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Manifiesto cósmico
Mario Novello
Brasil
2025.06.11
Tiempo de lectura: 25 minutos

Nunca, jamás llegar a un acuerdo de paz a través del dogma.

—G. W. Friedrich Hegel

Introducción

 

Sólo cuando colocamos la cosmología al frente de nuestras intenciones de dialogar con la naturaleza y aceptamos el efecto desestabilizador del pensamiento tradicional de la física, eliminando así la niebla que envuelve el discurso formal de la ciencia fijado por las prácticas que configuraron la sociedad, es posible ver con claridad las consecuencias de aceptar que la verdadera ciencia fundamental es histórica. Comprender el alcance revolucionario de esa historicidad es lo que trataremos aquí.

 

I. El universo solidario

 

  1. Hasta hace poco, la microfísica y, de modo más amplio, la física terrestre eran pensadas fuera del contexto cósmico. Parecían no necesitar una explicación ulterior, eran tratadas como sistemas autorreferentes, sin admitir ninguna forma de análisis extrínseco para constituir una razón autoconsistente. Sin embargo, en las últimas décadas, la cosmología ha invadido abruptamente este dominio tranquilo del pensamiento positivista dominante y ha destruido la paz racional de aquellxs que creen que los hombres de la Tierra tienen un papel especial en el universo.

 

  1. Esta interferencia cósmica sobre la física local no debe entenderse como la sustitución de una razón absoluta por otra razón absoluta. No se trata de cambiar el absolutismo asociado al carácter universal de la física local por el absolutismo de una física global. La cuestión es un poco más compleja. El matemático Albert Lautman hace una bella síntesis de lo que está en juego en su libro Essai sur les notions de structure et d'existence en mathématiques [Ensayo sobre las nociones de estructura y existencia en matemáticas]. Al examinar la dicotomía local-global, propone una alternativa extremadamente interesante, con consecuencias tentaculares, refiriéndose a la posibilidad de producir una síntesis orgánica entre diferentes teorías matemáticas que tratan de las conexiones local-global y que eligen el predominio de una sobre la otra. Lautman argumenta que es necesario establecer una conexión poderosa entre la estructura del todo y las propiedades de las partes, de modo que se manifieste de manera clara y precisa en esas partes la influencia organizadora del todo al que pertenecen. Este punto de vista, que parece adoptar ideas y programas tomados tanto de la biología como de la sociología, puede aparecer en la matemática como un procedimiento de síntesis. Para ello, debe abandonarse el principio de Russell-Whitehead de reducir la matemática a estructuras lógicas atomísticas, así como la visión de Wittgenstein y Carnap, según la cual las matemáticas no son más que un lenguaje indiferente al contenido que expresan. De modo semejante a lo que ocurrió en la cosmología relativista en la última década, con el abandono de la axiomatización Penrose-Hawking, que fue estructurada para dar apoyo a la identificación de la existencia de un momento único de creación del universo, separado de nosotrxs por un tiempo finito.

 

  1. Surge entonces la pregunta: ¿cómo cambian las leyes? La estabilidad de las leyes de la física observadas en laboratorios terrestres se debe al hecho de que su dependencia temporal involucra tiempos cósmicos. Esto significa que sólo observando el universo a gran escala podemos observar este proceso de modificación. Ejemplos importantes para detectar esta evolución serían el análisis de la nucleosíntesis, que determina la abundancia de los elementos químicos en el universo, así como el examen de los procesos que dieron origen al exceso de materia sobre antimateria, fenómenos excepcionales que ocurrieron en una etapa extremadamente densa del universo, en los inicios de la actual fase de expansión.

