03.11.2017

Feria Odeón 2017, Bogotá, Colombia

Por Terremoto, Bogotá, Colombia
27 de octubre de 2017 – 30 de octubre de 2017

Tatiana Raís
Directora de Espacio Odeón
http://www.espacioodeon.com/

Terremoto: La séptima edición de Feria Odeón es sinónimo de estabilidad. Inicialmente Odeón comenzó como una mezcla de centro cultural y espacio independiente y posteriormente, en el 2011, lanzaron la plataforma Feria Odeón que se proyecta “como una alternativa al modelo de feria de arte tradicional” para impulsar “nuevas formas de exhibición, creación y circulación que trasciendan los mecanismos comerciales establecidos.” ¿Qué significa exactamente un modelo alternativo en el contexto global de producción-consumo que enmarca al mercado del arte? ¿Cuáles son estas nuevas formas trascendentales que se han visibilizado a lo largo de estas siete ediciones?

Tatiana Raís: El primer proyecto que presentó Espacio Odeón fue la Feria Odeón que se hizo en el 2011. Realmente fue a partir de ahí que inauguramos el espacio y empezamos a desarrollar el proyecto que a lo largo del año tiene un programación de exposiciones y un programa público. La feria ha venido cambiando mucho en estos últimos seis años porque la ciudad y su dinámica han cambiado.

Entonces, por ejemplo, cuando nosotros abrimos la primera edición de la feria solamente estaba ArtBo y en ese momento ArtBo era muy institucional: solamente aceptaban galerías constituidos legalmente o galerías que tuvieran una trayectoria bastante amplia. Cuando empezamos Feria Odeón nos dimos cuenta que habían muchos espacios que no necesariamente estaban constituidos legalmente, espacios autogestionados e independientes o galerías mucho más jóvenes que no tenían la posibilidad de participar en este tipo de mercado. Entonces la feria comenzó con la idea de poder visibilizar esas plataformas.

Ya en estos últimos años ha cambiado porque la realidad de Bogotá ahorita es otra. Hay más ferias y más espacios durante el año abiertos. ArtBo como feria también se ha transformado mucho: ya incluye muchas de estas propuestas dentro de sus expositores. Este año quisimos alejarnos de lo que está pasando acá en Bogotá en términos de ferias y también de lo que veníamos haciendo nosotros. Lo que decimos hacer fue abrir el espacio al eliminar el concepto del stand lo que permitió que la propuesta de las galerías encajara de una forma más orgánica con la arquitectura el espacio. Así mismo, creamos la sección de Planta Libre que curó Miguel López, quien invitó a artistas a que intervinieran sitios específicos dentro del espacio. Digamos que este año cuando estamos hablando sobre trascender estos formatos o trascender el mercado nos referimos a ampliar el tipo de obras que normalmente mostramos en la feria, algo que a nivel internacional ocurre en otras ferias pero acá en Bogotá realmente no, pues son bastante tradicionales en su forma de exponer.

T: En el marco de la pregunta anterior, ¿nos podrías hablar sobre las galerías que forman parte de la Sección Principal?

TR: La sección general de este año está compuesta por nueve galerías. Dichas galerías participan en una convocatoria que abrió en marzo. Un comité de selección –que todos los años cambia y que está formado por curadores, galeristas que no participan en la feria, críticos de arte, y algunas veces también coleccionistas– hace una selección de galerías.

Este año las galerías son de Bogotá, Medellín, Brasil, Bolivia, Perú y España. Un poco de lo que buscamos siempre con la sección general es poder trabajar con espacios jóvenes y emergentes, o espacios que ya están un poco más consolidados pero que tienen otro tipo de programas. Por ejemplo, Ojiva, de Medellín, es un espacio autogestionado por artistas que nace a partir de Taller 7, que es una iniciativa bastante conocida en Medellín. Ttenemos también una galería de Bogotá que se llama Nivex, que más allá de una galería es una plataforma para exponer el trabajo de artistas muy jóvenes recién graduados de universidades locales.

Lo que se busca con la sección general es darle visibilidad a proyectos que no necesariamente son como las galerías tradicionales, sino que proponen otros formatos, y esperamos que los próximos años podamos realmente seguir convocando a este tipo de proyectos.

