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15.12.2020

Museo de la Cancillería del Instituto Matías Romero presenta "BIOCENO • Arte • Comunidad • Coexistencia" en México

Curaduría por Jeannette Betancourt
Ciudad de México, México
23 octubre, 2020 – 2 enero, 2021

Importa qué materias usamos para pensar otras materias,
importa qué historias contamos para contar otras historias,
importa qué pensamientos piensan pensamientos, importa
qué conocimientos conocen conocimientos.
—Donna Haraway

Bioceno es una palabra emergente, las ideas que alberga sólo se vislumbran. Aun así, es un término sugestivo si se le relaciona con los conceptos antropoceno y cthuluseno. El primero fue acuñado en 2002 por Paul Crutzen, premio Nobel de Química, para definir el nombre de la era geológica actual y refleja el impacto de la actividad de los seres humanos sobre el planeta Tierra. El segundo, noción conceptualizada por la profesora, bióloga, filósofa y zoóloga Donna Haraway, nombra un tipo de espacio-tiempo para aprender a continuar con el problema de vivir y morir con responsabilidad en un planeta dañado. Al tener estos dos antecedentes como fenómenos de nuestro tiempo, se especula que el bioceno llegará a representar una nueva época de la vida en la que se armonicen, en la medida de lo posible, los saberes inscritos en la naturaleza con aquellos creados por los humanos mediante la tecnología y la inteligencia artificial, que garanticen la continuidad de la vida en el planeta. La pandemia derivada del virus SARS-CoV-2 ha hecho aún más evidente la emergencia por una apertura a esa nueva concepción de un mundo deteriorado para ser reformulado, donde se integren conocimientos antiguos y visionarios con el fin de proteger la subsistencia de nuestra especie. Un nuevo orden de conocimientos que, como de costumbre, se debatirá entre juegos de equilibrio.

En la fecha en que se redacta este texto, sólo existen dos personas que han usado el término bioceno en sus proyectos para contribuir en la diseminación y la construcción de su significado.

Una de ellas es Vikdram Shyam, ingeniero aeronáutico que trabaja una extensa investigación relacionada al biomimetismo de la naturaleza y su aprovechamiento en la inteligencia artificial en el Centro de Investigación Glenn de la NASA, lo incluye en su libro que aparecerá en mayo de 2021 The Biocene: The Age of New Life Beyond Evolution (Bioceno, la era de la nueva vida más allá de la evolución). La otra, Eugenio Ampudia, artista español, lo empleó en Concierto para el bioceno  (Liceu de Barcelona, 22 de junio de 2020) concierto para 2,292 plantas.

Más allá de estos casos, lo que tenemos como un concepto para ser pensado hoy día es la noción biológica de biocenosis: un conjunto de organismos de especies diversas, vegetales o animales, que viven y se reproducen en un determinado biotopo. Ambos creadores, el científico y el artista, parten de esta idea, pero sus enfoques se encauzan rápidamente hacia sus intereses concretos, no revelando en su totalidad las posibilidades que sugieren una nueva forma de vida, una nueva manera de relacionarnos con el resto de la biósfera.

Para esta novena exposición del programa de Pago en Especie del Museo de la Cancillería del Instituto Matías Romero, como curadora, he optado por problematizar este término incipiente en el proyecto curatorial y museográfico: Bioceno • Arte • Coexistencia • Comunidad, asentando lo que constituye la colectividad artística que contribuye a este programa.

Los artistas conforman biotipos singulares que operan a través de la actividad creadora del arte. Su unicidad se manifiesta en las reflexiones que tratan y traducen a las disciplinas que investigan y trabajan. Aun siendo tan diversos entre sí, coinciden en la finalidad de provocar el diálogo de sus intenciones y la de sus obras con los espectadores: esos momentos en los cuales el arte se hace afectivo, activo y amplifica sus significados a través de la experiencia y la percepción. El entorno donde se genera esta práctica, el espacio expositivo, opera como un bioma o paisaje bioclimático, un contexto único. Este es el caso del Museo de la Cancillería y el programa Pago en Especie, que permite a los artistas pagar sus impuestos por medio de la donación de obras de arte al Servicio de Administración Tributaria. La coexistencia acontece como una narrativa biótica en el ejercicio de la exposición, en la que lo manifiesto y vivo de la obra de arte contribuye a señalar la importancia de mostrarse en la diversidad, como una fortaleza y pertinencia que construye lo colectivo: una comunidad en el arte.

—Texto y curaduría por Jeannette Betancourt (fragmento)

Artistas

Nora Adame, Cecilia Barreto, Diego Beyró, Andrea Bores, Fernanda Brunet, Iván Buenader, Patricia Carrington, Tomás Casademunt, Miguel Cordera, Vanesa García, Máximo González, Graciela Iturbide, Enrique Jezik, Daniela Libertad, Pablo López Luz, Luciano Matus, Jason Mena, Fabiola Menchelli, Jorge Méndez Blake, Enrique Mendez de Hoyos, Ricardo Milla, Miguel Milló, Arturo Muela, Paul Muguet, Aurora Noreña, Cristina Ochoa, Damián Ortega, Francisco Ortiz Trejo, Horacio Quiroz, Carla Rippey, Miguel Rodríguez Sepúlveda, Vicente Rojo, Betsabeé Romero, Elizabeth Ross, Edgar Solórzano, Juan Pablo Vidal, y Yupica.

https://www.gob.mx/imr/acciones-y-programas/museo-de-la-cancilleria

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