15.02.2021

¿Desaprendemos? Un camino para reparar

Revisando los impactos del desarrollismo moderno ubicado en Asia, la curadora Jo Ying Peng, editora invitada para la segunda parte de este número, reflexiona sobre las prácticas socialmente comprometidas del artista Kao Jun Honn e invita a la curadora Arlette Quynh-Anh Tran a hablar sobre cómo el proyecto de Art Labor, «Jrai Drew», se realizó en las Tierras Altas Centrales de Vietnam.

Querida Arlette,
Desde que me acerqué a ti por primera vez para participar en esta conversación, he tenido dificultades para iniciarla. En parte porque después de mudarme a México, hace más o menos 1000 días, mi percepción de Asia es aparentemente más sensible que nunca debido a la distancia física y mental. Mientras te escribía, me encontré mirando entre el pasado y el futuro, el hemisferio oriental y el occidental, y lo que se ha revelado frente a mí es un continente meridional similar pero otro. Los colonos desembarcaron con los misioneros y luego se fueron. Los antropólogos vinieron pero también se fueron. Ha llegado el libre comercio, ¿y luego qué? La imagen histórica orbita un rastro comparativo en las llamadas tierras del sur en el sentido de un Sur Global, y eso me parece ambiguo.
Hace un par de días me llamó la atención una crítica que trata sobre la edición actual de la Bienal de Taipei, You and I don’t live on the same planet curada por Bruno Latour. La crítica, escrita por Kao Jun-Honn, se titula directamente I don’t think “You and I don’t live on the same planet”  y ha vinculado el argumento a través de un ensayo de Jiahui Zeng que debate si Europa es responsable de la producción de teoría y Asia es responsable de la producción de experiencia.[1] Este dilema puede parecernos familiar en lo que respecta a las regiones de las que somos originarias o en las que estamos actualmente radicadas. Al repensar la ideología modernista sobre «Occidente y el resto», a menudo considero si nuestra responsabilidad es más una respons-ability (capacidad de respuesta). ¿Cómo, entonces, apartarnos de esta conciencia para volver a reconocernos a nosotras mismas? Así es como Kao terminó su texto: «En cambio, se siente como si estuviéramos atrapados en el mismo planeta». Sin conocer a Kao en persona, nunca podría entender el peso del verbo «atrapar» que se usa en este contexto.

En 2014 en Taipei, mis colegas del TCAC (Centro de Arte Contemporáneo de Taipei) y yo establecimos frente al parlamento la Oficina conjunta de organizaciones de arte en apoyo del Movimiento Estudiantil Sunflower. Dicha protesta era en contra de un acuerdo comercial con China que dañaría la economía de Taiwán y la dejaría vulnerable a la presión política de Beijing. La acción que inició el movimiento tuvo lugar durante la noche cuando les estudiantes irrumpieron en el parlamento y lo ocuparon. En poco tiempo, reunimos una tienda y un generador de energía para estar en espera en las calles, luego contactamos a algunes escritores para contribuir con textos a la campaña. Kao fue une de elles. En breve recibí su texto titulado Boai Market mismo que cuenta la historia laboral de su madre. El artista se nutrió del mercado de Boai, donde su madre se ganaba la vida vendiendo ropa interior femenina. Desde la década de los noventas, cuando llegó la era del neoliberalismo a nuestra isla, los productos nacionales han sido invendibles, sustituidos por ropa interior barata importada de China. Debido a ello, la madre de Kao perdió el negocio, el mercado colapsó, luego desarrolló la enfermedad de Parkinson y se vio obligada al desempleo.

Después de 23 días, la protesta de les estudiantes terminó con éxito; el texto de Kao nunca se publicó. Dos años después, Kao lanzó el proyecto Boai en la Bienal de Taipei de 2016. Era una forma de arte en vivo donde el público tenía que seguir sus pasos regresando a varios sitios para asistir a las lecturas, proyecciones y charlas. Involucrando una investigación a largo plazo sobre los lugares entrelazada con su historia personal como uno de sus residentes, el proyecto se refiere, en primer lugar, a la localidad existente, desde el mercado desplazado hasta muchas de las áreas periféricas marcadas por el atraso socioeconómico lo cual también implica todo tipo de enfermedades existentes en la sociedad moderna: demencia, trastorno bipolar, depresión, enfermedad de Parkinson, auto-degradación, comportamiento antisocial, trastorno límite de la personalidad (BDP), etc. Boai investiga las relaciones personales en las redes rotas y las condiciones de la sociedad para analizar el costo de muchos intercambios negociados. Pero, ¿qué nos aporta la prioridad económica? ¿Indica el desarrollismo una salida después de la Segunda Guerra Mundial? ¿Qué aprendemos del modernismo al neoliberalismo, de la guerra fría, de la posguerra fría a la nueva guerra fría, para poder descifrar el cuello de botella sobre si el comercio trae consigo una trampa o viceversa? Detrás de este mito de la transformación económica, Kao se ha esforzado por retratar las siluetas de esas afasias a lo largo de muchas prácticas de «regresión».