 

II. Apariencias

 

  1. La cuestión inicial involucra el estatus del principio reduccionista, tan importante para lxs físicxs. Este principio, que a lo largo del siglo XX tuvo un éxito extraordinario, sostiene que cualquier proceso en la naturaleza, cualquier sistema, independientemente del grado de su complejidad, puede explicarse a partir de la reducción a sus elementos fundamentales  —por ejemplo, aquellos descritos por la física microscópica. Aplicado este principio al universo, se concluyó, de modo simplista, que no podría haber ningún efecto nuevo capaz de modificar las leyes de la física a partir del análisis global del universo. Este principio, llamado "del microcosmos al macrocosmos", fue usado como una guía para el tratamiento de las cuestiones cósmicas.

 

  1. La tabla de Mendeléyev trajo notables avances en la comprensión de propiedades comunes a diferentes sustancias. Sin la noción de átomos, de elementos fundamentales a todos los cuerpos, tendríamos gran dificultad en dar sentido y comprensión a un gran número de procesos con los que nos enfrentamos en la vida cotidiana. Sin embargo, fue llevado a un extremo en el que pasó de ser más que un instrumento útil de análisis de la realidad, sino, al contrario, un concepto inhibidor del pensamiento. Se pasó de las moléculas a los átomos, y de estos a los componentes más elementales, protones y electrones. Y, continuando este procedimiento, a los quarks y posiblemente otros constituyentes fundamentales. El reduccionismo a componentes elementales fue entendido no como una tentativa de comprensión basada en observaciones, sino como una práctica de pensamiento que debería desempeñar el papel de una superley, a la cual toda y cualquier propuesta científica debería someterse: como si fuera una verdad exenta de mayores críticas.



III. Prácticas

 

  1. Podemos aprender de la historia de las ideas las enormes dificultades que inevitablemente enfrenta el programa de autocrítica de la ciencia que estamos describiendo.

 

  1. Esta propuesta descalifica la idea de que el conocimiento científico se identifique como una búsqueda del descubrimiento de la piedra de Rosetta de los procesos físicos ––un traductor automático de las leyes de la naturaleza y sus representaciones––, ilusión que sustenta ideológicamente muchos procedimientos científicos. Curiosamente, la eficacia de estos procedimientos es independiente de esta ideología.

 

  1. Entramos entonces en el territorio de la cosmología. Pero, como hemos visto anteriormente, no podemos contentarnos con la extensión automática de la física a los confines de las galaxias, sin emprender el camino recorrido por el universo para que nosotrxs podamos estar allí. El hombre no puede dejar de considerar su punto de vista como sumamente relevante, produciendo su historia. Al mismo tiempo, hay que considerar su presencia en el cosmos como accidental, no como esencial, de lo contrario daría paso a una especie de proceso de "auto-adulación", una extensión del concepto individual introducido por Flavia Bruno.

 

IV. Antecedentes

 

  1. Una ciencia como la cosmología no llega a la escena social como el establecimiento de un orden político, sino como conocimiento. Es desde este territorio desde donde se envían mensajes interpretados como órdenes, y de donde se extraerán consecuencias para actuar sobre el orden social. De la mano de otros conocimientos científicos, ofrece, gratuitamente, verdades.

 

  1. Siendo nosotrxs mismxs científicxs, la primera pregunta que debemos aclarar es la siguiente: ¿debemos considerar este movimiento como una autocrítica o podemos permitir que otrxs, no científicxs, juzguen nuestro funcionamiento? ¿Podemos permitir que penetren en nuestro territorio críticas que no han sido establecidas en nuestro campo de acción? ¿Quizás ni siquiera aceptan nuestra forma de elegir lo que es importante y merece ser objeto de nuestro diálogo? ¿O deberíamos aceptar únicamente las disensiones internas, que a menudo son vistas por quienes están en el otro lado, por quienes creen en la ciencia y no la cuestionan (tal vez porque se sienten incompetentes para hacerlo) como la terquedad de quienes (todavía) no poseen el “verdadero conocimiento”? ¿Cómo mostrar críticas internas que tienden a disminuir el poder acumulado a lo largo de los siglos por la actividad científica?