T: En tu entrevista a El Espectador mencionas que la feria busca “dar a conocer proyectos que están cambiando la forma de interactuar con el mercado artístico”. Esto da a entender que Feria Odeón busca democratizar las dinámicas del mercado para que sean más accesible en términos comerciales. Si pensamos que la dicotomía del mercado del arte es entre su oferta y su demanda, donde la oferta es cada vez mayor y la demanda depende exclusivamente de un limitado núcleo de coleccionistas a la que toda esa oferta quiere llegar, ¿qué estrategia sigue Feria Odeón para generar coleccionismo dentro de ese entendimiento de accesibilidad?

TR: Estoy completamente de acuerdo contigo. Pareciera como si la oferta en el arte contemporáneo cada vez es más grande y la demanda no crece a esa misma velocidad. Acá en Bogotá es un tema que es muy interesante a revisar. Por ejemplo en esta última semana, fuimos cinco ferias las que se hicieron en paralelo. Así mismo, han abierto una cantidad de galerías jóvenes y espacios y la pregunta siempre es ¿hay mercado para tanta gente? Hasta ahorita si lo ha habido.

Nosotros como Espacio Odeón intentamos a lo largo del año trabajar con nuevos públicos y con coleccionistas más jóvenes para vincularlos a nuestro programa e invitarlos a las exposiciones durante el año que no son comerciales. Esto es una forma de acercarlos a los diferentes procesos. Ya durante la feria los invitamos a conocer los proyectos en un contexto comercial y así motivarlos a comprar y a empezar a apoyar a este tipo de espacios y artistas que participan en la feria.

Sin embargo, el tema del mercado es bastante complejo y yo creo que en los próximos años vamos a ver cómo evoluciona. El boom que hace tres años había alrededor del arte contemporáneo colombiano que hizo que nacieran todas estas iniciativas creo que esta empezando a contraer y habrá que ver de qué forma se comporta toda la escena artística. Yo espero que el mercado que hay y sus coleccionistas sigan apoyando a las iniciativas más allá de los días de la feria y a lo largo del año para que los espacios y sus artistas puedan mantenerse activos.

Miguel López
Curador de la sección Planta Libre

Terremoto: Para Planta Libre, nueva sección de la feria, propones a 6 artistas que trabajan con galerías de Perú, Costa Rica, Bolivia, Colombia y España. Dicha sección es prácticamente una exhibición con un guión curatorial. ¿Nos podrías hablar un poco sobre tu curaduría en relación al contexto de Feria Odeón? ¿Cómo es que tu visión curatorial se encuentra con el aspecto comercial de la feria?

Miguel López: Creo que en términos generales la ventaja de trabajar con un curador para una sección de feria es que permite hacer foco en aspectos específicos de la producción de un artista, contenidos que se consideran relevantes y que pueden ser amplificados en diálogo con otros proyectos. Creo que para las galerías esto significa también parte de un proceso más amplio de diálogo y conversación entre curador y artista, algo sumamente importante en contextos donde el mercado es todavía incipiente o limitado. En ese sentido, algo importante para mi fue presentar artistas de América Central como Patricia Belli (Nicaragua), Ingrid Cordero (Costa Rica) o Fabrizio Arrieta (Costa Rica). Me parece urgente tender un puente entre América Central y América del Sur porque es un poco lo que se conoce entre ambas geografías. Yo soy de Lima pero actualmente trabajo en TEOR/éTica, en Costa Rica, y estoy comprometido por generar nuevos puentes entre las prácticas artísticas de ambas regiones.

Con respecto al proceso curatorial: me interesaba presentar una serie de puntos de conexión entre artistas de distintas generaciones, con una obra sólida, que considero merece tener un mayor espacio de reflexión y visibilidad. No hubo un criterio temático rígido al momento de elegir artistas y galerías. En el caso de los artistas extranjeros, me interesó especialmente privilegiar artistas que no había exhibido antes en Bogotá, acercando así propuestas distintas al público local. Y me interesó pensar también, evidentemente, cómo algunos de estos proyectos pueden entablar un diálogo con lo que viene produciéndose en Colombia actualmente. En ese sentido, me interesaba pensar a través de esta selección de obras cómo el cuerpo se convierte en un lugar de ficción y experimentación, desde las esculturas participativas de Ingrid Cordero que investiga como la tela puede permitir reinterpretar el significado del cuerpo a través del movimiento hasta las obras que propone visiones de la cultura amazónica y la experiencia indígena presenta en las obras de Harry Chávez y Rember Yahuarcani, presentes en la Galería Búfeo de Perú.

