17.02.2020

«Kema todo; esto es arte»

En correspondencias entre Nueva York y Santiago, lxs artistas Jessica Briceño Cisneros e Ignacio Gatica evidencian cómo las calles de Santiago se han convertido en un campo de batalla semiótico donde el arte contemporáneo chileno se ve trastocado en relación a su entorno neoliberal.

6 de enero de 2020

Autos, jets, aviones, barcos
Se está yendo todo el mundo
¿Ves cómo la Cruz del Sur Está cambiando de rumbo?
Por el Ecuador y el trópico
El Sol saluda a nuevos vagabundos
Porque en tierra nadie queda,
La verdad es que se está yendo todo el mundo.

—Charly García, 1978

Querido Ignacio,
Te escribo mirando el frontis del MAC [Museo de Arte Contemporáneo] con paredes marcadas por grafitis con consignas, banderas y demandas que interpelan a lectores que pasan frente a él con sus preguntas y comentarios sobre la revolución comenzada por lxs escolares en octubre del año pasado. Como sabes, las desigualdades son tantas que las demandas gráficas no dan abasto: son diversas, excepto por las frases repetidas contra los enemigos de siempre.
Cosa distinta a la acostumbrada queja interna. En estos meses, Santiago ha ardido hacia fuera, resultado de la angustia cercada entre la tarjeta de crédito, la sequía asistida[1] y el asfalto.
Aparecen tímidos algunos mensajes que cuestionan incrédulos al arte: a sus instituciones, a sus integrantes, a sus mojones. Una de las pintas protagonistas de la causa por incluir al arte en la manifestación de la calle aparece en el frontis del museo: EL ARTE NO LUCHA. Cada palabra pintada cohibida debajo del acrónimo A.C.A.B.,[2] el cual, letra por letra, calza en las columnas del frontis. Del otro lado, por la entrada al Museo de Bellas Artes, aparecen otros textos: CONTRA EL ARTE NEUTRALIZADOR NICHO DEL ARTE CAPITALISTA, [¿]KOMO EL ARTE SE HACE CARGO DE NUESTROS MUERTOS? A un costado del Anfiteatro Bellas Artes, aparecen más comentarios dirigidos al sistema del arte: VIVA EL ARTE PERIFÉRICO, ARTE PARA EL PUEBLO, EL ARTE SERÁ MILITANTE O NO SERÁ y remata con un MUERTE AL ARTE KAPITAL Y BURGUÉS.
Estos cuestionamientos directos al ente abstracto interpelado aquí —EL ARTE— me llevan a la pregunta que nos convoca en este intercambio contigo: ¿cómo los sucesos liberadores y aterradores de los últimos meses alteran la estructura y la superestructura del arte en Chile y Latinoamérica? Menciono Latinoamérica, pues no podemos pensar en uno sin el otro como elementos fundamentales de un sistema global, donde el movimiento siempre ha sido clave para la expansión del artista y su obra, así como su eventual posicionamiento en circuitos y mercados internacionales. Leí en estos días un tweet que decía: “Emigrar dentro de Latinoamérica es como cambiarse de camarote en el Titanic”. Me pareció dramáticamente cruel, pero no totalmente absurdo, pensando que la ola de revueltas sociales comenzó en Ecuador y Haití contagiando con su emoción molotov al resto de la región.
Si lxs artistas problematizábamos la realidad, es la realidad la que nos problematiza ahora. Si lxs artistas apelábamos a la crisis de la representación, ahora nos vemos envueltxs en la representación de la crisis. Las expresiones críticas están en la calle y son de todxs.

Quien se pregunte por el rol del arte en una ocasión que llama a la acción de los cuerpos en la calle, lo pregunta desde la comodidad de la teoría, desde esa interpelación ajena y abstracta de quien cree y no crea, pero exige. Esto me irrita mucho.

Lo que sí nos ha dado la revolución que ha costado tantxs vidas, mutilaciones y traumas, es la necesidad de colaborar, de comunicarnos y de creer en las personas y su ejercicio conjunto: cocinar, bailar, hacer poesía y resistir juntxs. Algo que en el Chile actual no podría haber ocurrido por ningún otro medio, de ninguna otra manera.
Te compartiría más letras y fotos, pero debo ser breve. Quiero saber qué piensas de este relato mocho sobre lo que sucede en Santiago.
Un abrazo,
JBC

9 de enero de 2020

A mí no me tapan la boca (Nah)
Me llevan la yerba, pa’ meterse coca
Los paco’, los rati’, también el congreso
Han robao’ más que mis compadre’ preso’
Cuicos culiao’, repártanse el queso
Tu hijito en falopa se gasta tus peso’
Por eso al Taitita yo siempre le rezo
Pa’ que la flaca no me dé su beso (Muack)
Solo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente
Porque el gobierno la maquilla
Pero mata, roba y miente
Esto es ojo por ojo
Y también diente por diente.

