09.05.2022
La curadora Gisselle Girón abre su archivo familiar y sigue los pasos de baile de su abuela, dejando deseos que nos conmueven: pertenencia, encandilamiento y duelo hacen mover nuestros cuerpos.
2. Sigue bailando
Bailar en medio de una pandemia se ha llevado bajo el resguardo de cuatro paredes o en el silencio detrás de un portón. Asimismo, diversas fiestas clandestinas al principio de la cuarentena eran prueba de que existía una necesidad por bailar grupalmente. Aquellas primeras fiestas lícitas durante los diversos procesos graduales de convivencia con el virus se sintieron como un desfogue, un reconocimiento de otres afines quienes buscaban verse con otres, la necesidad de entenderse como comunidad.
El baile como contexto de intercambio de afectos y reconocimiento comunitario de afectos, a través del sonido y el movimiento, es fundamental y como teoría la vengo pensando abstractamente desde hace mucho.
A pesar de disfrutar del baile y éste ser un fundamental ritual de compañerismo y amistad, sólo ha sido en mi vida más reciente que siento la urgencia de bailar, de sacudir la patita y mover el culo. Hace unos días, tomando un descanso del dolor de muela y del maratón de María, la del Barrio con mi abuelita, visité el taller de Joan. Una imagen en particular ha quedado fundida en mi memoria y los recuerdos de las fiestas en Surquillo se han fundido con los recuerdos de las fiestas familiares de Joan. Jarana Covid se trata de una especulación con base en memorias familiares en el barrio de Comás, donde creció Joan y donde presenció a sus tías, tíos, madre, padre, abuelo en una fiesta perenne. Mientras me explica que su hogar en el paradero Festini sobre la Av. Túpac Amaru era el epicentro de fiestas barriales, me muestra un álbum de fotos donde señala: «no tengo foto alguna donde mis familiares no aparezcan tomando, comiendo o bailando. Siempre celebrando. Mira a mis tías, parecen de Motown» —haciendo alusión a la moda popularizada por les artistes de la discográfica estadounidense dedicada a promover la integración de música afroestadounidense a los sonidos populares de los sesenta y setenta. Y, efectivamente, la pintura tenía tal sonido que puedes escuchar diversos géneros musicales al mismo tiempo: salsa, reggaetón, festejo y marinera. Todas las personas en la escena, y digo «escena» porque tiene tal movimiento que se asemeja a una grabación, llevan consigo una mascarilla de protección. Si bien la composición se asemeja a la construida por Camilo Blas en Marinera con cajón (1938), esta adaptación lleva consigo la impronta del impacto en la moda que dejó la pandemia, así como un más evidente protagonismo de la comunidad afroperuana. A diferencia del trabajo de Camilo, donde él se pinta en la esquina superior como observador y creador que nos sigue con la mirada (muy al estilo renacentista), Joan se pinta en la esquina inferior del cuadro, sentado, tomando una cerveza, admirando del baile plácidamente.
Revisando las apariciones de la pintura de Camilo en libros, encontré el libro de Eduardo Mazzini, En nombre de Dios comienzo: meditaciones sobre la música criolla (2010), en donde Marinera con cajón es la imagen de portada de dicha publicación. El libro destaca la gran diversidad étnica de sonidos en la música criolla (no sólo herencia hispana, sino también áfrica y arabo-islámica), pero en particular me llamó la atención escuchar un poco más sobre la historia y dinámica de la «jarana», actualmente entendida como una fiesta criolla pero antes exclusivamente empleada en referencia a la fiesta dedicada al canto, sin danza. La marinera limeña es entendida estructuralmente como tres marineras, una resbalosa y una fuga; pero, como comenta Eduardo, en las jaranas la resbalosa sólo se daba si «el ánimo está a punto». Usualmente la resbalosa se baila con un pañuelo en la mano derecha y le prosigue el zapateo. En teoría de las artes escénicas existen nociones de progresión entre la palabra, el canto y el baile, en una escala gradual en la cual cuando el sentimiento se convierte cada vez más difícil, complejo o rico de explicar, se va escalando hasta terminar en baile.
Si bien la historiadora del arte en mí quería pensar en Blas, yo no dejaba de pensar en Marvin Gaye, quien utilizó el increíble trabajo de Ernie Barnes, «The Sugar Shack» (1971) para su álbum «I Want You» (1976). Los cuerpos elongados de les danzantes y el contornéo de sus pasos, esos rostros de total placer y sintonía con los instrumentos, es simplemente euforia total. Pienso Jarana Covid como este momento cúspide del sentimiento y deseo.
