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27.10.2022

Orquestando la serendipia: entrevista con Anna Costa e Silva

La curadora Mariana Muñoz Gomez entrevista a Anna Costa e Silva al término de su residencia Ubisoft x Terremoto 2022.

La artista Anna Costa e Silva llegó a la sede de Ubisoft en Winnipeg (Canadá) el pasado mes de junio para pasar el verano como artista residente, colaborando con les empleades de la compañía para ampliar su práctica de performance y artes mediáticas. La investigación y las obras de arte de Anna resultado de la residencia continúan con su práctica en torno a estética relacional y se relacionan con lo posthumano, inteligencia artificial, emociones, conexiones y sueños.

Mariana Muñoz Gomez (MMG): ¿Cuáles son los principales temas con los que has trabajado durante la residencia Ubisoft x Terremoto, y qué resultados esperas de la misma?

Anna Costa e Silva (ACS): Es curioso pensar dónde empieza exactamente un proyecto. En 2018, un presidente fascista fue elegido en Brasil y estas elecciones fueron muy brutales. Sabíamos que nuestras vidas iban a ser impactadas e inevitablemente cambiarían para siempre. Me di cuenta de que en mis sueños empezaron a aparecer cuestiones colectivas, dejando atrás lo individual y mis asuntos privados; fue como si mis sueños hubieran sido secuestrados. Empecé a soñar con futuros distópicos y cosas que cambiarían la forma en que la sociedad se relaciona con les demás.

Me siento muy conectada con los sueños, los estudio mucho. Decidí hacer una convocatoria abierta en ese momento para saber si otras personas también tenían sueños relacionados con la situación política. Los sueños que la gente compartió conmigo reflejaban una idea colectiva de distopía que nacía de nuestro inconsciente, mezclando las narrativas personales con las políticas de una manera que nunca había visto antes. Este proyecto dio como resultado And the buildings were growing taller, and I could not see what was behind [Los edificios crecían más altos, y yo no podía ver lo que había detrás], presentado por primera vez en Pivô en São Paulo, 2019.

En uno de mis sueños, impartía un taller sobre el futuro para aprender a vivir en un mundo en el que las relaciones se extinguían, una distopía personal y relacional. En este sueño, el amor y el afecto se consideraban demasiado violentos o peligrosos, y se interponían en el camino de la ultra productividad. En el mundo del sueño se decidía que no necesitábamos relaciones, afecto o cuidado mutuo; en su lugar, se trataba de ser muy productivo y de vivir muchas experiencias individuales, recibiendo gratificación instantánea, pero sin crear ningún vínculo. Decidí que quería seguir explorando algunos temas que estaban implícitos en este sueño, como el narcisismo, la subjetividad neoliberal, la soledad y la búsqueda de la conexión humana.

Postulé con este proyecto a la residencia Ubisoft x Terremoto, pensando que sería interesante trabajar estos temas con una empresa de videojuegos y entretenimiento, en un contexto muy diferente a mis otros proyectos. Me interesaba trabajar con gente que está creando mundos, definiendo reglas para estos mismos y también, de alguna manera, dando forma a la subjetividad de le jugadore a través de estos juegos. Los videojuegos suelen jugarse en solitario mientras la gente se relaciona con una pantalla. Por otro lado, estos juegos son creados por equipos de personas.

Cuando llegué a Ubisoft, hice una convocatoria abierta para escuchar los sueños de les empleades. Me interesaba saber qué soñaban les programadores y les diseñadores de juegos, les «creadores de mundos», y cómo podían conectar con mi sueño original. Tuvimos conversaciones individuales en las salas de reuniones de Ubisoft, un contexto muy diferente a las charlas que solía tener en situaciones más íntimas como solía hacerlo en mis proyectos anteriores. Fue curioso tener estas conversaciones profundas en el lugar de trabajo, y tener estas sutiles alteraciones me encanta. Encontré mucha resonancia entre los sueños que escuché en Ubisoft y los temas que yo abordaba.

Estos sueños fueron el punto de partida de mi colaboración con les programadores y diseñadores de Ubisoft, así como la continuación de la colaboración con un grupo de mujeres brasileñas artistas de performance, con las que trabajé a distancia durante la residencia: Maria Clara Contrucci, Manuela Libmam, Dora Selva, Carolina Luisa Costa, Dani Camara y Elaine Dual. Creamos animaciones, imágenes digitales y materializamos algunas ideas de los sueños. Este proyecto dará lugar a una instalación fílmica y, con suerte, a una pieza de realidad virtual; aún tenemos que terminar el proceso de edición.

MMG: Mencionaste que el proyecto de Ubisoft estaba influenciado por tu proyecto anterior, And the buildings were growing higher, en el que conectaste con gente de Brasil. ¿Cómo ha sido el desarrollo del proyecto aquí en Winnipeg, un nuevo entorno? ¿Cuáles son algunos de los retos o sorpresas en la forma de conectar con les empleades de Ubisoft?