Hay también espacios de inmersión como Habitación (2010) de Cecilia Paredes, una instalación con varias planchas de cobre tejido suspendidas que alegorizan el cuarto del rescate del inca Atahualpa durante la conquista española del imperio incaica en el siglo XVI, o en las propuestas con tejidos que recuperan la iconografía indigenista de inicios de siglo XX del artista boliviano Andrés Pereira Paz que se instalan suspendidos cerca de la escalera central. Las obras de Patricia Belli, por su parte, establecen un diálogo con la propia precariedad del espacio, trabajando a partir de objetos industriales reciclados que ella combina con figuras de tela, construyendo comentarios sobre la fragilidad y vulnerabilidad de la vida. Otro aspecto presente es la influencia de las imágenes de los medios de comunicación, y la industria cultural y del entretenimiento, como en las pinturas y esculturas del colombiano Juan Sebastián Peláez (Galería SGR) que toma fragmentos de logo de Playstation para convertirlos en abstracciones geométricas o las esculturas y pinturas de Fabrizio Arrieta que pone en diálogo la tradición pictórica de las bellas artes con los efectos y manipulaciones de la imagen digital.

T: Algunos de los roles de los agentes del arte contemporáneo están en continua expansión y se trastocan unos a otros, por ejemplo, los artistas fungen como curadores, los curadores impulsan espacios comerciales y las galerías contemplan opciones más experimentales en cuanto a su oferta. A partir de esto, ¿que reflexiones tienes sobre el rol del curador dentro del mercado del arte? ¿Cuáles son sus límites y potenciales?

ML: Ciertamente los límites son cada vez más difusos, lo cual no debería implicar un problema en un momento donde las prácticas creativas y críticas asumen dimensiones híbridas o en un momento en el cual la autoorganización es una de las formas necesarias que tienen los artistas de responder a la hegemonía del mercado y ciertos discursos conservadores. Sea en el mercado del arte o fuera de él creo que el trabajo curatorial se define básicamente por su dimensión pública, es decir que su trabajo demanda proponer nuevos acercamientos sobre cómo se construye los relatos que nos rodean y cuestionar las narrativas históricas existentes. Su labor implica mediar y negociar entre espacios como los espacios institucionales, la construcción de discurso crítico o las formas en las cuales opera el mercado. Esto debe asumirse con responsabilidad, lo cual implica mirar críticamente los privilegios que conlleva: los curadores así como todos los agentes que tienen la capacidad, posibilidad o condiciones de intervenir en la forma en que se construyen las agendas discursivas deben estar alertas de cuál es su (nuestra) posición en los sistemas de poder del arte contemporáneo, y cómo nuestras decisiones tienen efectos en tanto pueden interrumpir las lógicas de exclusión o simplemente perpetuarlas. En ese sentido, el mercado puede permitir ofrecer alternativas críticas para insinuar esos otros relatos, y en eso mucho depende sobre lo que los curadores decidan poner énfasis. La curaduría exige tomar decisiones, señalar públicamente qué ver y cómo verlo, y eso significa que debemos hacernos responsables de esas decisiones a fin de traducirlos en enunciados sobre lo que consideramos urgente de sentir y pensar hoy.

Jaime Vilaseca
Director de Portas Vilaseca, Brasil
http://www.portasvilaseca.com.br/

Terremoto: ¿Qué los motivó a participar en Feria Odeón? ¿Qué potencial encuentran en el modelo de feria de arte que proponen en relación a los retos que se enfrenta el mercado del arte latinoaméricano y el mercado local/nacional en el que se encuentra su galería?

Jaime Vilaseca: Yo vine a Bogotá en el 2014 para conocer el circuito de arte y me sentí identificado con la Feria Odeón por su tamaño y su propuesta de mostrar el trabajo artístico alrededor de galerías emergentes latinoamericanas. He participado en Odeón tres años seguidos, este siendo el tercero. Al participar en una feria en Bogotá, me interesaba principalmente insertarme dentro de un circuito extranjero e internacionalizar a los artistas que represento. Estando en Bogotá pude contactarme con otros espacios aparte de Odeón. En el 2016 además de estar en la feria, hice un proyecto paralelo con la obra de Daniel Murgel en el espacio El Dorado, así mismo, Lin Lima hizo una residencia en Flora ars natura.

