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Especulaciones ecológicas para la imaginación climática
Rastros de Diógenes
Brasil
2025.06.18
Tiempo de lectura: 11 minutos

Lo que te voy a compartir te lo cuento desde el territorio originario de los O’odham, con la piel llena de sal y olor a gobernadora. [2] Mis especulaciones surgen desde una parte del mundo cuyos recuerdos están vinculados a la coordenada 31º N y 114º O en la escala de memoria geológica —que condensa otras tantas memorias contra-cartográficas, como la de las tortugas que sembraron el saguaro o la de la hierba mansa que comparte su medicina. En esta encrucijada de memorias transfronterizas, entretejo confluencias que algunas veces se acercan y otras veces se alejan como una marea que está interconectada con nuestros modos distintos y comunes de sentir y vivir el paisaje; formas de habitar la Tierra y bailar en el espacio.

Hablo desde jewed.tlalli.yby.tierra: una entidad viva y tecnológica que danza en la oscuridad con el Sol y la Luna, sobre las figuras terranautas que se quedan para relatar un vínculo expandido con ella, en un breve prólogo para las zonas de imaginación climática.

Zona de imaginación climática

un gran campo de paneles solares anuncia otro tiempo. 
un tiempo de calor entre constelaciones,
en el que nos convertimos en una sola zona,
en el que la noche, que dura sólo unas horas,
permite ver la enorme red de satélites,
obsesión de los millonarios desde el 2000… 

Desde la invasión colonial, como en toda ficción geográfica generada en los espacios invadidos de esta parte del mundo, este territorio ha sufrido fuertes modificaciones; fronteras y planes de protección ambiental que se preocupan por continuar una memoria en diálogo con un plan moderno demarcador de violencias, como principio de vinculación con la Tierra, sin tener en cuenta que es un territorio lleno de signos sagrados, sin los cuales no habría memoria ni territorio. 

(...) si a lxs gobernantes que esquilman por una moneda
en quiebra les queda el calor, es con ese calor
con el que siguen generando sus privilegios. 

La zona de imaginación climática es un área aún habitable que queda en una tierra que fue explotada hasta el último recurso.

Está organizada en tres áreas de convivencia: cultivos, código y reencantamiento. Cada una está coordinada por una figura que se encarga de su vitalidad y su funcionamiento. Las personas que habitan esta zona llevan consigo simbologías que responden a una no-binariedad, poseídas por un flujo antipatriarcal y trans-futurista en su ascendencia terrosa. Son entes del cosmos que piensan en circularidad, todas trabajan el clima con las tecnologías ancestrales.

Notas de la mensajera

La mensajera actúa en lo visible, con la traducción, transmisión y continuidad del clima.

Como la figura de un griô [3] que adapta las historias de la Tierra al contexto actual, archivando, denunciando, haciendo un reciclaje de la memoria residual arriba, abajo, al centro y adentro. En este sentido, hace una arqueología de los residuos producidos desde la Tierra para el espacio, como satélites fuera de servicio. Sus fragmentos, herramientas e instrumentos perdidos, así como los puntos de desecho alrededor de la zona para reciclar la memoria mineral. Reconoce los puntos no contaminados para que la entidad pueda observar las estrellas y las áreas de cultivo de la agricultora.

El clima hoy:
Punto 1 – máx. 62 ºC 12 hr. – tiempo linear, área sin sombra
Punto 2 – máx. 32 ºC 12 hr. – tiempo de los árboles, a la sombra

Recetas de la agricultora

Esta figura está inspirada en personas que desarrollan métodos para plantar sombra en el desierto frente a temperaturas extremas. Las personas que habitan alrededor de las salinas cultivan especies autóctonas que se relacionan con su memoria y paisaje en un clima cálido, un suelo en formación, compuesto de arena, sal y fosilización marina. Guardianxs de la memoria vegetal; la agricultora se relaciona con el derecho a la tierra, con los conflictos fundacionales, así como con las disputas por la vida. Ella siembra milpas en el área de cultivo anunciadas por la mensajera, replanteando su memoria alimentaria y medicinal. En algún momento, la memoria del maíz empezó a distanciarse del glifosato para volver al suelo.