  1. No podemos aceptar la reducción impuesta por la sociedad de físicxs a caracterizar la cosmología como nada más que una física extragaláctica (con posibles cambios, convencionales o no), es decir, la aplicación de leyes de la física construidas en laboratorios terrestres y en su vecindad, el universo. En consecuencia, atribuir a quienes pretenden asociar el análisis del universo más allá de la simple aplicación formal de las leyes de la física una orientación externa, más allá de la ciencia, a la metafísica, como si esto sirviera de acusación descalificante. De hecho, este procedimiento tiene la función de disfrazar lo que en los años fundacionales, en la década de 1920, se entendía como la cuestión cosmológica, queriendo enfatizar con este término el aspecto problemático de la aplicación de la física al universo.

 

V. Declaración

 

La autocrítica que iniciamos con este manifiesto pone de relieve un cierto malestar que afecta a la forma científica de pensar lo que existe.

 

La ciencia, sin perder su íntima conexión con la filosofía, debe servir para liberar al hombre de la sumisión a un único proyecto de pensar el mundo. Lamentablemente, esto no sucede debido al papel que hoy se atribuye a la actividad científica y su subordinación a la técnica en la construcción del mundo.

 

La ilusión de la configuración pétrea de las leyes físicas terrestres, la hipótesis de su aplicación ilimitada al cosmos, su íntima y completa dependencia del antropomorfismo que las domina, producen poderosas fuerzas que impiden la construcción de esta libertad en la práctica.

 

Sin embargo, la actividad científica, tal como la identificamos en este texto, puede rellenar esta función liberadora. Después de todo, andamos por el mismo camino, junto con filósofxs y otrxs pensadorxs, ni siquiera deberíamos pensar que elegimos discursos diferentes para describir comentarios sobre el mundo.

 

VI. Proceso e historicidad

 

  • Todo el volumen espacial del universo varía con el tiempo cósmico. Hay una dinámica que lleva los orígenes del cosmos a un tiempo lejano, posiblemente en el pasado infinito. Entendemos esto como un proceso, con diferentes actores dominando la escena cósmica en diferentes periodos de condensación.

 

  • La dependencia cósmica de estas interacciones elementales —por ejemplo, los procesos de desintegración de la materia gestionados por la interacción de Fermi— provoca un cambio en esta interpretación. Hacer que este proceso dependa del tiempo cósmico es introducir, aunque sea de forma limitada, la historia en el proceso de su análisis. Es aceptar que el universo debe entenderse a partir de la evolución de sus leyes físicas.

 

  • Este proceso de historicidad es leve, es decir, permite una descripción en términos formales simples, asociados a formalismos conocidos y que pueden entenderse a partir de configuraciones observadas en laboratorios terrestres.

 

  • Un ejemplo de historicidad dura aparece cuando entendemos que los fenómenos a describir, asociados a la evolución de la estructura métrica del espacio-tiempo, presentan bifurcaciones.

 

  • El origen formal para esto se encuentra en el carácter no lineal de las ecuaciones de la interacción gravitacional que describen estos procesos.

 

  • Dicho de otro modo: no es necesario salir del análisis del universo físico para entender su origen, pues un proceso no lineal no requiere una fuente externa que le dé origen.

 

  • Es a partir de estas consideraciones, de estos análisis de la evolución del universo y de sus leyes básicas, que desarrollamos la autocrítica aquí iniciada.

