Reseñas - Interview - Brasil

Tiempo de lectura: 9 minutos

A
A

23.10.2024

Sobre los límites de la representación, producción de valor y visibilidad: entrevista con la curadora Diane Lima sobre el libro Negros na Piscina

Prescindiendo de la división por temas, secciones o categorías, el pasado mes de abril se lanzó Negros na Piscina – Arte Contemporânea, Curadoria e Educação, bajo el sello editorial brasileño Fósforo (Brasil, 2024). La curadora, escritora e investigadora, Diane Lima, convocó a más de 30 curadorxs, artistas, escritorxs y pensadorxs para componer esta publicación, la cual conforma un crisol epistemológico formado por veintiséis textos que retuercen las formas en que el evento racial ha estado presente en la producción artística y en los debates sobre arte contemporáneo en los últimos 10 años en Brasil.

danie valencia sepúlveda: Siguiendo la trayectoria de tu trabajo como curadora, escritora y profesora, me gustaría comenzar preguntando sobre el título de la publicación, que siempre implica inflexiones epistémicas en la manera en que propones el conocimiento. ¿Cuál es su papel en términos de representación y en las discusiones que condensa el libro?

Diane Lima: Uno de los grandes desafíos que tuve fue encontrar un título que, al aproximar palabra y acción, pudiera también activar. Un título que trajera a la existencia aquello de lo que habla. Entonces encontré en Negros na Piscina una imagen que a partir de la performatividad de la propia fotografía y a medida que enuncia, produce un gesto hacia sus múltiples significados: la piscina-libro, la piscina-foto, la piscina-museo, la piscina-institución, la piscina-mercado laboral, la piscina-universidad, la piscina-piscina, y todas las infinitas posibilidades o imposibilidades de ser y estar en la piscina; todos los contextos, espacios o situaciones —a veces posibles, antes imposibles, inimaginables, de algún modo deseables, prohibitivos o incluso ilegales— que la piscina, como figura retórica y como campo de disputa, posibilita. Entonces, desde el punto de vista de la producción de conocimiento, el libro como objeto cobra vida al performar esos mismos desafíos curatoriales y epistemológicos que su contenido aborda. Por eso creo que su papel es producir una intervención historiográfica y metodológica que tenga en cuenta los modos de narrar y pensar curatorialmente. Recuerdo que, en una de mis clases, el profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Luis Vargas, planteó una cuestión interesante sobre cómo los estudios de disidencia sexual y de género aparecían en mi práctica curatorial. Y así es como aparecen los estudios: en la forma.

Entonces encontré en «Negros na Piscina» una imagen que a partir de la performatividad de la propia fotografía y a medida que enuncia, produce un gesto hacia sus múltiples significados

dvs: Pensando desde la perspectiva negra feminista con la cual trabajas, me gustaría saber sobre las conexiones que el libro establece entre la invención-creación de narrativas curatoriales y las prácticas radicales de vida, a partir de la apuesta en el arte contemporáneo y su cruce con el racismo, la exclusión social y las formas de tokenización de las instituciones culturales a nivel, principalmente, continental.

DL: Al unir teoría y práctica, la gran contribución del pensamiento del feminismo negro en el campo del arte contemporáneo es permitirnos entender nuestra realidad concreta. Como teoría crítica y estudio transversal, su interdisciplinariedad nos ofrece tanto una lente como un método de intervención, que, como sabemos, no estaba disponible ni formulado —y es que no podía estarlo— en disciplinas como la historia del arte. Este giro epistemológico ha generado una serie de demandas éticas que buscan no sólo una revisión de los sistemas de representación, sino también cuestionamientos complejos en el ámbito de la filosofía estética y en las dimensiones económicas y jurídicas que estructuran las instituciones del conocimiento. Se trata de medidas que cuestionan las nociones de reparación y redistribución en relación con el propio sistema laboral, además de intervenir en las propias narrativas históricas.

Como señalé brevemente en mi conferencia inaugural en el Museo Universitario Arte Contemoráneo (MUAC), en agosto, a pesar de que las personalidades que dominan los espacios de poder institucional —mismas que han sido centrales en la reproducción de la violencia, generando pagos sistemáticos y la invisibilización de las prácticas artísticas contemporáneas afro-indígenas— son actualmente las figuras que, como efecto de los procesos de captura, se han vuelto nuevamente visibles en la representación de los discursos de diversidad, continuando el proyecto de acumulación y producción de valor financiero, ahora bajo la categoría de “decolonial”, poco se habla de las figuras raciales que “atormentaron” a las instituciones y a la opinión pública y que detonaron lo que sustenta la definición misma de los movimientos sociales: hacer que las instituciones actúen.

Considerando la importancia de Brasil en lo que respecta al debate racial desde una perspectiva del arte global, lo que hice en la UNAM fue revelar, a través de situaciones, episodios, eventos, prácticas y proyectos, cómo llegamos a este momento de supuesta transformación, y cómo el feminismo negro y el movimiento de mujeres negras han sido la fuerza motriz detrás de esto. Obviamente, este análisis tiene un contorno macropolítico y, por lo tanto, toma como referencia los movimientos sociales del siglo XX que se posicionan en la creencia y búsqueda de la democracia. Lo que estamos haciendo, entonces, es tanto honrar estas contribuciones como comprender sus límites.

dvs: ¿Cómo se integran las estrategias curatoriales en el libro para desafiar las narrativas hegemónicas en el mundo del arte y de qué manera eso puede rearticular las formas de percepción y reconfiguración de lo sensible dentro de esa belleza terrible?