Viendo este trabajo en relación a la ruta anterior, donde mi abuela me cuenta sobre el rol comunitario de las fiestas, es que me pregunto sobre la estructura familiar en la cual se construyen los deseos:
¿acaso se trata de heredar los deseos? ¿Los construimos en relación, respuesta u oposición a los deseos familiares?
consiste en la instalación de siete objetos, cada uno de los cuales adopta la forma de una torta de cumpleaños hecha de resina acrílica, apoyada en un recipiente de plástico tipo Tupperware y que sostiene en su parte superior una vela en la que se lee la frase «Naik or Never». La frase de la vela y el título de la instalación aluden a los mercados piratas de Lima y al modo en que el lenguaje se transforma y altera a través de la palabra. «Naik» es la palabra fonética de la corporación Nike, Inc. La frase de Marisabel «Naik o nunca» surge de la expresión coloquial «ahora o nunca». Ha sustituido el ahora por el naik, convirtiéndose así en una reflexión sobre el “presente». Un presente que ha quedado impreso para siempre por las frases y los objetos comerciales que nos rodean. Si bien la elección de un pastel surge del desarrollo de la frase en forma de vela, explican los artistas, el pastel también simboliza la palabra despectiva de la jerga utilizada en América Latina y España para referirse a las mujeres lesbianas. El resultado es una intensa contradicción en la que se mueven las economías populares informales. Son vitalistas en tanto que consiguen prosperar bajo la falta de apoyo legal, en este caso, extrayendo el carácter reconocible de la marca Nike mientras no forman parte de la corporación. Pero también suelen ser comunidades que reproducen los discursos homófobos dentro de las empresas familiares, ya que lo ven como una amenaza para su reproducción.
Lo que entonces no me di cuenta es que aquella interpretación de las tortas se trata de uno de los deseos de Marisabel, lo que ella le da a la torta, pero no necesariamente lo que la torta te pide a ti. La torta no es una representación del deseo de Marisabel, ni tampoco un fragmento de ella (un autorretrato), la torta es. La torta es en sí misma un ser, une vive que existe así como un deseo frente a nosotres y nos demanda la pregunta, que deseas tú, persona que me ve y conversa conmigo. Se trata de una entidad con partes muy importantes, torta, vela y tupperware. La torta, hecha de un «acrystal», un polímero acrílico sin solventes, compuesto por una emulsión acrílica y de un polvo a base de cristales minerales. Se utiliza en la manufactura de prototipos, maquetas y réplicas. En este caso la torta se asemeja a una réplica no-comestible y duradera de la torta de cumpleaños, quizás en un mundo paralelo empleada en las vitrinas de las pastelerías. En Japón se les conoce como «modelos de alimentos», 食品 サ ン プ ル, y como Yoko Hani explica les productores detrás de estas increíblemente reales versiones piratas de comida, esto implica muchas veces trabajar en un proceso muy similar a la de une cocinere, quien prepara los platos comestibles. Las tortas, por más de no ser comestibles, son tortas no solo en su calidad visual sino también en su proceso de manufactura. Las tortas llevan una vela, que como explico en el texto que cito más arriba, son fragmentos o muestran la frase completa Naikornever. En ocasiones los fragmentos muestran Naiko, otras never y algunas ever, así jugando con diversas posibilidades lingüísticas de este eslogan comercial. Estas, se hicieron – al igual que la torta – siguiendo un proceso artesanal usando cera. Después de muchos intentos fallidos, las velas son también una celebración del exceso comercial, del deseo de poseer y encarnar los valores aspiracionales de una marca. Pero no es la transnacional Nike, sino Naik, integrada por los millones de microempresas que sostienen sus negocios por medio de la imitación de productos del hemisferio norte. Las tortas están hechas para ser vistas y expuestas, y ello lo sabemos por medio de sus pedestales de plásticos. Si bien este elemento consiste de un elemento encontrado, se tratan de contenedores de comida de plástico, en relación a la torta hablan del universo funcional de la torta de cumpleaños, la cual pedazos después de una fiesta se guardan en estos pequeños depósitos. Como entidad, cada una de ellas refiere al momento en el cual al cantarte por tu cumpleaños y estas por apagar las velas, te piden y pides un deseo el cual no vocalizas pero secretamente está escrito en tu mente antes de proceder a soplar las llamas.
Muchas veces se me dificulta citar filosofía occidental porque siento que no cuento con el suficiente conocimiento sobre esta para poder presentarla de manera clara y concisa, pero haré una excepción en este caso porque sin citar siento que hurto ideas, por más que lo siguiente quizás solo se desprende de mi propia interpretación del caso. En el cuarto capítulo (Autoconciencia) de Fenomenología del espíritu (1807), Hegel dice que la «contraposición entre su fenómeno y su verdad sólo tiene por su esencia la verdad, o sea la unidad de la conciencia consigo misma; esta unidad debe ser esencial a la autoconciencia; es decir, que ésta es, en general, apetencia. La conciencia tiene ahora, como autoconciencia, un doble objeto: uno, el objeto inmediato de la certeza sensible y de la percepción..» Acá «apentencia» se entiende en inglés como «deseo». Si bien posteriores interpretaciones del texto, como la de Scott Jenkins, señalan que esta separación entre el deseo y une misme es una estrategia que usa Hegel para «apelar a la conciencia de los deseos corporales en un relato de la experiencia de encontrarse a sí mismo como sujeto», quiero tomar su declaración literalmente porque esto siento que pasa con nike, neki, nekii, niikee, naik,naiik, naki. (i lov u but love issues). Al desear, las tortas piensan, ven y crean sus deseos como una entidad deseante, nos confronta con una pregunta: ¿y tú qué deseas?
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