 

VII. Las preguntas

 

Se trataba, al principio, de verbalizar lo que puede y no puede decirse a partir del discurso científico, enumerar cuestiones que parecen fantasiosas o que son entendidas como asociadas a procesos irrealizables, es decir, utopías controladas. Ideas que, aunque pertenezcan a un sistema formal correcto, derivado de una teoría vigente, son abandonadas por su apariencia fantasiosa, extraña, entendidas incluso como incoherentes debido a una lectura antropocéntrica basada en la identificación completa de la naturaleza física con la naturaleza humana, ignorando los diversos niveles de complejidad y de organización que constituyen obstáculos reales para ello. El origen de las dificultades de esta identificación, así como la imposibilidad de tratar todos los procesos desde la microfísica hasta el universo, a partir de la utilización del dialecto newtoniano, el modo de describir la realidad mediante el lenguaje de la física clásica, generado en los tiempos de Newton y sus compañerxs, el lenguaje cotidiano, puede comprenderse al reconocer el error en su extrapolación que le atribuyó un carácter universal y absoluto. Aparecen entonces líneas de investigación que apuntan a cuestiones que no se resuelven dentro del escenario convencional y son entonces calificadas como utopías, asociadas —por ejemplo— a las siguientes afirmaciones.

 

VIII. Utopías controladas

Lo que no puede decirse:

 

  1. Es posible que haya habido (el uso temporal aquí es indebido) otros mundos;

 

  1. Es posible que el universo esté aún en formación o sea inacabado;

 

  1. Las leyes de la física no son inmutables. La dependencia cósmica de las interacciones exige una nueva forma de entender la evolución del universo;

 

  1. Estas variaciones permiten mapear diferentes dominios espacio-temporales del cosmos;

 

  1. Limitar nuestras consideraciones sobre el universo a regiones causales constituye una limitación formal que, fuera de un dogmatismo absolutista, ningunx científicx puede justificar, como en las estructuras acausales de Gödel;

 

  1. Comentarios sobre los orígenes en pasado infinito del universo;

 

  1. Análisis de bifurcaciones en el cosmos y las consecuentes alteraciones en la causación a lo largo de la evolución del universo, generando su historicidad;

 

  1. El vacío cósmico y los agujeros blancos inyectando materia nueva en el universo;

 

  1. El cosmos como un proceso abierto, territorio de encuentro de las diversas formas creadas para reflejar, entender, producir la realidad.

____________________________________

*Este es un extracto de la traducción libre del libro Manifesto Cósmico editado por N - 1 en la ciudad de Sao Paulo en el año 2022

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Nunca, jamás llegar a un acuerdo de paz a través del dogma.

—G. W. Friedrich Hegel

Introducción

 

Sólo cuando colocamos la cosmología al frente de nuestras intenciones de dialogar con la naturaleza y aceptamos el efecto desestabilizador del pensamiento tradicional de la física, eliminando así la niebla que envuelve el discurso formal de la ciencia fijado por las prácticas que configuraron la sociedad, es posible ver con claridad las consecuencias de aceptar que la verdadera ciencia fundamental es histórica. Comprender el alcance revolucionario de esa historicidad es lo que trataremos aquí.

 

I. El universo solidario

 

  1. Hasta hace poco, la microfísica y, de modo más amplio, la física terrestre eran pensadas fuera del contexto cósmico. Parecían no necesitar una explicación ulterior, eran tratadas como sistemas autorreferentes, sin admitir ninguna forma de análisis extrínseco para constituir una razón autoconsistente. Sin embargo, en las últimas décadas, la cosmología ha invadido abruptamente este dominio tranquilo del pensamiento positivista dominante y ha destruido la paz racional de aquellxs que creen que los hombres de la Tierra tienen un papel especial en el universo.

 

