13.12.2021

Fricciones y detonaciones: una aproximación al trazo periférico-comunitario de Cuirpoétikas y Pagoda Imaginaria

Desde Guatemala, el comunicador y periodista Alejandro Ortiz entrevista a les artistas Numa Dávila y Esvin Alarcón Lam sobre las formas de enunciación y resistencia artística que realizan en Cuirpoétikas y Pagoda Imaginaria respectivamente.

Habitar el espacio/tiempo llamado Guatemala resulta casi una hazaña si se toman en cuenta las históricas condicionantes de un imaginario social moldeado por brechas políticas, económicas, raciales, sexuales y de género. Apuntar esas intersecciones resulta necesario cuando se intenta explicar lo que es este territorio, o eso que llamamos “país”. Ello también es un recordatorio de la crisis civilizatoria que ha provocado fisuras y en consecuencia, una necesidad contestataria.

Dentro de ese contexto confabulan posturas que, desde la creación y las manifestaciones artísticas, han dado respuesta a las experiencias subjetivas de quienes habitan el espacio, y en particular, de aquellxs que se reivindican desde las periferias. Las plataformas Cuirpoétikas y Pagoda Imaginaria vienen a ser parte de la premisa.

Numa Dávila, quien cuenta con estudios en Antropología y es gestore cultural, define Cuirpoétikas como una red de “cómplices libres” que desde 2016 ha accionado para generar espacios de formación y experimentación artística, en lugares de intercambio entre personas trans, inconformes de género, no binarias, diversas, así como disidentes sexuales y corporales, localizadas en el territorio de Guatemala. Llegado este momento histórico, Cuirpoétikas podría verse como la utopía jamás pensada por quienes fueron arrasades en el pasado, durante episodios tan brutales como el conflicto armado interno.[1]

Hacia el presente, y en la misma localización, Pagoda Imaginaria se presenta como una residencia artística independiente, mediante la cual el artista y gestor Esvin Alarcón Lam desarrolla desde 2018 proyectos de intercambio, investigación y experimentación para el conocimiento artístico con el que plantea “otras formas de relacionamiento” entre personas vinculadas a los debates contemporáneos.

Apostando por una operatividad anti-hegemonía en la manera de crear experiencias subjetivas en el arte, Cuirpoétikas y Pagoda Imaginara trazan posibilidades de enunciación desde la resistencia o la “rebeldía” en un contexto definido por sus múltiples fisuras. Por ello, los espacios tienen la característica de verse como nodos de información disruptivos y a la vez regenerativos en el tiempo artístico presente de la ciudad de Guatemala.
En esta conversación, Numa Dávila y Esvin Alarcón Lam, integrantes de Cuirpoétikas y Pagoda Imaginara respectivamente, dialogan acerca de las fricciones y detonaciones que han surgido desde la operatividad de ambas plataformas.

Alejandro Ortiz (AO): Cuirpoétikas y Pagoda Imaginaria surgen en un contexto atravesado por las violencias socio-políticas, de género, sexuales y económicas. ¿Qué posturas han nombrado desde la operatividad de estas acciones estando las mismas situadas en una periferia limitada por un marco hostil?

Numa Dávila (ND): En Cuirpoétikas establecimos que la base política sería hablar desde nuestras experiencias. Las iniciativas se comenzaron a posicionar como una crítica a la manera en la que las comunidades de la diversidad sexual se centralizaban en forma de organizaciones no gubernamentales, a manera de un activismo político; algo bastante situado en el deseo de lo estatal al que queríamos decirle: ¡No! Hay mucha gente dentro de la comunidad de diversidad sexo-genérica dedicada a ese activismo, pero desde la plataforma hemos querido hacer activaciones desde un marco político de incidencia en los imaginarios a través de las artes. Se trata de señalar la manera de transformar esas narrativas y posicionar otras que han surgido desde cuestionamientos respecto al cuerpo, el género y el sexo. También se busca apostarle a las narrativas que quieran mantener el placer como una necesidad básica de vida. Esto nos ha movido a generar espacios de encuentro, en los que podamos tener reflexiones o ver imágenes en torno a corporalidades que muchas veces no imaginamos desde la binaria y tradicional heterosexualidad.

