Marginalia - Chile

Claudia Rodríguez

Tiempo de lectura: 5 minutos

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30.11.2022

#87

A través de esta sección, invitamos mensualmente a agentes del sistema artístico a compartir una selección de imágenes relacionadas con su práctica o intereses. Las imágenes se publican diariamente en el encabezado de nuestro sitio web y se comparten a través de nuestro perfil de Instagram. Al final del mes, la selección completa de imágenes es publicada junto con un texto que las contextualiza. Aquí la selección de noviembre del 2022.

Poesía travesti

Se cree que lo diferente es grotesco y monstruoso.
He sido tan odiada que tengo razones para escribir.
Nunca fui una esperanza para nadie.
Junto las letras y escribo mediocremente sobre este vacío.
Escribo porque no he sido la única.
Con mis amigas travestis, hemos sido rechazadas porque el cuerpo es sagrado
y con él no se juega.
Por eso escribo,
por todas las travestis que no alcanzaron a saber que estaban vivas,
por la culpa y la vergüenza de no ser cuerpos para ser amados, y murieron
jóvenes antes de ser felices.
Murieron sin haber escrito ni una carta de amor.
*
Mi mamá dice que eso no es lo peor, que lo peor es ser analfabeta y vivir de sueños.
Para mi mamá soñar no tiene nada que ver con nunca dejar de ser pobre.
Yo sueño con perder ese miedo fatal que tengo al hambre.
Tengo tanto miedo de dejar de soñar que quiero olvidarme en los sueños.
Sueño con perderme en los sueños y que esa fatalidad de mierda se devuelva
para los que no quieren dejarme soñar.
Pero de seguro nada de esto es importante, porque de seguro ustedes están
aquí para divertirse,
¿quieren show?
¿Será que el mundo quiere show?
¿Será que la sociedad chilena quiere show?
¿Será que septiembre quiere show?
¿Sera que la iglesia quiere show?
¿Sera que los pobres quieren show?
¿Que el hambre, la tristeza, el odio quiere show?
¿Quieren show?
¿Quieren que los haga reír?
¿Quieren reírse de mí?
*
De mí dicen que nací tonta, hueca y tonta. Son los hombres los que
me quisieron tonta, linda y tonta. Suave y tonta, pero tonta y tonta
como la Marilyn, porque así saben querer.
Me convencieron tanto de que soy incapaz y tonta que necesito que me lo
repitan para saber que me aman, para que me salven ellos de la tontera.
Nos acusan de superficiales, dicen que nacimos tontas.
De mí dicen que nací tonta, hueca y burda.
Pero son los hombres los que me quisieron tonta, linda y tonta. Suave y tonta,
pero tonta y tonta como la Marilyn, porque así saben querer.
Me convencieron tanto de que soy incapaz y tonta, que necesito que me lo
repitan para saber que me aman, para que me salven ellos de la tontera.
Y les digo con la pasión que esperan, dime tonta, para que me crean que soy tonta.
Pero en silencio no saben el odio que les tengo.
*
Cuando digo las cosas que digo, hasta mis amigas travestis me tienen miedo.
Mis amigas travestis tienen un miedo irresistible a que hable de nuestras
cosas, eso les abruma.
Les aterra cuando digo que me hago la linda.
Que me hago la linda aburrida de esperar que la vida me sorprenda.
Ellas no creen que una travesti pueda teñirse de rubia y ser rabiosa y resentida.
Las travestis hemos sido tan manoseadas como la imagen de la Marilyn Monroe.
*
Desde muy niñito fui obligado por los hombres a no perdonar, por mi propia vida.
Porque dejar de perdonar significa mantenerme, proveerme, guarecerme sola.
Soy así porque dejé de perdonar.
Aprendí a alimentarme por generosidad, porque si yo sobrevivo,
sobrevivirán más y más travestis, más locas y más monstruosas que yo.
Ustedes no saben del terror que se siente al mirar el odio podrido en los ojos
de los hombres que nos buscan para tener sexo, sexo que es imposible que sea
sexo, porque es venganza, el juego de poner sus manos en mi cuello y dejarme
amasar, apoderar, estrangular, por unos miserables pesos, el juego de asfixiar
para reconciliarse desesperadamente con sus fracasos, por sus pichulas
deformes que no penetran, ni acarician, ni rozan, con sus picos insignificantes,
secos, con erecciones hilachentas, glandes inflamados y prepucios negros,
incapaces de eyacular, creyendo que nos pagan con su imposibilidad de sentir,
porque nunca alcanzaron a sentirse hombres, por esa hombría roma,
desenchufada, que nunca tuvo nombre, porque nunca penetraron, ni
acariciaron, ni rozaron sin sus tulas, porque según ellos las tulas siempre
deben ser grandes y duras, y el haber nacido así truncos, lleutos los obliga a
vengarse a toda costa con nosotras, desarmados, por sus escombros, con las
mariquitas pobres, a las que desde siempre dicen que merecemos morir.
*
Absolutamente, por haber nacido aquí, cuando hablo y escribo, implícitamente
relato la historia de este territorio.
De manera implícita, infra textual o incluso desde la negación, describo a
las abuelas de mis abuelas y su subordinación.
*
Hablo de ser migrante, de la misma forma en que hablo de haber nacido en un
mundo con cordillera,
y de la misma forma, del espacio baldío que implica ser travesti,
en las narraciones de quienes han nacido aquí y no nos nombran.
Así mismo, con la poca importancia que tienen las biografías,
aunque no lo crean, cuando hablo de ser analfabeta,
también estoy hablando del miedo que ha significado tener una voz después
del 11 de septiembre, porque también nacimos aquí.
Pienso, aunque no lo crean, que cuando hablo, hablo de mi mamá y de mi
abuela y de todas las abuelas, de su persecución y miedo. Aunque no lo crean,
haber nacido aquí, me hizo de este color y así con el color de mi piel hablo de
la cordillera.
*
Soy así, aunque no lo crean, quienes nacimos aquí, en este territorio,
hablamos de forma inconsciente del 11 de septiembre.
Aunque no lo crean, haber nacido aquí, me incluye, aunque sea travesti,
aunque no nos nombren en la historia de Chile, somos de aquí, de este
territorio.
Aunque no nos nombren en la lucha de los pobres, todo el tiempo hemos
estado aquí.
Las travestis hemos sido analfabetas de la historia de haber nacido aquí.

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