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10.07.2019

Grabador Fantasma

Centro de Arte Contemporáneo, Quito, Ecuador
11 de junio de 2019 – 14 de julio de 2019

Los emprendimientos extractivistas en territorio ecuatoriano son el hilo conductor del trabajo de Balseca. De la explotación del caucho en The Skin of Labour (2016), al petróleo y el primer derrame en Mar cerrado (2016), el fin del boom petrolero y el desarrollo de la industria automotriz en El cóndor pasa (2015) y Medio camino (2014), el artista da luz a objetos híbridos, revelando los anacronismos y periferias invisibles del proyecto de modernidad del Estado ecuatoriano.

En la actualidad, la influencia de la actividad humana sobre la Tierra se volvió una fuerza geológica mayor, capaz de marcar de forma irreversible el ecosistema planetario: nos encontramos en la era del Antropoceno. Con Grabador Fantasma (2018), Adrián Balseca en —colaboración con Kara Solar— cuestiona la materialidad del mundo en esta era. Actúa y se involucra como artista para generar una obra simbólica de estos retos sobre el territorio ecuatoriano. Este involucramiento sucede en oposición con el orden moderno, el cual representa el mundo desde la “Gran División” (Latour 1991) entre naturaleza y cultura.

El punto de partida de Grabador Fantasma es la película Fitzcarraldo (1982) del alemán Werner Herzog, que cuenta la odisea de Brian Sweeney Fitzgerald al inicio del siglo XX. Este empresario, y a la vez amante de la música, aspira hacer una fortuna con el caucho y sueña con construir una edificación para la ópera en la selva amazónica. Lo que le llama la atención a Balseca de este emprendimiento desmesurado es la estética fuera de lugar y visualmente desconectada de un gramófono sobre un barco que erra en el medio de la selva. Balseca borra al personaje principal de la obra de Herzog y reutiliza la tecnología del gramófono para “escuchar a la naturaleza”.  La barca capta los sonidos del bosque, a la escucha de los sonidos humanos y no humanos que habitan en él. Grabador Fantasma opera como un dispositivo de traducción de procesos materiales y cósmicos.

Balseca participa del desarrollo de una ecología de la sensaciones, enfatizando que las condiciones de nuestra existencia dependen de nuestra relación con lo no-humano y del deber de cesar la “guerra” basada en “la dominación y la apropiación” que denuncia Michel Serre (1990). A través de un dispositivo artístico, Balseca repara nuestra sensibilidad, nuestra capacidad en entender cómo el ecosistema comunica.

Para Grabador Fantasma, Balseca se unió con el proyecto Kara Solar para fabricar una barca que funcione con energía solar. A través de esta alianza con Kara Solar, Balseca abre la vía para un arte post-carbón. Nos ayuda a deshacernos de la “fantasía del Holoceno” (Franke 2018), mostrándonos a qué se podría parecer un régimen estético y un proceso de creación fuera de un modelo económico basado en la extracción de energías fósiles.

www.centrodeartecontemporaneo.gob.ec

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