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29.05.2016

Resonancias desde el jardín de las delicias

Museo de Arte Carrillo Gil, Mexico City, Mexico
13 de mayo de 2016 – 2 de octubre de 2016

Alejandro Fournier. El que todo lo ve (En el jardín de las delicias) 2016. Impresión digital (1)

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Ernesto Walker. No hay novedad.Acordeón automatizado

Basada en una de las pinturas más enigmáticas de Hieronymus Bosch, la exposición colectiva Resonancias desde el jardín de las delicias. Una experiencia aural y de entropía conmemora los 500 años de la muerte del pintor holandés.

Dicha muestra está conformada por obras de los artistas Iván Abreu, Roberto Arcaute, María Antonia González Valerio, Manuel Rocha Iturbide, Gabriel Kuri, Daniel Lara, Alfredo Martínez, Manrico Montero, Tito Rivas, Vicente Rojo Cama, Ángel Sánchez, Juan Pablo Villegas, Jessica Wozny, Andrés Aguilar, Miguel Cortés Solano, Alejandro Fournier, Enrique Lanz, Cristian Manzutto, Manuel Mathar, Nicolás Pereda, Adriana Salazar, Joaquín Segura, Ernesto Walker y Los Lichis.

Guillermo Santamarina, curador de la exposición, dijo en entrevista que la colectiva se enfoca en dos temas principales. Uno de ellos se refiere a las relaciones o correspondencias que pueden generarse a partir de la célebre pintura El jardín de las delicias, del artista comúnmente conocido como El Bosco.

De esta pieza, añadió, no se conoce su edad exacta, pero lo que sí se sabe es que fue creada en el último periodo de Bosch, es decir que tiene alrededor de cinco siglos de existencia. Actualmente se puede apreciar en el Museo del Prado en España.

Por otro lado, agregó, la muestra Resonancias desde el jardín de las delicias reúne obras enfocadas en el concepto de la entropía, especialmente construidas a partir del sonido. Son piezas de arte sonoro en su mayoría, pero todas son interdisciplinarias, que relacionan distintos quehaceres tecnológicos y de proyección plástica, explicó el curador.

La entropía, es un concepto que se puede comprender fundamentalmente como la peculiaridad actuando en la integridad de sistemas, determinando así la improbable recuperación total del orden que accidentó, transformó o bloqueó, y en el caso específico de la praxis interdisciplinaria del arte contemporáneo, con sus recurrentes hibridaciones, trazando un nuevo sistema.

Santamarina informó que las 27 obras que integran la exposición fueron creadas por 24 artistas que destacan en el campo del arte sonoro. “Aparecen los nombres de creadores reconocidos y de otros emergentes que son muy talentosos. Estamos viviendo un momento interesante en cuanto a arte sonoro se refiere”.

La exhibición juega con la dinámica de la lectura de El jardín de las delicias. En el primer panel de esta genial obra se encuentra representado el génesis, el paraíso y el surgimiento del mundo después del pecado original. También aparecen, al lado de la naturaleza humana, una flora y fauna exótica.

En la parte final de la pintura se puede apreciar la entrada a un ámbito de total decadencia, del pecado desbordado y la monstruosidad.

El curador indicó que la pintura de El Bosco “es sumamente enigmática y muy rica visualmente. A cinco siglos de su creación, sigue despertando mucha curiosidad, preguntas y reflexiones”.

En el momento en que vivimos hay una aparente vuelta a las representaciones de lo que es el mundo de una manera figurativa y apuntando hacia la iconografía clásica o una tendencia fuerte hacia lo que podrían ser las fantasías surrealistas. El jardín de las delicias, por todo esto, es un clásico del arte, sostuvo Santamarina.

Afirmó que lo que ha estimulado la creación de esta exposición es todo tipo de correspondencias y otros contagios creativos en lo que puede ser esta retórica de la decadencia de un sistema y apuntando a otra era.

En dicha muestra aparecerán obras configuradas por el modelo que fusiona estructuras propias del arte visual, el ejercicio escultórico y la composición instalativa o acción performativa, con dispositivos para la proyección de sonidos, apoyados de soportes de nueva tecnología en la maniobra acústica y en la práctica interdisciplinaria.

El arte sonoro ha encontrado en México reverberaciones fascinantes, intereses escrupulosos, y repercusiones de alto calibre en los planos de la imaginación, la invención y la divulgación de su forma.

Será un encuentro extraordinario entre el arte clásico y el arte sonoro, señaló finalmente Santamarina, curador de la exposición colectiva Resonancias desde el jardín de las delicias. Una experiencia aural y de entropía, que albergará el Museo de Arte Carrillo Gil del Instituto Nacional de Bellas Artes.

http://www.museodeartecarrillogil.com/

Cortesía de Museo de Arte Carrillo Gil, Ciudad de México

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