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02.11.2015

Can we build something out of nothing?

¿Podemos construir algo a partir de nada? Un recuento de la misión de The New Centre for Research & Practice y su interés por abrir un debate intelectual sobre la transdisciplinariedad de la filosofía, el arte y la ciencia.

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1- En los comienzos de mi investigación de postgrado en la universidad, empecé a predecir lo difícil que sería para mí trabajar exclusivamente como curador, con artistas y arte contemporáneo tras graduarme. Tal vez por eso propuse trabajar con los archivos del Museo de Historia Natural (AMNH) en Nueva York, tomando éstos como material de investigación y de exhibición para mi exposición de tesis y escrito principal, en vez de trabajar con artistas contemporáneos iraníes como lo había prometido el comité de selección y a la Universidad de British Columbia. Por supuesto, esto fue antes de que descubriera a otros pensadores como Suhail Malik que estaban trabajando al mismo tiempo en el desarrollo de una crítica rigurosa del arte contemporáneo mediante la continuación de y, en muchas formas, el desafío a la investigación hecha por gente como Peter Osborne sobre la base filosófica y las deficiencias de lo que llamamos arte contemporáneo.

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2- Trabajar con los archivos de AMNH abrió para mí un espacio en el que pude concentrarme en un concepto mucho más amplio de la práctica al que llamamos producción de conocimiento, más que en su astilla más pequeña a la que llamamos arte. Este interés –que en el caso de mi tesis estaba totalmente entretejido con la excavación de una prehistoria particular de las interfaces cibernéticas en el contexto de los dispositivos de exhibicion de los museos de antropología, ciencia e historia natural– me dirigió hacia dos cuestiones importantes que hasta la fecha constituyen el núcleo de mi práctica como curador: 1. ¿cuáles son los impactos de la tele-computación (la síntesis de la computación y las telecomunicaciones) en las configuraciones planetarias de la subjetividad humana, nuestra visión de mundo contemporánea y el sistema terrestre? y 2. ¿cómo estos nuevos modos de navegar por la historia de la bio-tecno-génesis (o la evolución inseparable y codependiente de la vida y la tecnología en la tierra) pueden ser re-orientados desde su actual estado de malestar general hacia fines emancipatorios?

3- No sólo tuve la suerte de comenzar a investigar estas preguntas antes de que muchos otros artistas y curadores mostraran interés en ellas, sino que también pude entrar en estos debates desde un ángulo más productivo que ni abrazaba con entusiasmo el estado actual de la tecnología ni tampoco lo rechazaba por completo. Desde mi localidad del pequeño mundo del arte de Vancouver, que no mostraba ningún interés en cuestiones de tecnología más allá de Walter Benjamin y la Escuela de Frankfurt, pude utilizar lo que Internet y las redes sociales me ofrecían para encontrar interesantes académicos y artistas con quienes tenía cosas en común. En otras palabras, la tele-computación fue desde el principio el sustrato material y la condición de existencia para mi investigación y su sujeto, de ahí el título de este texto. Así es como aprendí a esperar de mí y de quienes me rodean la capacidad de hacer algo a partir de nada.

4- Realizar exposiciones ambiciosas con artistas y pensadores importantes que se financian con pequeños presupuestos es como hacer algo con un poco. Mi exposición Encycaonospace Iranica en Access Gallery de Vancouver en 2013, que fue conceptualizada alrededor de la reconfiguración propuesta por el filósofo iraní Reza Negarestani sobre la relación entre la racionalidad y la computación en el contexto de la epistemología moderna fue tal tipo de proyecto. Además del filósofo –quien dió su primera charla pública oficial en EE.UU. en 2012 en la galería Miguel Abreu– y dos diagramas relacionados, la exposición incluyó obras de varios artistas iraníes como Abbas Akhavan, Tala Madani, Sohrab Kasha y Gelareh Khoshgozaran. El resultado fue más un taller práctico sobre filosofía y arte que una exposición puramente visual. Un resultado sorprendente de la exposición fue el comienzo de mis colaboraciones con el joven cineasta/artista colombiano Manuel Correa, quien se interesó en la exposición y en mis ideas y que luego produjo #artoffline, un documental sobre la problemática intersección del arte contemporáneo y el Internet, que incluía entrevistas sugestivas con pensadores, académicos, curadores y artistas contemporáneos; otro ejemplo de «algo hecho con casi nada.» La película fue presentada este año tanto en la Bienal de Escultura de Oslo y en el festival de Cine de Bergen.

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5- Mi proyecto The Incredible Machines en 2014 se llevó a cabo en Vancouver en el campus de la Universidad Simon Fraser, y contó con la participación de Suhail Malik, Reza Negarestani y Alexander R. Galloway como oradores principales; el proyecto reunió además a un gran grupo de artistas y pensadores para discutir sobre la tecnología y su impacto en el mundo. Facilitado y transmitido en vivo por la recientemente mejorada tecnología de Google Hangout, esto me permitió una vez más tratar de aprovechar al máximo los equipos en red y los medios de comunicación social como plataforma para sondear su ramificación para la cultura contemporánea y más allá. Lo que aprendí de mi primer experimento con la transmisión en vivo de mi programación educativa fue que siempre habría un sacrificio por hacer a favor de la ubicación física real donde se celebró el evento, frente a su sustitución en línea. El éxito de lo que programé tuvo mucho que ver con la diversidad tanto cuantitativa como cualitativa que estuvo representada en la conferencia. Si bien el proyecto fue visto como un éxito total por los que participaron o lo vieron en línea, la gente que estaba presente en la sede local se quedó a veces mareada y confundida. Era casi difícil entender todo al mismo tiempo en vivo, en comparación con los espectadores que desde su casa podían retroceder en los archivos de la transmisión registrados en Google. Aquí es cuando «casi nada» comienza a ser aún más consecuente que «el algo material.»

