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08.02.2017

OROXXO

kurimanzutto, Mexico City, México
8 de febrero de 2017 – 16 de marzo de 2017

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“Comprar es más que satisfacer las necesidades cotidianas: es el importante ritual de la vida pública y comunal, a través del cual la identidad se crea y se cambia.”
Max Hollein, ‘Shopping,’ en Shopping: A Century of Art and Consumer Culture,
Tate (2003).

Gabriel Orozco propone un juego de logos y reglas de mercado contrapuestas, como dos formas de entender un mundo capitalista que colapsa y se expande continuamente: el mercado del arte y el mercado de enseres domésticos en una tienda de conveniencia dentro de una galería de arte.

En una asociación de operaciones funcionales íntegra se abre en la galería kurimanzutto un OXXO, la tienda de conveniencia más significativa del país, la cual operará como tal durante treinta días hábiles en la ya icónica galería en la colonia San Miguel Chapultepec. Desarrollados durante el siglo XX, los supermercados tomaron una dirección determinada: ofrecían funcionalidad, estandarización y precios bajos. OXXO, una cadena de tiendas en México, abrió su primer sucursal en Monterrey en 1978. Hoy cuenta con más de 14 mil tiendas. Es la cadena más grande de su tipo en México. Más de diez millones de clientes son atendidos cada día; cuenta con 104 mil empleados y el año pasado abrieron mil 208 tiendas adicionales.

En esta asociación, inédita por su escala, las entidades propuestas por Orozco operarán en su doble identidad y en su doble funcionalidad, proponiendo un juego de íconos donde participan los dos universos, el de bienes de consumo cotidiano y el del mundo arte, con 300 piezas intervenidas dentro del OXXO que podrían llegar hasta la producción de 3 mil objetos combinando las formas de producción, consumo, precios de las dos entidades.

Hacer cuestionamientos sobre los supermercados en el contexto de la galería abre a preguntas más allá de lo que puede representar el arte, hacia cómo éste se expande hacia la vida diaria y lo que esto puede revelar. Gabriel Orozco emplea la metáfora del supermercado para revelar, en un microcosmo, ciertas funciones que constituyen a lo social. El supermercado de Orozco muestra de qué manera los sujetos humanos están poderosamente orientados por los objetos, utilizando las repisas como representaciones de las condiciones físicas de la infraestructura que vuelve posibles la subjetividad y la sociabilidad. OROXXO le ofrece a Orozco un espacio nuevo para explorar la fenomenología de sistemas y estructuras que permiten las relaciones y el ejercicio de la entidad privada e individual, algo que se consigue a través de un marcaje topográfico de objetos del supermercado, aparentemente banales. El supermercado es el vehículo para que Orozco expanda su interés sostenido en la interconectividad de las relaciones, los encuentros y lo fortuito.

Con Orozco, sin duda el artista más influyente de las últimas décadas en México, las reglas del juego cambian como ha sucedido otras veces en su carrera. En esta ocasión los precios de venta de la obra se verán afectados por las reglas del juego propuestas por el artista donde las piezas podrán ser adquiridas a precios exponenciales en varias direcciones y tiempos, desde los niveles de apreciación en el mercado de consumo masivo hasta los del desregulado y subjetivo mundo del arte donde Orozco tiene un mercado por demás sólido y bien establecido.

Desde principios de los noventa, Orozco ha utilizado círculos sobre un amplio rango de objetos y superficies en diversas con figuraciones. fotografías, tickets, dinero, papel, lienzo, hueso, terracota y piedra, entre otros. En su práctica, la proliferación de los círculos en diferentes superficies puede compararse con la manera en que las marcas y los logos funcionan como huellas del capital global. Al colocar los círculos sobre objetos tan diversos como billetes, latas de refresco, cajas de medicamentos y envolturas de dulces y helados, Orozco sugiere los movimientos del flujo globalizado del mercado que lo permea todo, en todas partes.

Entre los más de tres mil artículos en un OXXO estarán intervenidos 300 productos que selecciona el artista y que van desde refrescos y cervezas hasta papas, latas, golosinas, salsas, jugos, botellas, veladoras y condones, interviniendo las envolturas en una contraposición de logos y narrativa, superposición de imágenes reconocidas que proponen una lectura icónica del mercado simbólico del México contemporáneo.

Los 300 productos seleccionados saldrán a la venta en series individuales de 10 piezas cada una reduciendo exponencialmente el precio por unidad, para un máximo posible de 3 mil piezas, las cuales se producirán una vez que sean adquiridas por el consumidor y coleccionista.

Este juego exponencial, excepcional e inédito que propone el artista es una reflexión filosófica y numérica, que se remite a la fábula que cuenta que el inventor del ajedrez le propuso al rey, para su pago por haber inventado tan maravilloso juego, que cobraría un grano de arroz por el primer casillero del tablero, dos por el segundo, cuatro por el tercero y así sucesivamente duplicando la cantidad a cada cuadro. El rey aceptó al pensar que se pedía muy poco por el invento aunque al final no pudo pagarlo.

http://www.kurimanzutto.com/

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