“¿Recordaste que mencioné que el artista Kao Jun Honn estaba investigando la Tribu Topa? La ubicación de la reliquia está muy cerca del pueblo donde nació». Antes de redactar esta carta, vi la nueva publicación de Kao, Llyung Topa, que es parte de su proyecto activista en curso mismo que comenzó después de Boai. En el, está a punto de revelar la historia poco conocida detrás de Topa, una aldea aborigen que fue devastada por completo debido a un violento proyecto de recuperación durante el período ocupado por los japoneses hace cien años. Es casi una página en blanco en la historia de la resistencia. Nunca he oído hablar de eso, ni tampoco mi padre, que es mitad aborigen. La menguante presencia de la identidad hace poco para reconocernos a nosotros mismos, pero dice mucho sobre la contradicción de quiénes somos. Pude entender el vínculo suelto que apenas une a mi padre con su raíz, no solo porque ha estado viviendo de manera urbanizada la mayor parte de su vida, sino más por lo que él siente que es. Si bien aún no hemos descubierto nuestros rastros, Kao ha estado descubriendo los rastros del pasado trazándolos con sus pies mientras entra en montañas, bosques y ruinas.

¿Es esta una forma de desaprender, de emprender un camino, de reparar?

Todavía recuerdo la primera vez que te conocí, Arlette, en 2016 en Taipei, a través de la conferencia Common Tasks. El colectivo Art Labor del que formas parte con Thao Nguyen Phan y Truong Cong Tung, tiene un enfoque en las ciencias sociales y de la vida en varios contextos y lugares públicos. En ese entonces, el proyecto Jrai Drew recién había comenzado. Siempre me he preguntado cómo tú y tu equipo encontraron una entrada a las Tierras Altas Centrales de Vietnam para iniciar dicho proyecto. Ciertamente, fue un viaje que no solo abriría un camino para colaborar con esos artistas e intelectuales de las tribus, sino que también permitiría una comprensión diferente de las cosas y los seres al observar, sin ambages, el conocimiento en la cultura Jrai. Inspirado por la creencia Jrai en lo humano y el cosmos, Art Labor entró en un territorio desconocido y fue desafiado con toda la narración que no es recibida en el mundo que conocemos. Al revisar el proyecto, tiendo a pasar de la conciencia civilizada hacia un marco que incluye, pero no limita, la percepción universal a una cuestión de nuestro conocimiento contemporáneo. Con la intención de analizar los contrastes, me vi obligada a repensar la posibilidad sobre cómo el arte podría aplicar el desaprendizaje con el objetivo de romper lo que se ha dado por sentado como un principio en la teoría y la práctica de la contemporaneidad. Quizás, al descartar o dejar de lado ciertos conocimientos sobre el ser ligados a nuestra mentalidad modernizada, se gane la libertad de retirarse de lo cotidiano. Esto me hizo preguntarme si dirigir Jrai Dew afecta la forma en que Art Labor toma conciencia de las líneas éticas al acercarse a un grupo sociocultural diferente que ha estado resistiendo a la autoridad dominante. ¿Qué medida tomas para generar diálogo con los orígenes del bosque a través de actuar con criticidad? En términos de los cambios violentos en la historia colonial en Vietnam, ¿cómo percibes su posición al hablar por las narrativas míticas en los diferentes contextos del mundo capitalizado? Y desde una perspectiva más amplia, reflexionando sobre el viaje de encuentro con la filosofía de Jrai, ¿consideras que Art Labor tiene el objetivo final de «reparar» su ausencia en la existencia de la modernización de Vietnam? Si es así, ¿cómo se puede reconocer y actuar?

Saludos,

J

Querida Jo,
¡Qué correo tan largo! No pude leerlo a través de la aplicación de correo hasta crear un documento de Word para revisar tus preguntas y escribir mi respuesta. Cuando escribo en una página en blanco de Word, de alguna manera me hace sentir nostalgia por el pasado que fue más lento y menos impulsivo. Como si estuviera redactando una nota casual para ti sobre nuestras preocupaciones y contemplaciones, separadas del entorno laboral moderno a través del correo electrónico constante y la mensajería instantánea, que tiene como objetivo producir conocimiento o mercancía. Refiriéndonos a lo moderno y la modernidad, actuamos con un propósito específico; el ritmo de nuestras acciones conduce a la medición de la velocidad y la productividad. Encontramos la forma óptima, basada en la cientificización, neutralización o universalización, para aplicar al crecimiento económico y por ende al desarrollo social.