Esvin Alarcón Lam (EAL): Creo que Guatemala es un país agotador que da lecciones ante la cruda realidad. Lo cotidiano siempre se está friccionando y provoca una complejidad que necesita interlocutores. La interlocución viene de procesos de aprendizaje, que no son necesariamente de las academias “artísticas”, sino de la misma cotidianidad que es igualmente rica y violenta. Desde la óptica como artista, creo que hay pocos espacios con la capacidad de generar conversaciones más allá de les tres amigues con les que solemos hablar. A partir de ello, coincido con Numa en cuanto a generar espacios de encuentro; necesitamos ser interpelades por las experiencias ajenas. Por eso, en el caso de las residencias de Pagoda Imaginaria, suelen venir personas de fuera de la ciudad o del país. De lo contrario hay soliloquio y silencio. Se busca este intercambio para encontrar experiencias situadas en el marco referencial donde están instaladas las distintas violencias. Una residencia puede generar conexiones disruptivas, porque no nos interesa un producto final, sino un proceso y una serie de relaciones que friccionan realidades. Tratamos de invitar personas críticas, sin que ello signifique “esencializar” sus prácticas.

(AO): Dejan ver una especie de contra-respuesta a las entidades que producen diálogos desde “las artes” en Guatemala. ¿A qué preceptos desobedecen las formas de Cuirpoétikas y Pagoda Imaginaria?

(EAL): Quienes vienen a la Pagoda, saben que no es una residencia típica. Hay una flexibilidad en permanecer dentro del espacio físico y extender la estadía. Creo que muchas veces entre más se tenga tiempo, hay un espacio para el disfrute y para que otras cosas no planificadas puedan suceder, lo cual es la parte “mágica” del espacio. Pagoda Imaginaria es un proyecto independiente.

Creo que surge de la resistencia a la tristeza y de la rebeldía ante la mediocridad, busca suscitar empatías, aún con sus conflictos: la posibilidad de la imaginación a pesar de todo.

Proveemos una oportunidad para crear porque en el país hay quienes merecen tener un espacio de interlocución y pensamiento, a pesar de todo lo convulso que nos rodea. También ofrecemos oportunidad para la capacidad creativa más allá de las restricciones del cubo blanco y su dimensión mercantil. Además, la residencia está situada en una terraza desde la que se puede ver la ciudad; no se está abstraide y eso da lugar a apreciar las diferencias.

(ND): Siento que la apuesta de Cuirpoétikas es una desobediencia al escenario cis-heteronormativo, hegemónicamente blanco-criollo-ladino-mestizo que hemos visto en el circuito del arte con el que nos topamos desde el 2010 y hasta la fecha. No lo veo como una desobediencia contestataria, sino como la apuesta de una imaginación política respecto a que nuestras corporalidades existen y reclaman espacios. No se puede hablar de Cuirpoétikas sin hablar de hermanas-amigas como la Macha Fanzine, que colocaron la categoría de disidencia sexual desde las artes y las estéticas del asco, de lo sucio, de lo que en Guatemala se quiere higienizar en los espacios de arte. De hecho, cuando surgimos ocurrió desde una rebeldía de no querer hablar con dichos espacios. No necesitábamos que nos legitimaran. Después de la primera edición del Festival Cuirpoétikas llegaron personas de estos lugares a conocer la exposición. En los acercamientos decían que querían llevar la muestra a ciertos espacios, pero no podían mostrar todas las obras. Sin embargo, para nosotras no es negociable maquillar el lenguaje político de Cuirpoétikas. Nuestra desobediencia procura cambiar prácticas éticas y afectivas. Otra característica del espacio es que no nos asumimos como una colectividad, sino como cómplices libres; algo que tiene que ver con una zona de confabulación, pero también de mantener la libertad de nuestras respectivas singularidades. También está la autogestión de recursos para apoyo individual que nos ha ayudado a construir a través de intercambios o trueques, procurando reconocer el trabajo artístico y dignificarlo.

(AO): Hablan de una ruptura con la idea hegemónica de lo que implican los tratos con les realizadores y colaboradores. ¿Cómo logran expandirse los espacios aún con limitaciones económicas?

(ND): Creo que las convocatorias facilitan ampliar una red y trascender límites geográficos para dialogar con otras subjetividades, culturas, y las vivencias de otros cuerpos, géneros y sexualidades. En los primeros años, Cuirpoétikas funcionó de manera autónoma con recursos propios. Luego empezamos a ser beneficiarias de un monto del Fondo Centroamericano de Mujeres, que nos ha servido para hacer más actividades. Gracias a ese recurso, en el contexto de la pandemia hicimos un ajuste para impulsar iniciativas de apoyo directo. El primero fue una convocatoria que se lanzó en el marco de la crisis del covid-19 para apoyar con un recurso económico a artistas latinoamericanes, y así poder exhibir su obra en el festival. También se movilizaron apoyos económicos a nivel local porque sabemos que ha primado la necesidad de comer, pagar rentas, medicina o transporte. Algunes lo llaman “artivismo”, pero no creo que nosotres lo hagamos. Vemos los apoyos como un tema de solidaridad y redistribución política, que nos ha permitido encontrarnos con otras corporalidades y conocer diferentes contextos de las poblaciones disidentes sexuales de la ciudad y más allá.

