoria? ¿Cómo accedemos a un tiempo otro? ¿Qué significa pensar históricamente cuando la experiencia del pasado se constituye en el acto de leer, escribir y relacionarnos con documentos?
Fantasías de la metrópoli es una serie de ejercicios cartográficos y arquitectónicos propuestos por el artista visual Pável Mora, quien retoma mapas y vistas aéreas de otras épocas para navegar los límites del olvido, la huella y la posibilidad. Su obra revisita el archivo del Palacio de Medicina, así como cartografías de los siglos XIX y XX de la Ciudad de México para crear geografías imaginarias que, más que mapear un territorio, se encarguen de desdibujarlo.
Las pinturas de Pável son testimonios de la infidelidad del documento, vestigios de la representación miope de la realidad, destellos de ficción dentro de la historia. Su obra busca hacer del olvido/memoria una especie de lugar topográfico, un plano legible para acceder a él como sitio, al tiempo de reconocerlo como un terreno incierto. El archivo entonces es traído a un presente efímero como ficción para mantener el pasado incompleto una vez más. Pura potencia de lo que fue y lo que podría ser.
Pero las relaciones que se ponen en juego en la obra de Pável no sólo recorren las paradojas del tiempo sino también las del espacio: su obra navega constantemente la imposibilidad de la representación del territorio, el sesgo de la arquitectura como contenedora de relatos y los símbolos de progreso y nacionalismo como creadores de ciudades ilusorias. En sus registros se ocultan capas y capas de la historia, pero eso no significa que no estén ahí, después de todo, la cartografía y la arquitectura delatan las fantasías y entelequias de los mundos que alguna vez construimos e imaginamos.
Pável Mora nos arroja a un umbral donde el tiempo y el espacio se encapsulan, difuminan y amontonan uno sobre otro en capas discordantes, fantásticas e irregulares. En estas capas transitan identidades, especulaciones, pasados, cotidianidades e incertidumbres: fantasmas que comparten ficciones y que reconfiguran el archivo, convocando espacios perdidos para la memoria para hacerlos aparecer, aunque sólo sea por un instante.
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