—Pablo Chill-E, Facts, 2018

Querida Jessica,
Gracias por escribirme. Me quedé pensando en la foto del frontis que me enviaste. Entre los graffitis que llamaron mi atención, está aquel que describes, el A.C.A.B. en los pilares. La primera vez que escuché esa consigna en Chile fue por el grafitero chileno NAST y algunos años después en la canción Facts de Pablo Chill-E. Por fotos, he visto que la sigla ahora se repliega como tag en muchas partes del país. Es la versión globalizada del PAKO CULIAO que usualmente existía dentro de calabozos de comisaría y no en frontis institucionales. Pero ahora, esos graffitis de calabozo, la pulsión contenida bajo la grilla opresora, se vierten con energía —entre otras muchas más acciones que mencionas— hacia afuera del orden común preestablecido.
Me gusta ver cómo el graffiti vuelve a tomar acción en la insurrección chilena. Los mismos que taggean sus nombres, ahora además taggean LUCHA, NO A LA PSU,[3] NO MÁS AFP,[4] NO NOS CALLARÁN, HASTA VENCER.
Concuerdo con lo que señalas sobre la comodidad de la pregunta acerca del rol del arte en estas situaciones. Me recuerda al fragmento de un texto que Diego me envió, que se refería a la figura del intelectual burgués en la sociedad contemporánea. Decía: “[…] los intelectuales han descubierto, después de las recientes luchas, que las masas no los necesitan para saber: ellas saben perfectamente, claramente, mucho mejor que ellos; y además lo dicen muy bien.”[5] Los graffitis interpelando a la institución del arte son un claro ejemplo de la constitución del arte como cómplice y herramienta de las élites neoliberales en toda la región.
He estado pensado sobre estos modos de protesta que involucran texto, poesía y acción. Sobre todo, el texto en contraposición a las tecnologías de información, en lo que respecta a las sociedades de control, de las cuales Chile es claro ejemplo. La caricatura del reporte de Big Data[6] seguro esconde algo de esto.
La relación entre el valor semiótico del texto que existe hoy en día con las estructuras de poder no es menor, especialmente si se piensa en ejemplos como la interferencia de Cambridge Analytica Ltd en el curso político que toma un país y la vida común de las personas. El graffiti de PAKO CULIAO, de alguna manera, por cantidad y presencia, se desborda a través de la grilla del hashtag #PAKOCULIAO: desde la información y velocidad de las nuevas prótesis tecnológicas del control silencioso, el texto en espacio cibernético es ventana directa a la opresión cotidiana. Quizá desde la abundancia poética de la palabra-acción contenida en los graffitis que me muestras, se puede construir algo diferente a la modernidad cimentadora y alienante que se refleja en las prótesis tecnológicas, las cuales son también un reflejo de la opresión restauradora de la ideología financiera que hasta hace unos meses funcionaba silenciosamente en el país.
¿Es posible que me mandes algunas otras fotos que te parezcan interesantes? Yo te dejo una que me gustó.
Un abrazo,
I.G.


