Edición 22: Resplandeciente

América Canela

Tiempo de lectura: 3 minutos

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04.04.2022

Carísima. Nuestros derechos como sueños. Sí soy, si somos

Con tinta, con luz, con palabras, sobre remeras, en redes, en las aulas, sobre papel y pared, Ame Canela graba las imágenes que nos faltan, la memoria marrón de nuestras calles, rostros, y vidas para hacer un nuevo surco donde brillen otras memorias posibles.

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LAS VERDADERAS CHICAS SUPERPODEROSAS

¿Dónde están esas portadas en diarios y revistas que me muestren en primera plana la cara de estas mujeres? Como siempre, las que siguen revolviendo la olla y preparando el guiso, ahora redoblan los horarios de trabajo y se ponen barbijos. Las filas para recibir la comida en los comedores, se alargaron, el tiempo que tardan las familias en esperar para llenar sus ollas, se vuelven horas. Pero ellas siguen ahí, cocinando para su barrio, para sus vecines. Para mi estas son las verdaderas chicas superpoderosas, las que se levantan bien tempranito para salir a combatir con sus superpoderes el hambre de su gente.

NAVEGAR DE VERDAD

Acordate de mirar el cielo. Soltá el celu y la compu por un rato. Acordate de que hay un afuera y une otre. No te acostumbres a navegar sólo en el internet. Lo que me preocupa es que los seres humanos nos adaptamos rápido

TOMA DE TIERRAS EN GUERNICA

El otro día miraba el retrato de un albañil y leía cómo reclamaba un pedazo de tierra en Guernica. Él se preguntaba: ¿Cómo puede ser que nosotros que construimos casas, no tengamos una?

LA TAREA

Hace tiempo que vengo repensando mi paso por el profesorado. Cuando estudiaba producía y hacía la tarea en el piso de mi casa, porque —como la mayoría de nosotras — no contaba con mucho espacio. Es difícil cursar una carrera de producción visual, en la que se requiere de un taller o un lugar cómodo de trabajo para poder pintar a gran escala, esculpir o grabar. Sin embargo, me acostumbré y acomodé a trabajar así en mi pequeño espacio en Fátima. Hoy cuento con más espacio para laburar y me siento agradecida por eso. En los últimos años pude reflexionar sobre cómo naturalicé este lugar y me di cuenta que no era importante ni condicionante, aunque sí me resultaba incómodo. Pero también descubrí que no era sólo algo que me sucedía a mí, sino que era una circunstancia que viven gran parte de les niñes que asisten a las escuelas en las que trabajo. A veces para producir, es necesario un espacio físico para expresarse y trabajar.

He observado que en algunas escuelas, con aulas espaciosas, les niñes se aglomeran en una sola mesa a trabajar, sin darse cuenta que hay otras mucho más cómodas. El cuerpo se adapta a los espacios que habitamos, es parte de los procesos de adaptación de los que Darwin ya habló. En la mayoría de las realidades, los hogares son pequeños y se comparten con otres. Por eso creo que en las escuelas encontramos ese espacio con el que no contamos en casa. Espacio del que nos apropiamos, espacio en el cual corremos, gritamos, nos conocemos, jugamos a la mancha y a la pelota en el patio, nuestro lugar más preciado. Todos esos espacios son nuestros, porque los fuimos ganando, son territorios recuperados. Territorios que pronto volveremos a habitar.

AISLADO EN EL MAR DE LAS AUSENCIAS

El otro día llovió. La membrana que cubría el techo de chapa, ya no funca. Tuve que usar de baldes las ollas de la cocina, porque ahora hay más goteras. El barrio se inundó. Tenía que hacer la tarea. No me pude enganchar del wifi de mi vecino, la conexión andaba mal. Me fui al techo a ver si podía encontrar otro wifi. Desde acá arriba se ve todo distinto. El barrio se pone re feo cuando llueve, pero aún así, a veces me dan ganas de nadar por acá.

GENERACIÓN INQUILINA

Charlando con mi amiga, nos percatamos que somos parte de esa generación que no heredará casas de ningún familiar y que siempre tendrá que pagar por el techo que habitemos. Si nuestras madres no pueden acceder a una casa, para nuestra generación está difícil. Somos la generación inquilina, la generación sin casa propia. Como dice el poeta Walter Lezcano: “Hay una palabra que no sé qué significa: herencia”.

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