DL: Esta idea de la “belleza terrible” de Saidiya Hartman está presente tanto en Negros na Piscina como en O impossível, texto que escribí para el catálogo de la 35ª Bienal de São Paulo, Coreografías do impossível. Creo que nos ayuda a mantener la integridad y la negativa frente a una connotación festiva actual que, de manera muy superficial, busca celebrar nuestras presencias y participaciones en el sistema del arte; una idea que tanto el libro como los textos refutan o desobedecen. Lo que precede, entonces, a la alegoría de la representación colectiva como sinónimo de conquista y justicia es esa belleza terrible.

Si una de las posibilidades de encontrar la belleza fuera escapar de la violencia siempre que sea posible, la belleza terrible nombra la capacidad generativa de la violencia que constituye nuestra tradición estética. En cuanto a las narrativas hegemónicas, los textos cuestionan estas narrativas ya sea a través de las metodologías curatoriales, de las críticas que proponen, de los principios éticos que intentan imprimir o de sus propios modos de narrar. En el libro hay un contar y recontar la historia, lo cual trae consigo una multiplicidad de narrativas que acentúan las singularidades de cada práctica y que ayudan a desmantelar los ideales preconcebidos formalmente sobre lo que se entiende por “colectividad X racialidad”.

Teniendo en cuenta el cambio de contexto geográfico, si en mi paso por la UNAM el seminario se concentró en introducir los principales conceptos del pensamiento feminista negro y cómo, dentro de una narrativa histórica, impactaron en el sistema del arte; lo que hago en mi texto introductorio dentro del libro es presentar, a través de una serie de proyectos curatoriales y textos críticos, lo que he aprendido, cómo lo he expandido y cómo lo he performado.

dvs: Y, en ese sentido, ¿cuál es el papel de la imagen dentro de la publicación y de esas estrategias curatoriales?

DL: Al ser un libro que sólo existe porque antes sucedió como performance colectiva, ya es en sí un efecto. Creo que fue esa cuestión fundamental la que esta fotografía («Negros na Piscina» de Paulo Nazareth) me permitió articular. En el sentido curatorial, al entender que el libro es la performance de una performance, el trabajo con Paulo Nazareth —no sólo en el libro, sino en este intercambio constante que tenemos— me permitió seguir comprendiendo la curaduría como un enunciado performativo, donde la producción de sentido se constituye a través de actos o prácticas repetidas de hacer, en los que el discurso constituye la realidad.

Como cuento en la introducción del libro, la imagen también fue fundamental para situarnos frente al debate sobre la representación. Este se volvió un tema que el libro performa tanto como desafía, en los múltiples sentidos que el título conlleva. Esta colaboración con Paulo inaugura ahora un nuevo capítulo con Luzia, su primera exposición individual en México. La exposición abrió en la primera semana de octubre en el Museo Tamayo, y tengo la alegría de firmar la curaduría junto con Fernanda Brenner.

dvs: Diane, ¿qué tipo de diálogo supone Negros na Piscina dentro del arte contemporáneo en nuestra región?

DL: Uno de los enfoques más importantes que se puede articular, refiere a las formas en que en ambos territorios se llevó a cabo el proceso de construcción del mito de la democracia racial, que desde los años setenta ha sido un tema ampliamente debatido, tanto en el movimiento de mujeres negras como en el pensamiento feminista negro. En términos generales, el mito se construyó a partir de la romantización del proceso de mestizaje racial y de la idea de una unión de las razas que produciría, por un lado, un hombre cordial y, por otro, un modelo evolucionado capaz de elevar, finalmente, a la nación al desarrollo. Basado en políticas eugenésicas y en el racismo científico producido en Europa en el siglo XIX, lo que el discurso de este proceso de mestizaje oculta es un expansivo proyecto de blanqueamiento nacional ampliamente diseminado en la cultura a través de pactos populistas a lo largo del siglo XX. La ausencia del elemento racial evitaría —para las élites políticas— las políticas de reparación, las políticas afirmativas y el reconocimiento del proceso de explotación del cuerpo esclavizado y de las tierras indígenas para la acumulación del capital y la riqueza producida.

Pese a sus especificidades, esta es una narrativa común en ambos territorios. Reflexionar sobre el mito de la democracia racial es fundamental para entender cómo el concepto de arte latinoamericano ha tenido su canon ampliamente fundado en las mismas bases; estoy segura de que Negros na piscina ofrece muchas aperturas sobre el debate. Especialmente considerando cómo cada invitadx ha estado desarrollando estrategias en el campo de la curaduría para abordar estos efectos en la vida cotidiana.

dvs: Pensando en las formas en que el diálogo se entrelaza en nuestra región a partir del intercambio de conocimientos en los diversos idiomas hablados en nuestro continente, ¿hay alguna previsión para la llegada de Negros na piscina al español?

DL: La previsión es que sigamos organizándonos y creando las condiciones para expandir nuestros conocimientos y nuestras redes de solidaridad, en donde la traducción es un elemento fundamental. Estoy muy emocionada con la posibilidad de ver el libro traducido al español. También espero que mi paso este año por la Ciudad de México, ya sea a través de la UNAM o de Luzia, haya producido contextos favorables para que el propósito de nuestro trabajo, a pesar de todo lo imposible, pueda seguir ocurriendo. Sin duda, México ha sido mi travesía: me enseñó a ser frontera, pero también renovó mi valentía para continuar haciendo el trabajo que venimos a hacer y que este territorio de los Caboclos y de Luzia, como dice Paulo, es una encrucijada fundamental.

Comentarios

No hay comentarios disponibles.

filtrar por

Categoría

Zona geográfica

fecha