  1. Esta interferencia cósmica sobre la física local no debe entenderse como la sustitución de una razón absoluta por otra razón absoluta. No se trata de cambiar el absolutismo asociado al carácter universal de la física local por el absolutismo de una física global. La cuestión es un poco más compleja. El matemático Albert Lautman hace una bella síntesis de lo que está en juego en su libro Essai sur les notions de structure et d'existence en mathématiques [Ensayo sobre las nociones de estructura y existencia en matemáticas]. Al examinar la dicotomía local-global, propone una alternativa extremadamente interesante, con consecuencias tentaculares, refiriéndose a la posibilidad de producir una síntesis orgánica entre diferentes teorías matemáticas que tratan de las conexiones local-global y que eligen el predominio de una sobre la otra. Lautman argumenta que es necesario establecer una conexión poderosa entre la estructura del todo y las propiedades de las partes, de modo que se manifieste de manera clara y precisa en esas partes la influencia organizadora del todo al que pertenecen. Este punto de vista, que parece adoptar ideas y programas tomados tanto de la biología como de la sociología, puede aparecer en la matemática como un procedimiento de síntesis. Para ello, debe abandonarse el principio de Russell-Whitehead de reducir la matemática a estructuras lógicas atomísticas, así como la visión de Wittgenstein y Carnap, según la cual las matemáticas no son más que un lenguaje indiferente al contenido que expresan. De modo semejante a lo que ocurrió en la cosmología relativista en la última década, con el abandono de la axiomatización Penrose-Hawking, que fue estructurada para dar apoyo a la identificación de la existencia de un momento único de creación del universo, separado de nosotrxs por un tiempo finito.

 

  1. Surge entonces la pregunta: ¿cómo cambian las leyes? La estabilidad de las leyes de la física observadas en laboratorios terrestres se debe al hecho de que su dependencia temporal involucra tiempos cósmicos. Esto significa que sólo observando el universo a gran escala podemos observar este proceso de modificación. Ejemplos importantes para detectar esta evolución serían el análisis de la nucleosíntesis, que determina la abundancia de los elementos químicos en el universo, así como el examen de los procesos que dieron origen al exceso de materia sobre antimateria, fenómenos excepcionales que ocurrieron en una etapa extremadamente densa del universo, en los inicios de la actual fase de expansión.

 

II. Apariencias

 

  1. La cuestión inicial involucra el estatus del principio reduccionista, tan importante para lxs físicxs. Este principio, que a lo largo del siglo XX tuvo un éxito extraordinario, sostiene que cualquier proceso en la naturaleza, cualquier sistema, independientemente del grado de su complejidad, puede explicarse a partir de la reducción a sus elementos fundamentales  —por ejemplo, aquellos descritos por la física microscópica. Aplicado este principio al universo, se concluyó, de modo simplista, que no podría haber ningún efecto nuevo capaz de modificar las leyes de la física a partir del análisis global del universo. Este principio, llamado "del microcosmos al macrocosmos", fue usado como una guía para el tratamiento de las cuestiones cósmicas.

 

  1. La tabla de Mendeléyev trajo notables avances en la comprensión de propiedades comunes a diferentes sustancias. Sin la noción de átomos, de elementos fundamentales a todos los cuerpos, tendríamos gran dificultad en dar sentido y comprensión a un gran número de procesos con los que nos enfrentamos en la vida cotidiana. Sin embargo, fue llevado a un extremo en el que pasó de ser más que un instrumento útil de análisis de la realidad, sino, al contrario, un concepto inhibidor del pensamiento. Se pasó de las moléculas a los átomos, y de estos a los componentes más elementales, protones y electrones. Y, continuando este procedimiento, a los quarks y posiblemente otros constituyentes fundamentales. El reduccionismo a componentes elementales fue entendido no como una tentativa de comprensión basada en observaciones, sino como una práctica de pensamiento que debería desempeñar el papel de una superley, a la cual toda y cualquier propuesta científica debería someterse: como si fuera una verdad exenta de mayores críticas.



III. Prácticas

 

  1. Podemos aprender de la historia de las ideas las enormes dificultades que inevitablemente enfrenta el programa de autocrítica de la ciencia que estamos describiendo.

 

  1. Esta propuesta descalifica la idea de que el conocimiento científico se identifique como una búsqueda del descubrimiento de la piedra de Rosetta de los procesos físicos ––un traductor automático de las leyes de la naturaleza y sus representaciones––, ilusión que sustenta ideológicamente muchos procedimientos científicos. Curiosamente, la eficacia de estos procedimientos es independiente de esta ideología.