(EAL): Tengo experiencia realizando trabajos en distintos formatos y medios. De manera orgánica la gente me busca para apoyarles cuando es posible, así como otres me han ayudado a mí. Al final la residencia hace eso, pero con una organización y proyección enfocada en el proceso de una persona invitada. Está a la disposición un taller y materiales. Durante la estadía no se da una retribución económica directa, pero sí se brindan recursos para desarrollar los proyectos, como estancia, transporte y alimentación. Por eso no hay convocatoria sino que se invita a personas directamente; no confío demasiado en los portafolios porque se puede caer en la falacia de la calidad. Se trata de un modelo extraño de residencia pero tanto Yavheni de León, quien diseña y gestiona varios procesos, y yo, vamos trabajando y proponiendo. La Pagoda es un modelo mixto donde siempre hay amigues dispuestos a ayudar. No es un modelo ideal, pero depender de multimillonarios menos lo es.
(AO): Las actividades de Pagoda Imaginaria han acontecido sobre las terrazas en desuso de dos hoteles, también en el cementerio general o en el mercado más extenso de la ciudad de Guatemala. En el caso de Cuirpoétikas, algunas acciones han tomado lugar en la Universidad de San Carlos de Guatemala, el Antiguo Aserradero, o en la vía pública. ¿Qué valor le dan a la activación de estos espacios populares-urbanos para dialogar?

(EAL): La Pagoda Imaginaria es literalmente eso: espacios de intercambio inmaterial; algo que también puede suceder en el espacio público y en otros lugares. Los procesos artísticos que se hacen en la residencia provienen de la creación de cada invitade y de su relación particular con los espacios. Las obras provocan contrapuntos y por ello son vistas muchas veces como “cosas innecesarias” desde la vida utilitaria a la que estamos acostumbrades, cuando en realidad tienen la capacidad de generar pensamientos o preguntas.

(ND): Creo que la activación de estos espacios populares-urbanos ha sido muy importante para nosotres. Si bien procuramos poner a dialogar las temáticas con las comunidades y puntos de encuentro, también intentamos crear disrupciones y discontinuidades en esos espacios con el fin de producir un momento en la imaginación y la memoria de les sujetes que los transitan. Además se convierten en una posibilidad de narrar y reimaginar los espacios con otros contenidos simbólicos, como formas de reapropiación, de sanación o incluso de profanación. Un asunto importante en este contexto es que los procesos de materialización de nuestras apariciones tienen que ver con elementos como la propuesta conceptual y simbólica de la obra que se presentará, pero también con la seguridad de les artistes y colectiva, el acceso libre y gratuito, o con el hecho que los lugares nos permitan mantener la libertad de nuestras apuestas artísticas. Entonces en algunos momentos lo que determina la decisión de donde se realizan las actividades tienen que ver con lo coyuntural y el contexto.

(AO): Hasta este punto, ¿cuáles dirían son las imágenes que han podido revelarse desde ambas propuestas tomando en cuenta las implicaciones geográficas, comunitarias y operacionales que podrían (o no) subyacer en el contexto de “las artes” en Guatemala?

(EAL): Creo que algo aprendido en casi tres años que ha existido la Pagoda Imaginaria es la funcionalidad del estudio abierto mediante el cual se invita a une artista a compartir desde cualquier sitio y la posibilidad de seguir la vinculación. No nos interesa lidiar demasiado con las lógicas de egocentrismo que se generan en el modelo expositivo. Claro que existen exposiciones en nuestras prácticas personales, pero Pagoda Imaginaria es un proyecto que se permite habitar la contradicción y pensar el evento público desde la gestión hecha con cariño por lo que viene después. Diría que las imágenes que se revelan son las del acompañamiento, el apoyo mutuo y la capacidad creativa.