En un país como Vietnam, donde las guerras cubrieron casi toda la historia de los miles de años de existencia de este país, la construcción de una nación ha sido una obsesión debido a su estado vulnerable a la invasión y destrucción. Así que cuando la situación estaba un poco tranquila, incluso fingida, por ejemplo, a principios de la década de 1960 durante la reciente separación de Vietnam del Norte y del Sur, el gobierno de cada lado instó y alentó a su gente a trabajar al máximo. El gobierno se invirtió, buscó ideologías de derecha y modelos de desarrollo modernos, en medio de la peligrosa ola de la Guerra Fría. Más tarde, todavía recuerdo los finales de los noventa; en nuestras clases de Geografía, tuvimos que memorizar la ubicación y densidad de los ricos recursos naturales en Vietnam; de ahí que despierte el orgullo del “Bosque Dorado – Mar Plateado”[2] de nuestros antepasados ​ para encontrar una manera de modernizar la patria. Durante esas clases, recuerdo que se nos dio una conferencia sobre la deforestación ilegal de las comunidades de minorías étnicas quienes quemaron bosques para cultivarlos. Fue su culpa que los bosques, también conocidos como nuestros tesoros nacionales, hayan desaparecido. Todavía me recuerdo, una niña de 10 años, muy enojada con dicha forma anti-científica de cultivo como destrucción. A principios de la década de 2000, los medios de comunicación comenzaron a informar sobre el proceso del estado que sofocó rápidamente los disturbios de las minorías étnicas en las Tierras Altas Centrales, donde vive la gente Jrai, simplemente por su «conspiración reaccionaria». Quizás, sin mi encuentro posterior con la familia y los amigos de Truong Cong Tung en las Tierras Altas Centrales, nunca habría entendido el costo de la propaganda anterior para la asimilación con el fin de acelerar la modernización a través de la llamada pedagogía científica.[3] Esa pseudociencia representaba la imagen de un vietnamita «diferente», el otro, las comunidades de minorías étnicas, como las personas no científicas que dañan la naturaleza. Combinado con el espíritu nacionalista, se creó el mensaje de que los Kinh, el principal grupo étnico del país con un nuevo mercado penetrante de orientación socialista libre, salvarían tanto a la naturaleza como a estas personas atrasadas con soluciones más científicas así como con sus tradiciones culturales en el discurso nacional del «patrimonio reinventado».

Creo que para que toda una generación que heredó esa pedagogía desaprenda su mentalidad nunca será una tarea fácil. Las generaciones nacidas antes de la década de 1970 y principios de la de 1980 se vieron privadas del oscuro destino de la posguerra. No podían negar la modernización, porque era la única forma a salir cotidianamente de la pobreza y el hambre. La modernidad que practican les vietnamitas no se parece mucho a lo que Bruno Latour define como La Primera Gran División,[4] donde la sociedad separa la ciencia/naturaleza de la cultura. Parece que les vietnamitas han utilizado pragmáticamente este modelo de influencia occidental para mejorar rápidamente sus vidas. Honestamente, Art Labor no podría darse el lujo de desacelerar, contemplar la práctica y autoorganizar actividades con diferentes comunidades si Vietnam no hubiera implementado el proceso de modernización. Del mismo modo, cuando le preguntamos a nuestro amigo Jrai más cercano, el hermano Rcham Dieh, que está dispuesto a responder a nuestras preguntas más sensibles sobre la relación entre Kinh y Jrai, si siente nostalgia por la vida como antes, dijo que claramente está más cómodo, menos hambriento y enfermo. Sin embargo, por otro lado, en las relaciones y juicios cotidianos sobre el reino viviente/el destino/la espiritualidad/la formación de todas las cosas que nos rodean, nosotres, sin importar Kinh u otra etnia, siempre confiamos en la percepción de las costumbres que nunca separan al ser humano del universo. Entonces, ya sea la modernización racional o las creencias/rituales/costumbres cosmológicas, la decisión es intercambiable, a veces incluso engañosa como la propaganda pseudocientífica que mencioné anteriormente.

Volviendo a tus preguntas sobre Art Labor, me recuerdan el intercambio con Nelson Carlo de Los Santos Arias, mi profesor de cine en CalArts, un cineasta dominicano, sobre ideas similares entre América Latina y nuestra región. Me aventuro a citar esos pensamientos contigo: una vez, Thao Nguyen y Cong Tung, dos miembros de Art Labor, me enviaron un video del hermano Dieh sentado y cantando junto a la luz del fuego. Al mirar los rostros curiosos de la gente Kinh a su alrededor, Dieh se rió e interpretó su canción al vietnamita: “Te amo (pronombre femenino a masculino) / Te amo (pronombre masculino a femenino) / No se dejen el une al otre / Mueres / Yo muero / Une muere primero y el otre debe recordar”.