p style=»text-align: right;»>2 de enero de 2020

Querido Ignacio,
Me tomó unos días responderte. El viernes pasado que quería manifestarme en la Plaza de la Dignidad (ex Plaza Italia),[7] recibí la noticia de que no continuaré trabajando en la Universidad durante este año. Más ganas tuve de ir a saltar y gritar por la precarización laboral de la docencia y el campo de la cultura. El sistema universitario que me ha sostenido por varios años, y para el cual trabajé reproduciendo la profesionalización del artista, me ha sacado sin mayor problema. No hay contrato, no hay alegato.
Es difícil pensar las cosas desde afuera cuando se está muy adentro. Me siento crítica de la institucionalización creativa que tiene el arte en Chile, pero a la vez he sido parte de ella desde mi propia formación. Prácticamente mi carrera fue pagada con los salarios que he recibido de la misma universidad y he devuelto los conocimientos que ahí gané. Es extrañamente cíclico y suena hasta endogámico esto que te cuento. Parece un llamado a gritos por retomar todos los movimientos autogestivos que funcionan muy bien en economías tan diferentes pero cercanas, como la argentina, y que en Chile han ganado territorio en los últimos años. Hoy en día podemos entenderlos masivamente como espacios de resistencia, de cuidado mutuo y de sanación compartida. Qué alivio me da esto.
Professionalization of Art Is Breaking My Heart!
¿Cómo sacar el arte a la calle? ¿cómo sacar al arte de la academia? son probablemente las preguntas más usuales dentro de las escuelas de arte de esta ciudad. No son preguntas que se hagan en Valparaíso u otras localidades cuyas lógicas comunitarias —hacia fuera— son comunes y auténticas. Hoy en Santiago, el espacio público está desbordado de gráfica, de rabia y de fuerzas policiales. Lamentablemente para el museo, una vez más, lo que pasa fuera es más interesante que lo que pasa dentro, y ahora es literalmente en sus muros exteriores.
Te quiero contar sobre cómo la escultura ha cumplido un papel fundamental en esta revolución de individuos. Se ha visibilizado el volumen por su destrucción, su (re)construcción, su intervención, o simplemente porque ahora es soporte gráfico. Los volúmenes artísticos volvieron a ser vistos en un espacio público construido de volúmenes arquitectónicos. La reclamación del monumento Baquedano[8] es un mortal juego diario del gato y el ratón. Reivindicaciones feministas, de género, de pueblos originarios, inclusión a lxs arrinconadxs, todos los NO+ que jamás pensamos ver juntos rellenan la escultura que es diariamente vaciada por las fuerzas del orden y sus secuaces.
Love Is a Battlefield
La selfie de protesta frente al monumento del caballo rayado con olla en la cabeza es constante. Quizá una persona que sube imágenes de su lucha-selfie sea una buena candidata para un análisis del CA Ltda o del Big Data otaku-hater[9] del gobierno chileno. A la vez, esos mismos teléfonos nos comunican y reúnen en los espacios de información no oficial que precisamos.
Te cuento también que Chile resultó ser más latinoamericano de lo que pensábamos. No sólo están funcionando cabildos y espacios de reunión vecinales, sino que artistas abren sus talleres y se crean espacios de reunión donde generan nichos de encuentro, de conversación, organización y desarrollos varios para resistir ante la criminalización de la protesta social. Desde picnics de encuentro, reuniones serigráficas entre amigues, hasta el desarrollo de escudos para manifestantes. También somos testigxs de la gestación de cientos de colectivas y colectivos de arte que actúan en el escenario actual.
Te comparto algunas imágenes de esculturas rayadas.
Un abrazo,
JBC

Sergio Castillo, Génesis, 1995. Escultura frente al Hospital del Trabajador ACHS en Av. Providencia, Santiago, Chile. Fotografía por y cortesía de Jessica Briceño

Rebeca Matte, Unidos en la gloria y en la muerte, 1930. Escultura de Ícaro y Dédalo frente al Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago. Fotografía por y cortesía de Jessica Briceño Cisneros

13 de enero de 2020

Querida Jessica,
Gracias por lo que me escribes, tus palabras suscitan muchos pensamientos y recuerdos. ¡Guau! La noticia de la Universidad está muy en consonancia con los eventos recientes. Es justamente esa precarización laboral uno de los elementos constitutivos de la ideología financiera neoliberal. Me alegro que encuentres refugio en las ventanas comunitarias que me mencionas; sin duda deben ser retroalimentaciones mucho más ricas que aquellas en las instituciones, la cuales, en su mayoría, alimentan el sistema de mercado. Por lo que he leído, hasta la fecha se han creado más de 30 universidades privadas en Chile, muchas de éstas ofrecen grados académicos en Artes Plásticas. Todas estas instituciones, además, responden y representan exigencias institucionales que se traducen en tácticas de control, de autorregulación. En este sentido, me pregunto sobre el papel de la autogestión y de qué manera desde los movimientos sociales se diferencia a la figura neoliberal del emprendedor. La diferencia fundamental es, tal vez, la noción del cuerpo social que se ha vuelto a generar en Chile, en contraste con la figura individualista del emprendedor-empresario-entrepreneur. ¿Qué habría que hacer en todas esas universidades que enseñan arte para provocar un movimiento de enseñanza que apueste por una comunidad de aprendizaje y producción de conocimiento desde la complicidad?
¿Y qué tal esos directores de Museo? Jajajaja. Me acuerdo que siempre me gustó, por su propuesta esquizofrénica, un video de Joe Villablanca que se llama QUIERO SER EL DIRECTOR MÁS JOVEN DE LA HISTORIA DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES. El weón cantaba una canción que decía esa frase mientras estaba afuera del museo regando unas flores con leche. Esa onda. No me acuerdo muy bien, pero algo pasaba también con la escultura de los ángeles que está al frente del Bellas Artes, la que me muestras en la foto.
Me gusta esa fotografía porque la escultura, a pesar de ser protagonista, pasa a segundo plano y es un puente entre el graffiti que dice: Justicia y Dignidad y el enunciado institucional del cartel que cuelga en el museo que dice: De aquí a la modernidad, eslogan cursi futurista, panfletario, casi frase de Buzz Lightyear.
La escultura como soporte gráfico, por contraste, me recuerda justamente la característica normalizadora de la modernidad a través de los monumentos. De estilo europeo o minimalista gringo, suspendidos en el cemento homogéneo, en un melodrama de teleserie del Mega,[10] los monumentos son esculturas vigilantes intocables, casi tanto como los directores de las instituciones que simbolizan. Me imagino cómo algunas personas afines al régimen se ven afectados por el espectáculo insurrecto, horrorizadas cuando les chantan un tag.
Pienso en esos chalecos amarillos[11] lustrando las botas a una de esas esculturas, para dejarlas limpias y “normales”, como quizás estuvieron en su mayoría antes del mes de octubre de 2019. Los graffitis dejan en evidencia la carencia de subjetividad simbólica disruptiva de estos monumentos. Los poderes privados y del Estado en Chile intentan normalizar la potencia iconoclasta de los graffitis, callando y oprimiendo con violencia, para poder restaurar no lo nuevo o lo neo, sino las figuras de poder clásico. Y eso es lo que el fascismo instaura y restaura con violencia.
Un abrazo grande, Jessica.
I.G.