(ND): Desde Cuirpoétikas hemos tratado de mantener el placer y el disfrute; es algo que hemos logrado a partir de procurar zonas de autonomía. Pero creo que para guardarlas y sostenerlas es necesario mutar. Las zonas son importantes porque cuestionan la alienabilidad y las expectativas de los proyectos. Algo que se ha percibido es una cierta expectativa de que Cuirpoétikas se convierta en una organización o una instancia que trabaje desde marcos estatales; siempre nos mantenemos al margen de dicha expectativa burocrática. Me parece importante complejizar la reflexión sobre las zonas de autonomía, pues hemos sido autogestivas. En el momento en que una relación se va dando en el aprovechamiento de los recursos, si bien importante para seguir maquinando, implica dialogar para fisurar las jerarquías implícitas en las dinámicas de poder rompería yace la potencia de la lógica de complicidad libre que hemos sostenido; para lograr autonomía hay que autodestruir nuestra individualidad, mutar. Las posibilidades por ahora son seguir trabajando en la construcción de una memoria de lo que ha sido Cuirpoétikas hasta el momento, y hacerle una entrega a la comunidad que nos ha acompañado hasta ahora, con todo el disfrute y el goce que ha implicado construir el proyecto.

(AO): Ambos proyectos articulan relaciones de apoyo mutuo a través del reconocimiento de afinidades y discrepancias que se suscitan entre colegas y amigues que tienen intereses en el trabajo artístico. Como espacios de complicidad en búsqueda de autonomía creativa, ¿qué futuros imaginan desde los mismos?

(EAL): El objetivo de la Pagoda Imaginaria es aprender otras maneras de relación que no sean tóxicas, y que permitan dialogar con otras sensibilidades creativas. Me parece poco interesante hablar de debates contemporáneos desde un sistema que es violento y vertical. Por eso respetamos el trabajo artístico de les invitades sin instrumentalizar los discursos. Estamos en contra del pensamiento único; imaginamos la posibilidad más allá del riesgo que implica que instituciones poderosas decidan qué se puede decir y qué no. Por otro lado, imaginamos más espacios independientes como este, para acercarnos a otras formas de pensar. Un futuro que imagino de manera más práctica tiene que ver con hacer publicaciones o crear archivos artísticos desde el espacio relacional. Imagino entonces una ecología. De nada serviría lo que hacemos si no hay sintonía entre creadores, o si persisten injusticias. Se trata de complejizar los procesos, respetar a cada creadore y partir desde la dignidad.
(ND):

Las formas en las que construimos modos de relacionarnos en Cuirpoétikas están basadas en la crítica al cis-tema en tensión con la experimentación de otras formas de vida, en la posibilidad del disenso, la interpelación y afecto.

Estas son apuestas de imaginación política del futuro. Creo que lo estamos reimaginando constantemente. La pandemia es un buen ejemplo ya que dio lugar a potenciar relaciones de apoyo mutuo y prácticas de redistribución de los recursos que no habíamos considerado antes. Creo que cultivar la fluidez en un mundo y contexto tan rígido y fronterizo es ya una posibilidad para la proliferación de futuros diversos.

Notas

  1. El territorio guatemalteco no fue la excepción a la polarización que, en el marco de la guerra fría, alimentó la violencia contra todo lo que representara una amenaza u obstáculo a los proyectos del capitalismo. Esto devino en la criminalización de múltiples disidencias, entre ellas la sexual, como una especie de brazo moral del estado que castigó todo aquello que no se encontraba dentro de la heteronorma. Las consecuencias del conflicto armado interno persisten aún después de los acuerdos de paz de 1996, y alcanzan a la población LGBTQ como consecuencia de la impunidad. Las múltiples violaciones a los derechos humanos durante el conflicto pueden consultarse en la compilación del Archivo Histórico de la Policía Nacional, de Guatemala, desde el repositorio digital de la Universidad de Texas. Más información en: Del silencio a la memoria. Revelaciones del Archivo Histórico de la Policía Nacional. Guatemala: Archivo Histórico de la Policía Nacional, 2011. Disponible en: https://repositories.lib.utexas.edu/handle/2152/13521. (Consultado el 23 de septiembre de 2021); David Caballero Mariscal. “Ecos del enfrentamiento armado guatemalteco veinte años después del conflicto. El arraigo de la violencia”. LiminaR 16, no. 1, enero-junio 2018 Disponible en: https://doi.org/10.29043/liminar.v16i1.570. (Consultado el 23 de septiembre de 2021); María de los Ángeles Aguilar. ”La criminalización de la diversidad en los archivos policiales”. Impronta, septiembre 2021. Disponible en: https://revistaimpronta.com/la-criminalizacion-de-la-diversidad-en-los-archivos-policiales/. (Consultado el 21 de septiembre de 2021)

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