De hecho, al principio, fue a través de la muerte que Art Labor, un grupo de la etnia Kinh, quedó fascinado con la gran cultura de la comunidad Jrai. Para les Jrai, la muerte humana está en la secuencia de transformación material de la vida del ser y el mundo natural dentro del universo. La gente muere, se transforma en grillo, trozo de carbón, saltamontes, cuervo, un trozo de hueso y finalmente en una gota de rocío. La gota de rocío se evapora en el aire, desaparece en la nada. Pero tal nada es el comienzo de un nuevo ciclo de vida. La vida humana pertenece a este ciclo, apareciendo en cualquier orden del mismo, no menos que cualquier otro animal o materia de la naturaleza. Es una serie de reencarnaciones pero no repite el mismo círculo, gira en forma helicoidal, perdurando sin fin; incluso entrelazándose y rompiendo en el tiempo y el espacio y luego continuando más allá en el universo.

Según la comprensión de Glissant de la historia de los países no occidentales, rastrear la vida humana en la rotación del orden del universo, como rastrear el origen de las personas en el contexto latinoamericano, es imposible.

No sigue la filiación en la dirección del nomadismo en forma de flecha. Esta continuidad sin principios puede confundir inicialmente las interpretaciones lógicas y convencionales. Parece demasiado extraño acercar a la misma a algunas personas que tienden a no seguir la imaginación. Incluso, de cierta gente, especialmente del grupo opresor, puede avanzar una tendencia violenta a reprimir dicha continuidad en su marco establecido. Pero cuanto más quieren que siga su lógica, más desobedece porque ese continuo rebosa imaginación metamórfica e hibridación. No podemos ver a través de él porque está oculto y se revela de forma variable. Incluso el mayor esfuerzo para exponer completamente su conocimiento fracasará.

Nosotros, el colectivo Art Labor, tomamos prestada la idea de la muerte en la creencia cósmica de les Jrai para comprender lo que está sucediendo en la región de las Tierras Altas Centrales, donde la comunidad de Jrai vive alternando con les Kinh como nosotres. Han pasado 4 años desde que decidimos ir a las Tierras Altas Centrales, la ciudad natal de un miembro del equipo, para aprender, construir relaciones y llevar a cabo proyectos con la comunidad Jrai, les vecinos cercanes a su familia. Les artistas folclóricxs esculpieron las estatuas, organizamos celebraciones y exposiciones para elles en los pueblos para que familiares, y amigos puedan venir a ver y divertirse. Hicimos películas sobre las Tierras Altas Centrales, sobre la vida de les agricultores de Kinh y Jrai. Fueron con nosotres a exposiciones en el extranjero. El entendimiento entre las personas del grupo no radica únicamente en el idioma, porque de hecho, ese vacío lingüístico aún es difícil de llenar. El comienzo de nuestra relación es la separación, la demarcación entre la población urbana y rural, entre la gente Kinh y las minorías étnicas, entre el idioma vietnamita y el jrai. Después de cuatro años, se refleja en el compartir de las gallinas, los huevos, las esculturas, el libro y la confianza que nos tienen para viajar con nosotres. Curiosamente, la muerte en sí misma es el comienzo de todo. Hace cuatro años, vimos una hermosa tumba en el borde del bosque y luego rastreamos a la persona que la talló. Seguimos la brisa de evaporación de la gota de rocío.

Afectuosamente,

A

Notas

  1. Esta línea ha sido extraída del título del ensayo de Jiahui Zeng Naoki SakaixGe Sun: Europe is responsible for the production of theory and Asia is responsible for the production of experience? El ensayo está escrito y publicado en chino y basado en las discusiones de la conferencia de Naoki Sakai y Ge Sun. El evento está organizado por Inside-Out Art Museum como el programa de la exposición Discordant Harmony (2018).

  2. Es un decir vietnamita que honra el tesoro de los recursos naturales del país, desde las montañas hasta las regiones costeras. Durante su vida, Ho Chi Minh, primer ministro de Vietnam del Norte de 1945 a 1955 y presidente de 1945 a 1969, usó a menudo esta frase para apelar al orgullo nacional.

  3. Los factores modernos como la electricidad, especialmente las centrales hidroeléctricas y las plantaciones industriales, se consideran ciencia aplicada en el desarrollo y la reforma socioeconómicos. Por lo tanto, en la educación general, especialmente en geografía, este tipo de información se difunde al mismo tiempo que describe el sesgo de la comunidad indígena.

  4. Bruno Latour, We Have Never Been Modern, trad. Catherine Porter (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1993), p. 99.

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