***

ALGUNAS PREGUNTAS ABIERTAS A MANERA DE POSTDATA
¿Qué implica pensar en conjunto cuando nos hemos educado en individualidad? ¿Cómo pensamos fuera del arte-mercado si crecemos buscando formar un nombre, una identidad única, personal y precisa para el mismo? ¿Es el arte una trinchera crítica que posi- bilita el cuidado y apoyo mutuo? ¿Qué implicará, de ahora en adelante, vivir juntxs en la violencia cuando el arte nos convoque en sus espacios? ¿Reformaremos con giros autogestivos modos intrínsecamente mercantiles de nuestra sociedad? ¿Cuánta agencia creemos tener y cuánta realmente tenemos?

¿Aún caben en el arte los sueños y las metáforas?

Notas

  1. La escasez hídrica en todo Chile, especialmente en la zona central, ha sido producto de una gestión de años basada en el mercado del agua que ha favorecido la especulación y el acaparamiento sumado a usos que favorecen las actividades productivas sin planificación del territorio ni sus cuencas. Aunado a los efectos del cambio climático que son evidentes a nivel mundial. En Chile, constitucionalmente, el agua es un bien público administrado por la empresa privada. El 7 de enero pasado, el Senado rechazó la modificación del Código de Aguas para decretarlo un bien de uso público con 12 votos en contra y 24 a favor. Debido a los amarres utilitarios de la constitución de 1980 de Pinochet, se requieren 2/3 a favor para modificar una Ley Orgánica Constitucional.

  2. A.C.A.B. es el acrónimo de la frase inglesa “All cops are bastards” (en español: Todos los policías son unos bastardos). Este lema es utilizado por los ultras en el fútbol en Europa (hooligans, ultras, etc.).

  3. PSU: Prueba de Selección Universitaria

  4. AFP: Administradoras de Fondos de Pensiones

  5. Michel Foucault y Gilles Deleuze, “Un diálogo sobre el poder” en Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones (Madrid: Alianza, 2000), p. 9.

  6. La publicación de un reporte sobre análisis de Big Data revisado por “expertos” creó un perfil de manifestantes aficionados del K-Pop con la finalidad de criminalizar la protesta a partir de sus símbolos. Para conocer más sobre el reporte ver: “Es sospechosamente idiota: Llueven las críticas al gobierno por informe que apunta a influencias del K-Pop en las manifestaciones” en el DESCONCIERTO, 22 de diciembre de 2019. <https://www.eldesconcierto. cl/2019/12/22/es-sospechosamente- idiota-llueven-las-criticas-al-gobierno- por-informe-que-apunta-a-influencias- del-k-pop-en-las-manifestaciones

  7. Plaza Italia es el nombre con el que erróneamente se llama a la Plaza Baquedano, un redondel con un monumento al General Baquedano montado en su caballo, ubicado en un punto crucial de Santiago. Desde hace años ha sido un lugar de manifestación y celebración de la ciudad. A partir del 18 de octubre, al ser el llamado popular “[luchar] hasta que la dignidad se haga costumbre”, el espacio se fue popularizando con el nombre “Plaza de la Dignidad” por ser el lugar de encuentro que ha sido ocupado por manifestantes hace más de ochenta días.

  8. El monumento al militar Baquedano en su caballo está en disputa desde inicios de los conflictos en Santiago. Se encuentra en el centro de la Plaza de la Dignidad y el triunfo de lxs manifestantes es conquistar la cima, montar el caballo junto al militar de bronce y travestirlxs con banderas, pancartas y pintura, hasta el momento en que las fuerzas de orden sacan a las personas con toda la violencia que lxs caracteriza.

  9. Se refiere al mismo reporte de Big Data mencionado previamente.

  10. Canal de televisión abierta en Chile.

  11. En Chile se imitó el movimiento de los chalecos amarillos suscitado en Francia en defensa de la propiedad pública.

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