Estados Unidos, 1989
El trabajo de Emma Kohlmann explora situaciones de ensueño a través de un simbolismo extraído de la erótica, estatuas y estatuillas antiguas, así como narraciones mitológicas. Como una fusión entre criaturas animales, motivos de la naturaleza y cuerpos humanos andróginos que exploran sus propias corporaciones, Kohlmann representa varios paisajes de ensueño en los que los personajes coexisten casi como una reminiscencia de un pasado idílico, pero también como una forma imaginaria de experiencia colectiva.