 

  1. Entramos entonces en el territorio de la cosmología. Pero, como hemos visto anteriormente, no podemos contentarnos con la extensión automática de la física a los confines de las galaxias, sin emprender el camino recorrido por el universo para que nosotrxs podamos estar allí. El hombre no puede dejar de considerar su punto de vista como sumamente relevante, produciendo su historia. Al mismo tiempo, hay que considerar su presencia en el cosmos como accidental, no como esencial, de lo contrario daría paso a una especie de proceso de "auto-adulación", una extensión del concepto individual introducido por Flavia Bruno.

 

IV. Antecedentes

 

  1. Una ciencia como la cosmología no llega a la escena social como el establecimiento de un orden político, sino como conocimiento. Es desde este territorio desde donde se envían mensajes interpretados como órdenes, y de donde se extraerán consecuencias para actuar sobre el orden social. De la mano de otros conocimientos científicos, ofrece, gratuitamente, verdades.

 

  1. Siendo nosotrxs mismxs científicxs, la primera pregunta que debemos aclarar es la siguiente: ¿debemos considerar este movimiento como una autocrítica o podemos permitir que otrxs, no científicxs, juzguen nuestro funcionamiento? ¿Podemos permitir que penetren en nuestro territorio críticas que no han sido establecidas en nuestro campo de acción? ¿Quizás ni siquiera aceptan nuestra forma de elegir lo que es importante y merece ser objeto de nuestro diálogo? ¿O deberíamos aceptar únicamente las disensiones internas, que a menudo son vistas por quienes están en el otro lado, por quienes creen en la ciencia y no la cuestionan (tal vez porque se sienten incompetentes para hacerlo) como la terquedad de quienes (todavía) no poseen el “verdadero conocimiento”? ¿Cómo mostrar críticas internas que tienden a disminuir el poder acumulado a lo largo de los siglos por la actividad científica?



  1. No podemos aceptar la reducción impuesta por la sociedad de físicxs a caracterizar la cosmología como nada más que una física extragaláctica (con posibles cambios, convencionales o no), es decir, la aplicación de leyes de la física construidas en laboratorios terrestres y en su vecindad, el universo. En consecuencia, atribuir a quienes pretenden asociar el análisis del universo más allá de la simple aplicación formal de las leyes de la física una orientación externa, más allá de la ciencia, a la metafísica, como si esto sirviera de acusación descalificante. De hecho, este procedimiento tiene la función de disfrazar lo que en los años fundacionales, en la década de 1920, se entendía como la cuestión cosmológica, queriendo enfatizar con este término el aspecto problemático de la aplicación de la física al universo.

 

V. Declaración

 

La autocrítica que iniciamos con este manifiesto pone de relieve un cierto malestar que afecta a la forma científica de pensar lo que existe.

 

La ciencia, sin perder su íntima conexión con la filosofía, debe servir para liberar al hombre de la sumisión a un único proyecto de pensar el mundo. Lamentablemente, esto no sucede debido al papel que hoy se atribuye a la actividad científica y su subordinación a la técnica en la construcción del mundo.

 

La ilusión de la configuración pétrea de las leyes físicas terrestres, la hipótesis de su aplicación ilimitada al cosmos, su íntima y completa dependencia del antropomorfismo que las domina, producen poderosas fuerzas que impiden la construcción de esta libertad en la práctica.

 

Sin embargo, la actividad científica, tal como la identificamos en este texto, puede rellenar esta función liberadora. Después de todo, andamos por el mismo camino, junto con filósofxs y otrxs pensadorxs, ni siquiera deberíamos pensar que elegimos discursos diferentes para describir comentarios sobre el mundo.

 

VI. Proceso e historicidad

 

  • Todo el volumen espacial del universo varía con el tiempo cósmico. Hay una dinámica que lleva los orígenes del cosmos a un tiempo lejano, posiblemente en el pasado infinito. Entendemos esto como un proceso, con diferentes actores dominando la escena cósmica en diferentes periodos de condensación.