Por ser una feria pequeña, Odeón permite que podamos conversar mejor con los coleccionistas interesados. El lugar donde se realiza también es muy atractivo. Yo diría que Odeon tiene un encanto parecido a LISTE (feria paralela a Basel). En los tres años que he participado encontré lo que busco en una feria internacional: curadores, coleccionistas nacionales e internacionales, artistas y muchos contactos con otros galeristas e instituciones.

T: ¿Nos podrían hablar sobre los artistas que han traído a Feria Odeón y la relación que encuentran entre su obra y el contexto de Bogotá?

JV: Este año traje un solo-project de Carolina Martínez, una serie de obras basadas en una investigación de seis meses sobre el barrio La Candelaria en Bogotá. En su proceso, Carolina busca espacios arquitectónicos y superficies urbanas, y en su obra , direcciona la mirada del espectador hacia espacios vacíos, revelando dimensiones invisibles como el lapso del tiempo. Carolina trabaja con conceptos de arquitectura, espacios vacíos y perspectivas inusitadas. Ella ha desarrollado una serie de obras donde de manera poética, intenta identificar los vacíos y las áreas no edificadas del barrio de la Candelaria creando piezas inéditas basándose en la capital colombiana y su urbanización.

Karen Huber
Directora de Galería Karen Huber, Ciudad de México
http://karen-huber.com/

Terremoto: ¿Qué los motivó a participar en Feria Odeón? ¿Qué potencial encuentran en el modelo de feria de arte que proponen en relación a los retos que se enfrenta el mercado del arte latinoamericano y el mercado local/nacional en el que se encuentra su galería?

Karen Huber: Es el tercer año que estamos en Feria Odeón. Desde un inicio nos motivó el hecho de que sea una feria con un formato distinto: por el propio edificio que es la sede, por el layout y el número de galerías, característica que da oportunidad de destacar y darte a conocer. Así mismo, año con año crecen nuestras raíces en Colombia, por lo que hemos estado creando un grupo de coleccionistas.

El potencial de la feria es que está dedicada específicamente a galerías latinoamericanas, siendo nosotros la única de México. En esta ocasión son 9 galerías y un par de exposiciones. Eso nos pone en un lugar donde la propuesta y los artistas pueden darse a conocer de manera más fácil que en una feria mucho más grande, donde incluso a veces se vuelve muy difícil captar los nombres de los artistas. Este modelo pequeño en este momento es lo ideal. Sin embargo, no sabemos si en nuestro cuarto año en Colombia intentemos ArtBo. Sin duda nos gustaría estar alrededor de galerías más competitivas.

T: ¿Nos podrían hablar sobre los artistas que han traído a Feria Odeón y la relación que encuentran entre su obra y el contexto de Bogotá?

KH: En esta ocasión trajimos a cuatro artistas. Ana Segovia, pintora mexicana, cuya obra que trajimos específicamente busca hablar sobre la masculinidad a partir de los estereotipos y los escenarios alrededor de los mismos. Por ejemplo, el vaquero en un bar rascuacho y clandestino, espacios asociados a la masculinidad en Latinoamérica.

Luego tenemos a Luis Hampshire, artista de Oaxaca, quien hace dibujo y collage, razón por la que trajimos su obra, porque sabemos que en Colombia gustan mucho de técnicas mixtas. Además, hablando de identidad, Luis hace estudios sobre el mole mexicano, material que integra a sus pinturas para usarlo como metáfora sobre lo prehispánico. Y es justo eso lo que atrae a la gente en Colombia, quien identifica con su obra.

También hemos traído a Manuel Solano, un artista mexicano ya con visibilidad internacional. La obra de Manuel la hemos traído los últimos 3 años. Al darle continuidad a su exhibición en la feria, la gente lo identifica y lo recuerda por años anteriores. De Manuel, además de sus pinturas, trajimos la publicación We Can’t Make You Younger que hizo en colaboración con Benoit Loiseau y que incluye el prólogo de Chris Sharp. La intención de esta publicación es colocarla a donde vayamos para que su obra circule a través de las historias que la publicación contiene.

Por último tenemos a Andrés Felipe Castaño, artista colombiano que trajimos porque creemos que el mercado colombiano sigue siendo localista y con un enfoque bastante latinoamericano. Y pues bueno, Andrés ha exhibido en ArtBo y en el MAMBO; tiene buen curriculum razón por la que la gente lo conoce y lo reconoce, pues además, ha trabajado con buenas galerías en Bogotá.

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