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6- El éxito del modelo de la conferencia y la oportunidad que tuve de trabajar con Jason Adams, un teórico político y con Tony Yanick, un estudiante de filosofía (PhD, Universidad de Glasgow) con experiencia en programación de computadoras, dos personas inteligentes, talentosas, motivadas políticamente y externas al mundo del arte hizo que fuese natural para nosotros el tratar de dar una forma y estructura más permanente a nuestros proyectos. También sentíamos que había una real demanda global de un tipo de curaduría y programación de conocimiento que no estaba disponible de manera regular a través de los canales académicos usuales. Sí, el mundo del arte esporádicamente trabajaba con gente interesante, pero estos eventos no eran totalmente accesibles en línea y el conocimiento en estos entornos usualmente circulaba en una sola dirección: de los conferencistas hacia la audiencia. Empezamos a pensar en la posibilidad de organizar seminarios de posgrado que no estuvieran tan lejos de sus pares académicos. El objetivo fue crear un espacio en el que los profesores y estudiantes se reunieran para compartir sus últimas investigaciones y crear conocimiento colectivo de manera periódica; en base a nuestra experiencia anterior, sentimos que al juntar tecnologías al nivel del consumidor con una experiencia muy mínima de programación podríamos potencialmente crear un instituto de investigación en línea digno de ese título.

7- Cofundé The New Centre for Research & Practice junto con mis colegas Jason Adams y Tony Yanick, ante todo debido a nuestro interés común en la filosofía y la teoría, y en particular, sus formas contemporáneas y emergentes. Aunque no todos veníamos del mismo contexto filosófico, compartíamos el deseo de nuevos espacios intelectuales y nuevas formas de investigación y desarrollo en el pensamiento. El impulso más amplio, por supuesto, fue la marginación de la teoría en el mundo académico debido a la reestructuración de la educación superior en torno a supuestos neoliberales. Pero también estaba claro que las formas más avanzadas de la teoría no estaban viniendo de una sola institución, sino de los intersticios entre ellas que habían sido creados por las nuevas condiciones tecnológicas y económicas. Más allá de esto, las nuevas condiciones tecnológicas que estaban dando lugar a los nuevos modos de pensar que nos interesaban ​​jugaron así mismo un papel central en la concepción de la forma institucional del New Centre. Nos dieron una razón fundamental para que el New Centre existiera como institución principalmente en línea, en vez de tratar de rendir homenaje al formato de institución física tradicional (que habría sido financieramente imposible de todos modos). Por lo tanto, ‘lo nuevo’ se convirtió en una temática central para nosotros, tanto en términos de contenido y en cuanto a la forma. El New Centre se centró en un principio en seminarios en línea. Ellos fueron impartidos «digitalmente cara a cara» a través de Google Hangouts y Google Classroom, una alternativa ligera y elegante a la interface Billboard. Así, por ejemplo, en nuestro seminario Xenofeminism tuvimos a Lucca Fraser desde Halifax, Helen Hester desde Londres, y Amy Ireland desde Sydney, todos enseñando bajo el colectivo nom de plume Laboria Cuboniks. A pesar de que los instructores y estudiantes venían de lugares remotos de todo el mundo, la forma del seminario fue comparable en muchas de sus características a lo que se podría esperar de una pequeña universidad de artes liberales dedicada a clases pequeñas y a una rica interacción entre estudiantes y profesores.

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8- Declaramos explícitamente en nuestra misión que no somos una universidad o una academia, no ofrecemos títulos ni lo haremos en el futuro. Tampoco utilizamos el lenguaje de clases y facultad, por ejemplo, sino que hablamos de seminarios e instructores. Esto se debe a que tratamos de funcionar como una plataforma que puede actuar de manera más dinámica dentro, entre y fuera de las instituciones académicas tradicionales. El medio basado en la red que estamos utilizando se vuelve especialmente importante en este caso, pues tratamos de convertir las experiencias por lo demás bastante aisladas en un campo en particular (o, desde la perspectiva de un estudiante o un profesor individual, experiencias aisladas en instituciones tradicionales) en una ecología constructiva de investigación y práctica. Al conectar esas experiencias en el espacio virtual, también las aceleramos temporalmente, a medida en que más personas pueden ponerse al día con lo que está pasando en el mundo de la teoría, y por tanto son capaces de contribuir a esos desarrollos con mayor intensidad. Un claro ejemplo de nuestro trabajo de colaboración con otras instituciones fue la organización de las respuestas al proyecto Supercommunity e-flux para la 56a Bienal de Venecia de este año, que se planeó y ejecutó durante más de tres meses. Este proyecto nos permitió emparejar la gente de nuestra comunidad con pensadores y académicos seleccionados por e-flux para la edición especial de su publicación. Estas conversaciones bi-laterales se presentaron a diario en las plataformas en línea de e-flux, generando conversaciones que reverberaban fuera de su contexto original en los medios de comunicación social. No estamos interesados ​​en el punto de vista que aboga sólo por las instituciones para-académicas mientras que destroza las instituciones tradicionales: nuestra lógica, en cambio, es la del signo – & -.

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