 

  • La dependencia cósmica de estas interacciones elementales —por ejemplo, los procesos de desintegración de la materia gestionados por la interacción de Fermi— provoca un cambio en esta interpretación. Hacer que este proceso dependa del tiempo cósmico es introducir, aunque sea de forma limitada, la historia en el proceso de su análisis. Es aceptar que el universo debe entenderse a partir de la evolución de sus leyes físicas.

 

  • Este proceso de historicidad es leve, es decir, permite una descripción en términos formales simples, asociados a formalismos conocidos y que pueden entenderse a partir de configuraciones observadas en laboratorios terrestres.

 

  • Un ejemplo de historicidad dura aparece cuando entendemos que los fenómenos a describir, asociados a la evolución de la estructura métrica del espacio-tiempo, presentan bifurcaciones.

 

  • El origen formal para esto se encuentra en el carácter no lineal de las ecuaciones de la interacción gravitacional que describen estos procesos.

 

  • Dicho de otro modo: no es necesario salir del análisis del universo físico para entender su origen, pues un proceso no lineal no requiere una fuente externa que le dé origen.

 

  • Es a partir de estas consideraciones, de estos análisis de la evolución del universo y de sus leyes básicas, que desarrollamos la autocrítica aquí iniciada.

 

VII. Las preguntas

 

Se trataba, al principio, de verbalizar lo que puede y no puede decirse a partir del discurso científico, enumerar cuestiones que parecen fantasiosas o que son entendidas como asociadas a procesos irrealizables, es decir, utopías controladas. Ideas que, aunque pertenezcan a un sistema formal correcto, derivado de una teoría vigente, son abandonadas por su apariencia fantasiosa, extraña, entendidas incluso como incoherentes debido a una lectura antropocéntrica basada en la identificación completa de la naturaleza física con la naturaleza humana, ignorando los diversos niveles de complejidad y de organización que constituyen obstáculos reales para ello. El origen de las dificultades de esta identificación, así como la imposibilidad de tratar todos los procesos desde la microfísica hasta el universo, a partir de la utilización del dialecto newtoniano, el modo de describir la realidad mediante el lenguaje de la física clásica, generado en los tiempos de Newton y sus compañerxs, el lenguaje cotidiano, puede comprenderse al reconocer el error en su extrapolación que le atribuyó un carácter universal y absoluto. Aparecen entonces líneas de investigación que apuntan a cuestiones que no se resuelven dentro del escenario convencional y son entonces calificadas como utopías, asociadas —por ejemplo— a las siguientes afirmaciones.

 

VIII. Utopías controladas

Lo que no puede decirse:

 

  1. Es posible que haya habido (el uso temporal aquí es indebido) otros mundos;

 

  1. Es posible que el universo esté aún en formación o sea inacabado;

 

  1. Las leyes de la física no son inmutables. La dependencia cósmica de las interacciones exige una nueva forma de entender la evolución del universo;

 

  1. Estas variaciones permiten mapear diferentes dominios espacio-temporales del cosmos;

 

  1. Limitar nuestras consideraciones sobre el universo a regiones causales constituye una limitación formal que, fuera de un dogmatismo absolutista, ningunx científicx puede justificar, como en las estructuras acausales de Gödel;

 

  1. Comentarios sobre los orígenes en pasado infinito del universo;

 

  1. Análisis de bifurcaciones en el cosmos y las consecuentes alteraciones en la causación a lo largo de la evolución del universo, generando su historicidad;

 

  1. El vacío cósmico y los agujeros blancos inyectando materia nueva en el universo;

 

  1. El cosmos como un proceso abierto, territorio de encuentro de las diversas formas creadas para reflejar, entender, producir la realidad.

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*Este es un extracto de la traducción libre del libro Manifesto Cósmico editado por N - 1 en la ciudad de Sao Paulo en el año 2022