  • Receta para recolectar el sereno de la madrugada: Atar una red de hilos entre un tronco y otro, al anochecer. Dejar el agua llegar, cosechar la red en los primeros rayos del sol.
  • Receta para nutrir la tierra: Reunir lo que queda crudo para volver a ella.
  • Receta para una siembra radical: Recoger semillas, arcilla y tierra, mezclar con las manos y formar una escultura. Después de secar, colocar en una zona vacía y dejar hasta que el todo brote y despierte.

Rituales de la curandera

Salir de la Tierra implica un matricidio, como dice Malcom Ferdinand en su libro Uma ecologia decolonial. Entonces, desde la Tierra: ¿cómo reencantar el espacio frente a la contaminación lumínica y los desechos espaciales, cuya cantidad nos hace confundir los escombros con estrellas? ¿Cómo podemos reencantar el espacio desde nuestras condiciones? La entidad actúa como sanadora, elaborando medicamentos para el cuerpo terranauta a partir de lo que produce la agricultora, conectada profundamente con plantas relacionadas con la cura a través de los baños, antídoto contra el veneno colonial.

Notas para reencantar el espacio

  1. Observar la trayectoria del Sol desde su eje para elegir los puntos cardinales.

  2. Observar las fases de la Luna para recolectar hierbas medicinales.

  3. Apagar las luces del continente para encontrar respuestas estacionales en las estrellas.

  4. En la luna negra, convertirse en materia oscura en expansión.

  5. Volver a ser tierra.

——

[1] Sobre el título: el término ecologías se acuñó en 1866, año en que el sistema de esclavitud seguía vigente y las cosmopercepciones de América Latina en explotación, desde su botánica medicinal y alimentaria hasta sus minerales y otras tecnologías del paisaje. En este sentido, ¿cómo podemos pensar las ecologías considerando los sistemas implementados desde la colonización de estos territorios? ¿De qué tipo de ecología estamos hablando?

[2] La gobernadora o arbusto de la creosota (Larrea tridentata) es una especie de planta muy común en los desiertos de Norteamérica. Se le conoce así debido a su habilidad para inhibir el desarrollo de otras plantas a su alrededor y obtener de ese modo más agua. También se le conoce como hediondilla debido a su olor. 

[3] En Brasil, se trata de una persona que dentro de una comunidad, ya sea religiosa o cultural, detenta la memoria y se encarga de la transmisión de sus tradiciones. 

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Lo que te voy a compartir te lo cuento desde el territorio originario de los O’odham, con la piel llena de sal y olor a gobernadora. [2] Mis especulaciones surgen desde una parte del mundo cuyos recuerdos están vinculados a la coordenada 31º N y 114º O en la escala de memoria geológica —que condensa otras tantas memorias contra-cartográficas, como la de las tortugas que sembraron el saguaro o la de la hierba mansa que comparte su medicina. En esta encrucijada de memorias transfronterizas, entretejo confluencias que algunas veces se acercan y otras veces se alejan como una marea que está interconectada con nuestros modos distintos y comunes de sentir y vivir el paisaje; formas de habitar la Tierra y bailar en el espacio.

Hablo desde jewed.tlalli.yby.tierra: una entidad viva y tecnológica que danza en la oscuridad con el Sol y la Luna, sobre las figuras terranautas que se quedan para relatar un vínculo expandido con ella, en un breve prólogo para las zonas de imaginación climática.

Zona de imaginación climática

un gran campo de paneles solares anuncia otro tiempo. 
un tiempo de calor entre constelaciones,
en el que nos convertimos en una sola zona,
en el que la noche, que dura sólo unas horas,
permite ver la enorme red de satélites,
obsesión de los millonarios desde el 2000… 

Desde la invasión colonial, como en toda ficción geográfica generada en los espacios invadidos de esta parte del mundo, este territorio ha sufrido fuertes modificaciones; fronteras y planes de protección ambiental que se preocupan por continuar una memoria en diálogo con un plan moderno demarcador de violencias, como principio de vinculación con la Tierra, sin tener en cuenta que es un territorio lleno de signos sagrados, sin los cuales no habría memoria ni territorio. 

(...) si a lxs gobernantes que esquilman por una moneda
en quiebra les queda el calor, es con ese calor
con el que siguen generando sus privilegios. 

La zona de imaginación climática es un área aún habitable que queda en una tierra que fue explotada hasta el último recurso.