ACS: Me sorprendió e impresionó cómo sus sueños se conectaban con mi curso de sueño futuro, y cómo parecían llevarlo más allá, entrando en detalles del desarrollo tecnológico de este mundo onírico. En uno de los sueños, las personas se habían vuelto obsoletas y, en lugar de hablar con une terapeuta humane, une acudía a la Inteligencia Artificial para que programara sus sentimientos de manera que sintiera lo que quería; se trataba de experiencias relacionales que eran sustituidas por la gratificación instantánea. También hubo un hermoso sueño en el que se comparaba una relación con un vacío; la figura de una relación es un vacío en el que te ves absorbido y atrapado para siempre por ese vínculo, casi como si éste fuera el amor que se intentaba evitar en mi sueño. Tiene sentido que estos sueños provengan de personas que trabajan con la tecnología para programar y crear mundos ficticios.

MMG: Algunos de tus trabajos con Ubisoft hacen referencia a les seguidores de Bolsonaro celebrando su uso de las redes sociales en 2018. ¿Qué opinas de las redes sociales? La gente puede encontrar conexiones genuinas a través de ellas, pero estas plataformas también tienen efectos perjudiciales para nuestra salud, explotan a les usuaries y juegan un papel importante en la difusión de información errónea.

ACS: Me resistí mucho a las redes sociales desde el principio. Recuerdo cuando vi las páginas de mis amigos en Orkut, en su momento. Las páginas de todes tenían el mismo formato. Me daba miedo ver un catálogo de todas las personas que conocía retratadas de forma idéntica, aunque las fotos y los textos cambiasen. Ya hemos hablado del caso LaMDA de Google, la IA de la que sospechan se está volviendo sensible e imitando el comportamiento humano. Pero lo que me llama la atención es pensar al revés: considerar cómo nuestros comportamientos están moldeados por las grandes empresas tecnológicas y por los modelos de relación que se construyen para nosotres, y cómo todos nuestros afectos son mediados por estas empresas. Me asusta esta relación entre las personas y las marcas en las redes sociales; nos hemos convertido en marcas. La forma en que nos comportamos en el «mundo real» también está cada vez más definida por estos nuevos comportamientos que se implementaron en nuestro sistema. ¿En qué momento aprendí a hacer swipe o a tener contenido infinito a mi disposición las 24 horas del día? ¿En qué momento el teléfono móvil se convirtió en una extensión de mi cuerpo? ¿Cómo están cambiando todo hasta el punto de que una llamada telefónica resulta invasiva para algunas personas, o «demasiado relacional»?

Por supuesto, no es blanco o negro. Me interesa mucho más la dinámica y lo que está en juego que decir simplemente que esto es bueno o malo. Pero hay algunas cosas en esta dinámica que me parecen muy violentas, y observar estas conexiones en los sueños de un futuro distópico, o pensar a dónde nos puede llevar esto, también da bastante miedo.

MMG: Has hablado de tu aprensión respecto al poder del capitalismo y la tecnología sobre nuestras vidas. ¿Cómo se equilibra esto con el deseo de incluir en tu proyecto una visión optimista del futuro?

ACS: Creo que hay algo en la forma en que he abordado esto que es muy relacional. El proyecto comenzó con un sueño que tuve, pero a partir de ese momento se ha tratado de experiencias colectivas: hay una convocatoria abierta, la gente se relaciona conmigo de forma individual, mantenemos un espacio para conversaciones íntimas y colaboramos. Esto, en sí mismo, toma mis sueños de aislamiento y productividad, y los invierte: se trata de cómo responde el colectivo. Es un proyecto sobre relaciones que se extinguen, que nace de las nuevas relaciones que se forman.

MMG: Tengo una pregunta sobre una palabra que me enseñaste cuando nos conocimos: escapulir [escapar, escabullirse]. Me da curiosidad saber si sientes que resuena en este proyecto de Ubisoft.

ACS: Fue muy interesante que sugirieras escapulir como una forma de ver ampliamente mi práctica. Me recuerda a otra palabra, me pregunto qué es… no es el «destino», quizás «serendipia» o «coincidencia». Un amigo curador, Guilherme Teixeira, describió lo que hago como orquestar la serendipia, lo que me parece realmente hermoso. Hay algo en la serendipia: es algo que se escapa, algo muy real pero que no se puede saber exactamente qué es. En todas mis obras, esto es lo que busco: algo que no se puede controlar, supervisar, reducir a una categoría o encajar en un algoritmo: existe entre tú y yo. Ese espacio intermedio. Y creo que es muy importante buscar estas experiencias compartidas en el contexto en el que nos encontramos. Estas experiencias compartidas que se escapan.

MMG: Finalmente, ¿Cuándo y dónde puede la gente ver el trabajo que estás desarrollando?

ACS: Voy a tener una exposición individual con el trabajo de la residencia en Río de Janeiro en febrero de 2023, en el Centro Cultural Helio Oiticica, y algo próximo en Winnipeg, en febrero o marzo de 2023.

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