De repente, esas palabras misteriosas que se habían marcado en la mente de Ramírez-Figueroa comenzaron a adquirir un nuevo significado que relacionaba sus propias experiencias con el contexto político más amplio de su país de origen. En una serie de aguatintas en blanco y negro de 2015 que toma prestado el título de la obra, el artista intentó reconstruir algunas de las escenas de 1975 basándose en las descripciones de su tío, ya que no se pudo encontrar ninguna documentación fotográfica. Estas pequeñas y delicadas obras son ejemplares de su capacidad para encapsular la ternura y el terror en una sola imagen. En una de ellas, un par de espantapájaros sonríe de manera inquietante mientras las partes superiores de sus cuerpos emergen de lo que parece ser un campo –o quizás un incendio– ejecutado en pinceladas rápidas en varios tonos de gris que crean una textura casi decorativa. Un enjambre de colibríes se cierne sobre sus cabezas, sin temor, y es difícil saber si su presencia debe representar algún tipo de presagio benigno o una amenaza
hitchcockiana. Una escena más abiertamente misteriosa representa a un niño colgando boca abajo de un tobillo, con las manos atadas detrás de la espalda, mientras un hombre sonriente estira un brazo, tocando ligeramente su barbilla como para comprobar si hay algún signo de vida. La imagen, sin embargo, es lo suficientemente ambigua como para sugerir que el gesto puede ser interpretado como reconfortante, que la sonrisa del personaje es más empática que maliciosa.
Naufus Ramírez-Figueroa,
Props for Erendira (detalle), 2014. Escultura, instalación. 10ma Bienal Gwangju. Cortesía del artista y Proyectos Ultravioleta, Guatemala.
Naufus Ramírez-Figueroa,
Props for Erendira, 2014. Escultura, instalación. 10ma Bienal Gwangju. Cortesía del artista y Proyectos Ultravioleta, Guatemala.
Ramírez-Figueroa ha perdido dos veces su marco de referencia: primero como niño exiliado que abandonó su país, y recientemente cuando todas sus pertenencias, incluyendo varias obras de arte y documentación relacionada, fueron quemadas en el incendio de su tío. Por lo tanto, es comprensible que muchos de sus proyectos giren en torno a intentos por llenar las lagunas entre los recuerdos perdurables pero incompletos y las historias olvidadas. Un ejemplo de ello es
Props for Eréndira (2014), una comisión escultórica presentada en la X Bienal de Gwanju que se inspiraba en el personaje homónimo adolescente de una novela de Gabriel García Márquez, quien es obligada por su abuela a prostituirse para pagar sus deudas después de haber incendiado accidentalmente su casa. Esculpidas en poliestireno y pintadas sobre láminas transparentes de resina, este grupo de obras incluía piezas más grandes como una rama de plátano suspendida, un volumen rocoso del que brotaban las piernas desnudas de una mujer con zapatos verdes claros y una monstruosa figura animal junto a reproducciones de pequeños objetos personales como un espejo de mano, un barco de papel, y un par de tacones rojos tirados por la habitación. La calidad material y el tratamiento plástico de estos objetos les da una apariencia imperfecta, como si estuvieran en un estado parcial de descomposición, cual pertenencias aleatorias rescatadas de un incendio doméstico. Una vez más, la relación con la historia personal del artista es explícita, pero esto parece ser sólo el punto de partida de sus obras.
Naufus Ramírez-Figueroa,
Props for Erendira (detalle), 2014. Escultura, instalación. 10ma Bienal Gwangju. Cortesía del artista y Proyectos Ultravioleta, Guatemala.
Ramírez-Figueroa es sobre todo un
metteur-en-scène magistral que da forma a los ecos traumáticos de un pasado perdido, creando imágenes sorprendentes que evocan simultáneamente una gama irreconciliable de sentimientos dispares que hablan tanto de un pasado violento como de un presente turbulento, aunque siempre con una dosis de humor. Habiendo sido directamente afectado por la Guerra Civil de Guatemala, el artista entiende cómo somos moldeados por la inevitable intersección entre lo personal y lo político. A medida que la creciente legitimación de los discursos de odio, impulsada el año pasado por eventos como Brexit y Trump, amenaza con ser traducida pronto en políticas cada vez más divisivas y posiblemente abiertamente beligerantes, se espera que la vida de millones de personas en todo el mundo sea marcada permanentemente por recuerdos desagradables. En su propia forma agridulce, las obras de Ramírez-Figueroa son poderosos recordatorios de la importancia de la supervivencia de las imágenes perdidas como armas contra un olvido que puede llevarnos a repetir los desastres del pasado.
Naufus Ramírez-Figueroa,
Feather Piece, 2013. Performance. Castello di Rivoli. Cortesía del artista y Proyectos Ultravioleta, Guatemala.
Notas