Está organizada en tres áreas de convivencia: cultivos, código y reencantamiento. Cada una está coordinada por una figura que se encarga de su vitalidad y su funcionamiento. Las personas que habitan esta zona llevan consigo simbologías que responden a una no-binariedad, poseídas por un flujo antipatriarcal y trans-futurista en su ascendencia terrosa. Son entes del cosmos que piensan en circularidad, todas trabajan el clima con las tecnologías ancestrales.

Notas de la mensajera

La mensajera actúa en lo visible, con la traducción, transmisión y continuidad del clima.

Como la figura de un griô [3] que adapta las historias de la Tierra al contexto actual, archivando, denunciando, haciendo un reciclaje de la memoria residual arriba, abajo, al centro y adentro. En este sentido, hace una arqueología de los residuos producidos desde la Tierra para el espacio, como satélites fuera de servicio. Sus fragmentos, herramientas e instrumentos perdidos, así como los puntos de desecho alrededor de la zona para reciclar la memoria mineral. Reconoce los puntos no contaminados para que la entidad pueda observar las estrellas y las áreas de cultivo de la agricultora.

El clima hoy:
Punto 1 – máx. 62 ºC 12 hr. – tiempo linear, área sin sombra
Punto 2 – máx. 32 ºC 12 hr. – tiempo de los árboles, a la sombra

Recetas de la agricultora

Esta figura está inspirada en personas que desarrollan métodos para plantar sombra en el desierto frente a temperaturas extremas. Las personas que habitan alrededor de las salinas cultivan especies autóctonas que se relacionan con su memoria y paisaje en un clima cálido, un suelo en formación, compuesto de arena, sal y fosilización marina. Guardianxs de la memoria vegetal; la agricultora se relaciona con el derecho a la tierra, con los conflictos fundacionales, así como con las disputas por la vida. Ella siembra milpas en el área de cultivo anunciadas por la mensajera, replanteando su memoria alimentaria y medicinal. En algún momento, la memoria del maíz empezó a distanciarse del glifosato para volver al suelo.

  • Receta para recolectar el sereno de la madrugada: Atar una red de hilos entre un tronco y otro, al anochecer. Dejar el agua llegar, cosechar la red en los primeros rayos del sol.
  • Receta para nutrir la tierra: Reunir lo que queda crudo para volver a ella.
  • Receta para una siembra radical: Recoger semillas, arcilla y tierra, mezclar con las manos y formar una escultura. Después de secar, colocar en una zona vacía y dejar hasta que el todo brote y despierte.

Rituales de la curandera

Salir de la Tierra implica un matricidio, como dice Malcom Ferdinand en su libro Uma ecologia decolonial. Entonces, desde la Tierra: ¿cómo reencantar el espacio frente a la contaminación lumínica y los desechos espaciales, cuya cantidad nos hace confundir los escombros con estrellas? ¿Cómo podemos reencantar el espacio desde nuestras condiciones? La entidad actúa como sanadora, elaborando medicamentos para el cuerpo terranauta a partir de lo que produce la agricultora, conectada profundamente con plantas relacionadas con la cura a través de los baños, antídoto contra el veneno colonial.

Notas para reencantar el espacio

  1. Observar la trayectoria del Sol desde su eje para elegir los puntos cardinales.

  2. Observar las fases de la Luna para recolectar hierbas medicinales.

  3. Apagar las luces del continente para encontrar respuestas estacionales en las estrellas.

  4. En la luna negra, convertirse en materia oscura en expansión.

  5. Volver a ser tierra.

——

[1] Sobre el título: el término ecologías se acuñó en 1866, año en que el sistema de esclavitud seguía vigente y las cosmopercepciones de América Latina en explotación, desde su botánica medicinal y alimentaria hasta sus minerales y otras tecnologías del paisaje. En este sentido, ¿cómo podemos pensar las ecologías considerando los sistemas implementados desde la colonización de estos territorios? ¿De qué tipo de ecología estamos hablando?

[2] La gobernadora o arbusto de la creosota (Larrea tridentata) es una especie de planta muy común en los desiertos de Norteamérica. Se le conoce así debido a su habilidad para inhibir el desarrollo de otras plantas a su alrededor y obtener de ese modo más agua. También se le conoce como hediondilla debido a su olor. 

[3] En Brasil, se trata de una persona que dentro de una comunidad, ya sea religiosa o cultural, detenta la memoria y se encarga de la transmisión de sus tradiciones.