- Carta editorial - Caribe Latinoamérica México
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15.10.2024
Carta editorial
Otoño-Invierno 2024
Hay conexiones que por más que nos empeñemos en encontrar, se muestran casi imperceptibles ante nuestras sensibilidades colonizadas. A veces es más que necesario recurrir a la auto-arqueología para poder acercarnos a los puntos que hacen posible la conexión entre sueños, lucha, salud mental y la praxis de hacer mundo.
Aquí, más que una certeza, nos interesa construir provocaciones, canales para el ensayo y la improvisación desde el campo de la imaginación implicada; actos de vandalismo a nuestras perspectivas capturadas y las sensibilidades calibradas desde un des-sentir de este mundo. ¿Es posible acompañarnos desde la conspiración de realidades implicadas desde otros planos fuera de la materialidad moderno-colonial que supone el mundo tal como lo conocemos? ¿Cuántas maneras tenemos para provocar el sueño sin esperar que éste aparezca por sí solo?
Desde el proyecto de existencia del movimiento Zapatista o la retícula de permanencia expandida del pueblo Palestino, pasando por la insistencia del pueblo Yanomami y las organizaciones comunitarias contra el despojo y el mal-vivir en suelos urbanizados. El terrorismo de estado promovido por las izquierdas extractivistas neoliberales y las derechas fortalecidas a través de los pactos que reordenan el campo de lo sensible y los afectos; el sueño como tecnología contra-colonial.
Distinguir entre sueño y deseo, permitirnos reconectar con la improductividad capitalística, volver al descanso y el cuidado de sí, sin apelar a narrativas individualistas de la competitividad o mediocridades esparcidas por la industria de la felicidad y sus fábricas del bienestar. Si el sueño tiene la capacidad de sostener la vida es porque tiene cavidad para las multitudes, cuyas inmensidades se desbordan entre los límites de las posibilidades que se contienen.
Ahí dónde los sueños nos permiten fabular hacía la demanda del presente, poniendo a disposición las potencias que nos ayuden a sostener la vida sin dejar el abandono de la misma de lado. Una suerte de ensoñación donde los cuchillos nos acompañan a veces haciendo de arma para el autocuidado, a veces ayudándonos a abrir los caminos y alimentarnos.
Convocamos a varixs artistas y escritorxs a conversar sobre las posibilidades de reconstruir memoria, a profundizar sobre los sueños y la revolución haitiana en curso, a conmemorar el duelo y sus potencias para llamar al ensayo de lo colectivo, a reimaginar las estéticas para fincar otros precedentes en el mundo en ruinas y compartir herramientas para la reimaginación y la praxis de la re-insistencias emergentes.
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