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10.06.2019
La Tallera, Cuernavaca, Morelos, México
27 de abril de 2019 – 14 de julio de 2019
Los segundos se desbocan mientras que los siglos se hacen piedra.
El trabajo artístico de Cynthia Gutiérrez (Guadalajara, 1978) aborda, de múltiples maneras, el peso del tiempo y las capas de memoria que se acumulan sobre distintas formas, objetos y relatos. Gutiérrez ha modelado un cuerpo de obra que critica las narrativas históricas y el poder que las escribe o impone por medio de monumentos y edificaciones. A su vez, intenta deconstruir cómo estos actos de autoridad han desplazado, anulado y borrado otras crónicas.
Todos los siglos son un solo instante retoma uno de los versos del poema Piedra de sol, escrito por Octavio Paz en 1957. Acompañándose del orden poético del título, la muestra reúne un conjunto de temporalidades disímiles, atravesadas por elementos ficticios donde la monumentalidad y los pequeños gestos construyen una métrica sobre el espacio de exhibición. Como en el México del presente, en Todos los siglos… coexisten distintos periodos; se repiten elementos geológicos, prehispánicos, coloniales, modernos, industriales y contemporáneos. Vemos vestigios y fragmentos de tantos siglos, en un solo instante. Esta amalgama además esboza parte de la complejidad entre el orgullo, el desengaño y el desencanto nacional.
La artista se enfoca en la materialidad de la roca volcánica —dura, monumental, pesada, porosa— con la intención de darle algún tipo de forma a lo perdurable en la memoria, a lo establecido en la Historia y cómo esto afecta al cuerpo y a la libre voluntad. De manera paralela, continúa su exploración con textiles —pequeñas narrativas alternas— que sugieren sutileza, vulnerabilidad, proceso, cambio. Además, emplaza en la sala del museo un montículo de fragmentos de réplicas prehispánicas y de artesanías para referir estratos de significados asociados a su producción y a la memoria; desde el recuerdo de los artefactos originales, a la destrucción de ídolos en tiempos coloniales, el saqueo por otros países, la apropiación arqueológica, la réplica.
En esta exposición, elaborada en el interior de lo que fuera el taller de producción de Siqueiros, Gutiérrez indaga en la historia del inmueble mediante una cala estratigráfica en las paredes de la sala, una búsqueda de los rastros de pinturas murales del pasado. Las nuevas producciones de la artista están acompañadas de reconfiguraciones de obras anteriores que persisten en el cuestionamiento de un tiempo que, aunque sólido, decae de distintas formas, se desvanece a velocidades variables, frente a nuestros ojos, olvidado entre las nuevas memorias que nacen cada día.
—Curaduría por Michele Fiedler y Silverio Orduña
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En Así comienza una montaña (2019), nueva obra para La Tallera, “los textiles se integran como vetas propias de la piedra. En algún punto esas vetas la parten por la mitad, pero al mismo tiempo la sostienen, la amalgaman. No es muy claro si la tela acabará por reventar la roca y ser más fuerte que ella o intentará sobresalir por estar tan comprimida y atrapada. Esas mismas incisiones pueden compararse con momentos históricos de quiebre”, explica la creadora.
Para el montículo que compone la pieza Marcha de tierra (2019) se utilizaron fragmentos de réplicas prehispánicas elaboradas en Chapala, Jalisco, y restos de artesanías de barro provenientes de talleres de Tlayacapan, Morelos. De acuerdo con la artista jalisciense, el trabajo artesanal es un oficio que intenta darle continuidad a una práctica cultural para que no desaparezca. Generar la duda de si los fragmentos son tepalcates originales o no, es una de las intenciones en esta producción para hablar sobre el valor histórico y económico de la memoria.
Como elemento fundamental de la exposición –debido a que aborda directamente la historia del inmueble–, la pieza Murmullos nacionalistas (2019) es una serie de calas estratigráficas que rastrean la producción muralista de Siqueiros en lo que fuera su taller de Cuernavaca.
A partir de una revisión del acervo fotográfico del recinto, Gutiérrez construye una ficción para encontrar huellas de pintura en las paredes: “La Tallera es un espacio que, cuando entras, imaginas cómo era el trabajo de Siqueiros aquí. Su sistema de poleas, sus zanjas y dimensiones dicen algo, pero al escarbar esos pedacitos en el muro se puede completar la imagen”.
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Cynthia Gutiérrez estudió Artes Visuales en la Universidad de Guadalajara. Su trabajo es una búsqueda constante por analizar la memoria en distintos niveles y generar tensiones o fisuras en los esquemas establecidos. Sus reflexiones y procesos parten de situaciones de conflicto y de terrenos inestables e indefinidos, cuya vulnerabilidad permite el desplazamiento en múltiples direcciones.
Entre sus exposiciones más recientes sobresalen: No para siempre en la tierra (Proyecto Paralelo, 2019), Persisting Monuments (SCAD Museum of Art, 2017), Paráfrasis del estrago (Museo de Arte Raúl Anguiano, 2016), Pop-up Summer (Proyecto Paralelo, 2016), Abismo flotante (Casa del Lago, 2015), Coreografía del colapso (Proyecto Paralelo, 2014) y Notas de carnaval (Museo de Arte de Zapopan, 2011), entre otras.
Participó en Viva arte viva, exhibición programada en la 57 Muestra Internacional de Arte de la Bienal de Venecia en 2017. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, 2016-2019, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
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