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16.01.2019

Nacido en casa

Museo Amparo, Puebla, México
24 de noviembre de 2018 – 4 de marzo de 2019

Esta exposición aborda la historia del Taller Mexicano de Gobelinos y sus cincuenta años de manufactura de tapices con la técnica Alto Liso en Jalisco, incluyendo microhistorias de diferentes artistas y sus obras textiles que dan testimonio de una ruta de hibridación entre el oficio, el arte y el diseño.

La técnica y manufactura de tapices de Alto Liso se origina en el continente europeo desde los años cuarenta, por el artista francés Jean Lurçat, quien revoluciona la técnica de una tradición ancestral: teje a partir de cartones numerados, utiliza una paleta de color reducida y el tejido que propone es de punto más ancho. Los tapices con técnica Alto Liso tienen características particulares: pueden reproducir a gran escala imágenes complejas con una paleta de color infinita; esto se debe a que los tintes se preparan manualmente y las hebras de distintos tonos pueden combinarse a voluntad. Además, sus materiales y monumentalidad les confieren cualidades líricas, acústicas y espaciales que inciden en la percepción del entorno y en el ámbito emocional.

Con esta técnica, Lurçat, que concebía sus tapices como poemas y se inspiraba, a su vez, en los grandes tapices medievales, le da una nueva vida a la tapicería y le abre la puerta a la modernidad haciendo de esta técnica una posibilidad más accesible para la expresión artística –acorde con las vanguardias de la época– con impacto en los costos y tiempos de producción de obra tanto monumental como portátil, con cualidades arquitectónicas, acústicas, ópticas y táctiles.

Los gobelinos toman su nombre de Jehan Gobelin, un tintorero de lana que tenía un taller en París y alcanzó gran fama durante el siglo XV gracias al tono de rojo que lograba, conocido como “Escarlata de los Gobelinos”.

Cuando la técnica de Alto Liso llega a nuestro país desarrolla sus propias modificaciones y crea un movimiento propio.

Erich Coufal y Fritz Riedl fundan en Guadalajara en 1968 el taller Gobelinos Mexicanos, donde empiezan a trabajar con los aprendices Rafael y Ángel Morquecho y Manuel Díaz. En esa época algunos maestros europeos vinieron a México a fundar la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. Entre estos arquitectos se encontraban Coufal, Bruno Cadore, Mathias Goeritz y Horst Hartung, algunos de los cuales, como Goeritz, experimentaron con los gobelinos Alto Liso.

Fritz Riedl termina la relación laboral con Erich Coufal y funda Gobelinos Riedl donde sigue trabajando con los hermanos Morquecho y Manuel Díaz. Durante esta etapa, llega a la ciudad el artista Theo Riedl por invitación de Fritz, para tejer un tapiz de “Hundertwasser”. Theo tenía un modo particular de tejer, su formación como tejedor provenía de las técnicas industriales y mecánicas aprendidas en la escuela politécnica, pero su interés como diseñador y artista le llevó a poner especial atención a las variaciones del color. Como director artístico de Gobelinos Riedl, Theo dejó su marca en los tejedores mexicanos que aprendieron de él.

Carlos Ashida conoce el taller de gobelinos gracias a su amistad con Erich Coufal hijo. Carlos queda fascinado con los tapices y, cuando se entera que los tejedores habían dejado de trabajar, se decide a localizarlos, reunirlos y fundar así el Taller Mexicano de Gobelinos en 1983. Durante este tiempo, Carlos Ashida dirigió el taller con la ayuda de Rafael Morquecho y el matrimonio Hartung Ashida. Carlos combinaba con maestría sus extensos conocimientos e intuiciones sobre arte contemporáneo con la investigación respecto a talleres artesanales, y en el Taller Mexicano de Gobelinos pone en marcha una serie de proyectos textiles con artistas tanto consagrados como emergentes. Esta dinámica particular se convierte en el motor económico que asegura la vida del taller durante los siguientes años y que hasta la fecha sigue perpetuándose con adiciones.

Actualmente, Jaime Ashida, quien desde su adolescencia frecuentaba el taller atraído por el ambiente cálido de la convivencia con los tejedores, dirige el Taller Mexicano de Gobelinos siguiendo la pauta del trabajo legado: la enseñanza, práctica e innovación de la técnica, por un lado, y por el otro, el desarrollo de proyectos artísticos con artistas contemporáneos, todo esto sumado a la labor de archivo y documentación de los procesos y la historia del taller, la técnica, sus personajes y sus ideas.

Durante estos cincuenta años, en el Taller Mexicano de Gobelinos se han reconocido y puesto de manifiesto los atributos de los tapices como muros móviles (parafraseando a Le Corbusier, quien los llamaba “murales nómadas”), con cualidades para intervenir en las percepciones sensoriales. Asimismo, se observa en este arte y técnica un “nuevo muralismo”, dadas las dimensiones y las posibilidades pictóricas de esta manufactura, pero también toda una nueva forma de expresión y material de trabajo para el artista contemporáneo.

Esta muestra se divide en dos núcleos temáticos, el primero, La travesía, el devenir, y el segundo, La trama, la urdimbre, el porvenir; y exhibe piezas creadas por los artistas: Andrés Aguilar, Benito Zamora, Christian Jankowski, Colectivo Bergamota, Cynthia Gutiérrez, Daniel Guzmán, Eduardo Sarabia, Fernando Palomar, Fritz Riedl, Germán Venegas, Joaquín Segura, Juan Soriano, Julien Devaux, Karen Kilimnik, Lisa Yuskavage, Mathias Goeritz, Matthew Antezzo, Miguel Castro Leñero, Noelle Mason, Pae White, Rachel Feinstein, Rafael Morquecho, Ramiro Torreblanca, Rufino Tamayo, Theo Riedl, y Zeller & Moye.

Con esta exposición, se invita al espectador a ser testigo de la evolución técnica de la manufactura de gobelinos en México, así como su papel social, su función como proceso económico e imaginativo y como un nuevo medio de expresión para artistas contemporáneos.

www.museoamparo.com

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